CAP. 6

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-Hola ___- dice tímidamente.

- ¿Lo dejo pasar?- me miro Wen

- Sí.

Yo me arregle un poco me tape con las sabanas.

- Perdona por mi cara…- dije echándome para atrás un mechón de mi pelo castaño.

- No te preocupes, no estás tan mal.

- No mientas- sonreí- pero lo importante… ¿Qué haces aquí?

- Un momento- interrumpió Wen- Yo aquí sobro, nos vemos ___…Que te mejores- paso al lado de David- y tú asegúrate de que se lo coma todo- Se va por la puerta despidiéndose con la mano. 

- Siéntate y responde- di unos golpes en la cama a mi lado.

David vino y se sentó a mi lado.

- Pues… es que estas en una clase mía y como no viniste me preocupe, además como ayer te vi tan mal me preocupe más y dije que era un conocido tuyo para que me digieran el número de tu habitación. 

- Y todo te salió bien.

- ¿Quién le va a decir que no a esta sonrisa?- David sonrío de oreja a oreja, tenía la razón, nadie podría decirle que no.

- - me reí- Tienes razón. 

- Bueno lo importante, ¿Cómo estás?

- Algo mejor. La comida me ha sentado bien.

- - David se asomó a mi plato- Si te has comido menos de medio filete, come más.

- No tengo hambre. 

- Comes o te doy de comer- me miro, sus ojos avellana ahora recalcaban más.

- No voy a comer- cruce mis brazos en mi pecho.

- Tú lo has querido- me quito la bandeja de mis piernas y la puso en el lado libre que quedaba de la cama. Cogió el tenedor lo pincho en el filete, cogió el cuchillo y corto un trozo- Abre la boca.

Negué con la cabeza.

David se acercó más a mí y con su mano libre me puso los labios en forma de pez y a la fuerza abrí la boca, él aprovecho y me metió el trozo de filete. Cuando me lo trague me empecé a reír. Este chico era muy mono y aparte muy simpático, gracias a él me encontraba mejor.

- Y así con todos ¿o los vas a comer por ti misma?

- Me los como yo- seguía riéndome.

Y así fue toda la comida, nos empezamos a conocer. Me conto que sus padres estaban separados y que tenía un hermano chico de parte de su padre con su mujer, también me conto que sus padres se seguían hablando y algunas veces su padre venía a la casa de su madre, ya que su madre tenía la custodia. Pero que él necesitaba un respiro de todo y decidió meterse en esta escuela.

- ¿Y tú? ¿Por qué estás aquí?

- Pues…mis padres… se enteraron que tenía novio y ellos me ven todavía como una niña pequeña y encima una persona que me odia le dijo que iba a tener relaciones con mi novio…

- ¿Y era cierto?- pregunto interesado.

Me empecé a poner roja, quizás él ya la habrá hecho y si le digo que soy virgen me mira mal, pero tengo que decir la verdad.

- No, yo… soy virgen ¿y tú?

- Eh… bueno- aparto la mirada de mí- ya sabes que el alcohol es muy malo- empezó a reírse.

- Me lo tomo como que no eres virgen- me empecé a reír.

- Para mí sí que lo soy, ya que mi primera vez… no fue como me hubiera gustado que fuera. A lo mejor te puede sonar muy cursi.

- No es cursi, eres romántico y eso… está bien, ya quedan pocos chicos como tú- sonreí.

- Gracias, también quedan pocos chicas como tú- se levantó de la cama.

- ¿Ya te vas?- me quede asombrada de cómo sonó mi voz, sonó tan apagada.

- Ya es tarde, son –miro su reloj- las 8.

- ¿Tan tarde? Se me ha pasado volando- me puse un poco roja.

- Y a mí, me gustaría quedarme más… pero tengo cosas que hacer- dijo abriendo la puerta.

- Gracias por tu compañía- sonreí.

- No hay de que, espero que mañana ya puedas ir a clases, si no vas… ya vendré a visitarte, si quiere…

- Claro que querré.

- Hasta mañana __.

- Hasta mañana David.

Y detrás de él se cerró la puerta. De nuevo me sentí sola, ahora ya estaba mejor… se me fue el mareo. Pero seguía teniendo un nudo en el estómago y si el nudo no era del mal estar… ¿y si era de la proximidad que ha estado David este día? Recuerdo cuando estábamos en silencio, yo lo miraba y el apartaba su mirada de mi… teníamos esas miradas cómplices, sus ojos avellana no son fáciles de olvidar y tampoco su sonrisa, esa dentadura tan blanca y bonita. Ahora que ya me encontraba mejor, supuse que me sentaría bien el aire fresquito. 

Me levante de mi cama, me puse algo cómodo. Unos shorts cortos claros y una nadadora morada y unas converses moradas, me puse el pelo suelto. Salí de mi habitación, ya habían dado las 8 y media, todo el mundo estaba en sus habitaciones o en las salas para reunirse, pero nadie en los pasillos. Cogí el ascensor y en nada estaba en el exterior, empecé a caminar, me metí las manos en los bolsillos y me dio por buscar la llave. Pero no la encontré, me asuste, me lleve las manos a los bolsillos de atrás y tampoco. Me la había dejado en la habitación… ¿ahora qué hago yo? Ya que no podía hacer nada ahora seguí caminando, el fresquito me sentaba bien, pero empezó a hacer más y empecé a tener un poco de frio.

Seguí y me senté en el césped, aquí si se podían ver las estrellas no como en la ciudad. De pronto recordé todo, las noches que pasaba con mis amigas… o con mi hermana en el patio por la noche, cuando ella no podía dormir… le contaba historias. Me empezó a doler la cabeza un poco y luego un leve mareo. Oí un golpe de una piedra con el suelo, creí que eran imaginaciones, pero no. Levante mi mirada y vi a una figura dándole patadas a una piedra. 

Opposite Souls (Luke Hemmings)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora