Capítulo XIV: Los Pergaminos - El Reto de la Zona Shinobi

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     A la mañana siguiente, salimos de la casa donde nos hospedamos para encontrar que Satanmon ya nos estaba esperando. El cuello de Mirai se notaba de color rojo tras lo ocurrido la noche anterior y ella no dejaba de tocarlo esbozando una mueca de dolor. Kiyoshi no se inmutaba al ver aquello.

     Frente a nosotros aparecieron cinco pergaminos enrollados y atados con una cinta de color rojo.

     — ¡Bienvenidos a la Zona Shinobi!  —Exclamó Satanmon desde el cielo—. Espero que hayan tenido un buen descanso. Es hora de continuar con los retos. Los pergaminos que hay frente a ustedes contienen la clave para sobrevivir al reto de la Zona Espada. Lo que tienen que hacer ahora es correr desde ese punto hasta la cima de esa montaña —explicó señalando nuestra meta con un dedo. En ese sitio alcanzaba a distinguirse el brillo del portal que nos transportaría a la siguiente zona—. Deben llegar con sus pergaminos intactos pues sin ellos, no podrán continuar. Tendrán treinta minutos para atravesar el portal. ¡Nos veremos en la Zona Disco!

     Satanmon desapareció y vimos aparecer el cronómetro. También volvieron las barras verdes y no pude evitar pensar en Reiji. La voz mecánica volvió a contar para anunciarnos que debíamos prepararnos para salir.

     —Diez.

     Recargué a Sparrowmon y me monté sobre él. Tomé mi pergamino y lo oculté debajo de mis ropas.

     —Nueve.

     Katsura no tenía mucho de dónde elegir así que recargó a Garurumon y se montó sobre él. Ocultó su pergamino en la parte trasera de sus pantalones.

     —Ocho.

     Kiyoshi utilizó de nuevo a Moosemon, él no se había molestado en ocultar su pergamino y lo llevaba aferrado con la mano derecha.

     —Siete.

     Mirai eligió a Dorulumon, de nuevo, y también ocultó su pergamino bajo sus ropas. La vi hacer una mueca de dolor mientras pasaba una mano por su cuello.

     Sentí lástima por ella.

     —Seis.

     Kyoko se montó sobre Kyubimon y esbozó una sonrisa de suficiencia que nos dedicó a todos antes de ocultar su pergamino.

     —Cinco.

     Los Etemons que nos habían acogido sacaron banderines y comenzaron a lanzar vítores a favor nuestro. No pude evitar esbozar una sonrisa aunque sabía que era cruel la forma en la que ellos nos alentaban a matarnos entre nosotros.

     —Cuatro.

     Me aferré con fuerza a Sparrowmon y le indiqué con susurros que quería que acelerara lo más posible para obtener la ventaja. Él se limitó a asentir, como si quisiera mantenerse en silencio para evitar que los demás escucharan mi plan.

     —Tres.

     Dorulumon y Garurumon se colocaron en posición para salir corriendo. Vi a Mirai ocultar su rostro con el pelaje de su Digimon y deseé que si ella debía caer ahí, al menos no tuviera una muerte demasiado dolorosa.

     —Dos.

     Musité un par de palabras hacia Mirai. Le deseé buena suerte y le dediqué una cálida sonrisa. Ella me miró y me devolvió el gesto. Se enjugó las lágrimas y esbozó la misma sonrisa de suficiencia que Kyoko, casi como si estuviese confiada de que sobreviviría.

     —Uno.

     Escuchamos la señal y salimos.

     Sparrowmon y yo nos adelantamos, Mirai iba pisándonos los talones y Kiyoshi estaba en tercer lugar. Ni bien habíamos recorrido un par de metros cuando el primer ataque de Kyubimon nos impactó. Me tomó por sorpresa y caí de mi Digimon. Tardé unos segundos en recuperarme y sólo pude sentir la pequeña mano de Mirai sujetando mi muñeca para ayudarme a subir al lomo de Dorulumon. Me pareció el plan perfecto. Después de todo, Satanmon no había dicho nada sobre no trabajar en equipo.

     Sparrowmon volvió a mi Xros Loader y recargué en su lugar a Rosemon y Piedmon para que nos cuidaran las espaldas.

     — ¡Este es el plan!  —exclamó Mirai sin quitar la mirada del camino que teníamos frente a nosotras—. ¡Tú peleas y yo nos llevo al portal! ¿De acuerdo?

     — ¡De acuerdo!  —respondí.

     Mirai asintió y Dorulumon apretó el paso. Pronto dejamos atrás a los demás.

     Escuché a Katsura gritar y me giré para ver que Moosemon ya había dominado a Garurumon. Katsura estaba tendida en el suelo y escupía sangre. Kiyoshi iba sobre el lomo de su Digimon y me pareció que era hora de lanzar el primer ataque.

     Miré a Rosemon y ella pareció entenderme pues al instante lanzó un rayo de energía en contra de Kiyoshi. El ataque logró derribarlo de Moosemon, Mirai y yo no nos deteníamos.

     Dorulumon esquivó ágilmente un ataque de Kyubimon y Piedmon contraatacó lanzando sus espadas en contra de Kyoko. Nuevamente di un vistazo y pude ver que Katsura iba también sobre el lomo de Kyubimon. Kiyoshi ya se había recuperado del golpe e iba al galope sobre Moosemon, casi a la par de Kyubimon.

     Aunque eran veloces, Dorulumon nos daba una gran ventaja.

     Casi como si todo estuviera sincronizado, comenzaron a llegar ataques enemigos que no pertenecían a nuestros Digimons cuando el reloj anunció que quedaban veinte minutos del plazo establecido. La inconfundible estrella de un Shurimon se dirigía hacia nosotras.

     — ¡Reload, Opossumon!

     Mirai gritó aquello al mismo tiempo que cerraba sus ojos para evitar ver cómo esa estrella nos cercenaba las cabezas. Opossumon salió de su Xros Loader y evolucionó en Cho-Hakkaimon justo a tiempo para bloquear el ataque de Shurimon haciendo girar su gigantesco martillo.

     Nuevamente escuché un grito de Katsura y me giré velozmente para ver que ella tenía problemas contra un Ninjamon que intentaba arrebatarle el pergamino. Kyubimon fue lo suficientemente hábil para derrotarlo y continuaron.

     De repente fuimos golpeabas por el inconfundible ancla de Mermaimon. Kiyoshi nos había alcanzado. Rosemon consiguió atarlo junto con el resto de sus Digimons gracias a sus enredaderas y nosotras continuamos. Habríamos tomado de nuevo la ventaja de no ser por los cinco Shurimons que aparecieron frente a nosotras y el ataque que la Lilamon de Kyoko nos lanzaba por la espalda.

     No lo entendí. Si teníamos que luchar contra los hombres de Satanmon, ¿porqué pelear también entre nosotros?

     Piedmon no tuvo más remedio que enfrascarse en una lucha contra Lilamon.

     Escuchamos una explosión a nuestras espaldas y pronto pudimos ver que Kiyoshi volvía a la contienda. Dorulumon no tuvo problemas para abatir a los Shurimons que nos tapaban el paso pero los enemigos no dejaban de aparecer. Vi a un Ninjamon que intentaba arrebatarle el pergamino a Kiyoshi y fue entonces que lo comprendí. Esos Digimons querían evitar que llegáramos con nuestros pergaminos al portal.

     — ¡Cambio de planes, Mirai!  —exclamé y ella asintió—. ¡Reload, Sparrowmon!

     Sparrowmon salió de mi Xros Loader y me monté en él de un salto. Le tendí la mano a Mirai para que la tomara pero un ataque de Shurimon consiguió provocarle un corte en el antebrazo derecho. Piedmon escuchó gritar a mi pequeña amiga y atacó a aquél Shurimon con su Hechizo Final. Nuevamente intenté tomar la mano de Mirai y esta vez sí conseguimos que ella se montara sobre Sparrowmon.

     Quedaban quince minutos cuando logramos distinguir el portal, estaba a poco más de dos kilómetros de distancia. Fuimos golpeadas por dos esferas de energía, cortesía de Lilamon. Recargué a Lucemon y él se encargó de dejar atrás a nuestros enemigos con su Choque Galáctico. Sin embargo, sentimos la embestida que Moosemon nos dio tras dar un salto.

     Aquello fue positivo ya que ese golpe nos empujó para atravesar el portal.

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