Capítulo II: Momento de Presentaciones

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     La chica castaña y yo nos miramos fijamente durante un par de minutos. El Cutemon que ella tenía en brazos me fulminaba igualmente con la mirada. ¿Qué otra prueba necesitaba para asegurar que ella era M.M? No me atreví a hacer ninguna acusación, tengo que admitir que incluso tuve el impulso de reír a carcajadas en la cara de esa niña. Ahora lo entendía todo, era probable que esa mocosa tuviera un hermano mayor que le ayudara a jugar y por eso parecía tener tanta experiencia. No iba a dejar que esa niña, no mayor de doce o trece años, pretendiera ser mejor que yo. La miré con superioridad y ella me devolvió la mirada.

     — ¡Oh, vamos! —Se quejó un chico de entre los presentes, iba acompañado por un Guilmon—, ¿Van a quedarse ahí todo el día? ¡Tenemos que ir a la Zona Isla!

     —Yo me largo —dijo un segundo chico que tenía junto a él un Otamamon—. No me interesa ser parte del equipo de ninguna de esas perdedoras.

     ¿Perdedora?, me sentí ofendida. La chiquilla fulminó a ese chico con la mirada mientras lo veía alejarse. Sin necesidad de que ella moviera un músculo, salió de su bolsillo un resplandor de luz y acto seguido, un feroz Dorulumon apareció con las fauces abiertas frente al muchacho, soltando un gruñido. El chico lo miró con indiferencia, me sorprendió la tranquilidad con la que actuaba.

     — ¿A quién llamas 'perdedora'? —reclamó la niña acercándose a él.

     El chico se limitó a reír y siguió su camino. Dorulumon volvió a cerrarle el paso, ninguno de los presentes quería intervenir, incluida yo.

     — ¡Te hice una pregunta! —reclamó la niña.

     Tan sólo con ver su actitud pude adivinar que era una chiquilla necia, malcriada y caprichosa.

     —Tú eres una perdedora —repitió el chico con indiferencia.

     — ¡No soy una perdedora! —Reclamó la niña—. ¡Me llamo Mirai Minamoto y tengo la puntuación más alta del juego!

     Lo sabía, ella era M.M, mi némesis.

     El chico la miró con indiferencia, creí que no podía demostrar ninguna otra emoción.

     —Yo soy Kiyoshi Nagiza —se presentó el chico—. Tengo el cuarto lugar entre los diez mejores.

     — ¡Eso me basta! ¡Tú estarás en mi equipo! —dijo Mirai en tono demandante, a mi me pareció más un capricho.

     —Ya había dicho que no me interesa formar parte de ningún equipo —repitió Kiyoshi.

     Ese chico y su Otamamon se alejaron de nosotros, ignorando olímpicamente al Dorulumon de Mirai, que seguía gruñendo. El chico se perdió de vista. Los nueve restantes intercambiamos miradas.

     — ¿Cómo organizaremos los equipos? —preguntó Kyoko.

     —Creo que primero deberíamos presentarnos —dijo un muchacho que estaba acompañado por un Guilmon—. Luego de eso, las líderes podrían elegir a quienes crean más útiles para sus planes.

     Todos estuvimos de acuerdo. Todos excepto Mirai, que bufó y se dejó caer en el suelo junto a su Dorulumon, con una expresión de pocos amigos. Mirai no me agradaba, ni un poco.

     —Yo comenzaré —dijo el chico del Guilmon—. Mi nombre es Kenta Suzuki y tengo el séptimo lugar de los mejores diez. En mi Xros Loader hay un Veemon, un Dorumon, un Impmon y un Gabumon. También está mi favorito, Guilmon.

     —Yo soy Kumiko Matsuki —se presentó otra chica, la reconocí vagamente—. Ocupo el octavo lugar de las diez mejores puntuaciones. En mi Xros Loader hay un Lucemon, una Angewomon, una LadyDevimon, un Terriermon y un Gabumon.

     —Yo soy Reiji Koryuji —se presentó otro chico que estaba acompañado por un Terriermon—. Ocupo el sexto lugar. Tengo un Terriermon, una Renamon, un Gatomon, un Biyomon y un Gomamon.

     —Yo soy Katsura Tanaka —se presentó otra chica que tenía un Piximon sobre su cabeza, me había enfrentado a ella en un par de ocasiones—. Yo tengo el quinto lugar de los mejores diez. En mi Xros Loader tengo un Veemon, un Piximon, un Gabumon, un Dorumon y un Terriermon.

     —Yo soy Kyoko Kazuma —se presentó mi amiga—. Tengo el tercer lugar. Mis Digimons son Karminmon, Keramon, Renamon, Kazemon y Lalamon.

     —Yo soy Umiko Ishikawa —me presenté aunque todos ya sabían mi nombre—. Tengo el segundo lugar entre los mejores diez. En mi Xros Loader hay un Cheepmon, un Piedmon, un Lucemon, una Palmon y un Sparrowmon.

     Al terminar de presentarme, las miradas de todos se posaron sobre dos chicos misteriosos. El primero estaba acompañado por un BlackAgumon, el segundo tenía el rostro cubierto. Ambos me daban mala espina.

     — ¿Qué hay de ustedes? —Urgió Kenta a los dos chicos—. ¿Cómo se llaman?

     Los dos aludidos intercambiaron miradas y simplemente se alejaron del grupo, supuse que ellos querían ir por su cuenta, igual que Kiyoshi. Vi como Mirai los fulminaba con la mirada. Acto seguido, llamó nuestra atención diciendo:

     —Yo soy Mirai Minamoto y tengo el primer lugar de las mejores puntuaciones. Tengo un Dorulumon, un Cutemon, algunos Pickmonz, un Opossumon y un Impmon.

     El grupo se sumergió en un sepulcral silencio. Las miradas de todos se posaban alternativamente sobre Mirai y yo. Me di cuenta de que estaban esperando a que Mirai y yo nombráramos a los miembros de nuestros equipos. Así que comencé a valorar mis opciones. No estaba segura de a quiénes tendría que elegir, pero Mirai interrumpió mis pensamientos al decir con tono demandante y señalando a Kyoko con un dedo:

     — ¡Yo te quiero en mi equipo, Kazuma!

     — ¡Ni lo sueñes, niña! —Respondió Kyoko con violencia, debo admitir que era satisfactorio que nadie quisiera cumplir sus caprichos—. Yo me quedaré con Umiko.

     —Si depende de los Digimons que tiene cada líder, prefiero luchar junto a un Piedmon que un Opossumon —dijo Katsura y caminó hasta quedarse junto a mí—. Yo me quedo con Umiko.

     Katsura y yo intercambiamos una sonrisa. Era agradable tener a esa chica conmigo, seguro lograríamos idear alguna estrategia. Kyoko, Katsura y yo miramos al resto, esperando al siguiente miembro del equipo.

     —Katsura tiene un buen punto... —comentó Kenta pensativo—. Pero a pesar de eso, Minamoto tiene la puntuación más alta, así que yo me quedo con ella.

     —Y yo —lo secundó Kumiko.

     Ambos caminaron hasta quedar cerca de Mirai, ella les dedicó una tierna sonrisa. Tan sólo quedaba Reiji, que estaba parado entre nosotras dos. Mirai lo miró ansiosa, pero no pude evitar dedicarle una sonrisa triunfal cuando Reiji anunció:

     —Yo me quedaré con Umiko.

     Katsura, Kyoko y yo lo recibimos con cálidas palmadas en la espalda. Mirai nos encaró intentando intimidarnos, pero su baja estatura no le favorecía.

     — ¡Voy a vencerte, Ishikawa! ¡Yo volveré antes que tú a la Zona Verde!

     Mirai y su equipo echaron a caminar para alejarse de nosotros. Así que de esa forma organizamos los equipos: Kenta y Kumiko estaban con Mirai; Katsura, Kyoko y Reiji estaban conmigo; Kiyoshi y los otros dos chicos misteriosos se fueron por su propio camino. Estaba completamente insegura con respecto a nuestros destinos. Las instrucciones de Satanmon habían sido más que claras, había que asesinar a cinco de nosotros para poder salir de ese mundo. Aunque Mirai me desagradaba, me preguntaba si sería capaz de asesinarla. Aunque mi vida dependiera de ello, no podía lastimar a nadie más para salvarme.

     Sin detenernos a pensar, nos dirigimos a la Zona Isla.

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