Pesadilla

737 26 4
                                    

~1 semana después~

Estaba acostada en el sillón, viendo un programa que definitivamente no me interesaba, con el pie en alto sobre una pila de cojines sosteniéndolo. Me había lesionado el pie, está ves fue grave; el doctor dijo que no podría volver a entrenar ningún deporte de alto impacto, y que probablemente no lo podría hacer por el resto de mi vida. Me sentía inútil, estando todo el día en ese estúpido sillón, debido al resposo completo. Estaba sola en casa, ya que los chicos seguían en el estudio porque iban a planear todo para su tour antes de que se fueran de vacaciones. Además de que Ian y Romi se regresaron a ______(tp), dejándome a mi sola con mis pensamientos nuevamente. Cada vez que pensaba de más, además de obtener un gran dolor de cabeza, todo lo que conseguía era sentirme peor conmigo misma y con los chicos. El pensar en todo, me hacia recordar lo insignificante que era para el mundo, lo poco que les importaría que algo les pasara. Habían momentos en los que había pensado en suicidarme, pero era demasiado cobarde para eso, no podría siquiera intentarlo.

Pero me dedicaba a imaginar sus reacciones; con sus caras sin rastro de tristeza, a ninguno de ellos, tal vez a mi hermano le importaría algo por ser su única familia, pero al resto le importaba nada. Me dolía el tan sólo imaginar su des entendimiento. Especialmente el de Nathan, en esta última semana hemos pasado mucho tiempo juntos, viendo películas o simplemente conversando y conociéndonos mejor; sentía que me estaba haciendo cada vez más cercana a él, que la sensación que tenía cada vez que estaba cerca, aumentaba cada día más. Pero, ¿Porque sólo la siento cuando estoy con él?, Porque no me pasa con ninguno de los otros chicos, es sólo con él. Esa sensación que aún no logró nombrar que me hace sonreír y sonrojar cada vez más, me hace sentir feliz sin importar que haya pasado, que es adictiva y que no quiero dejar de sentir, esa sensación de tener mariposas en el estómago.. Espera... Esa expresión la había escuchado antes, pero sólo significaba algo... pero no podía ser... ¿O si?

Mi mente luchaba por repetirme que no era verdad, que eran sólo ideas mías, pero como siempre, algo me decía que tal vez si lo era. Sacudí mi cabeza, tratando que los pensamientos se fueran y me dejarán en paz, pero obviamente mi mente no se iba a dar por vencida. Estuve debatiendo conmigo misma por alrededor de media hora más, antes de que mi estómago se hiciera presente reclamando comida.

Era hora de almuerzo, y los chicos no llegarían hasta pasado las seis. Me dijeron que no me parara amenos que fuera estrictamente necesario, la situación estaba completamente en esa categoría así que comencé a levantarme.

Luego de lo que parecieron horas, logre ponerme de pie. Andaba en un buzo gris con una polera naranja que definitivamente no era de mi talla, ya que me quedaba enorme. Tome mis muletas, que ataban apoyadas contra el sillón, para tratar de alcanzar la cocina y callar mi estómago. Abrí el refrigerador, para encontrarlo casi vacío, sigo sin entender como estos chicos nunca tienen comida. Saqué algo de lechuga, además de otras verduras, no tenía ganas de cocinar, por lo que tendría que conformar con una ensalada.

Corté los vegetales, para ponerlos en un plato y comenzar a comer en silencio. Debo de haber comido dos bocados, antes de que el apetito se me quitara por completo, odió comer sola y no estaba de buen ánimo. Puse lo que quedo en ella basura, antes de volver de a mi posición anterior.

Estaba acostada en la misma posición desde hace ya media hora, viendo el techo con la mente en blanco por primera vez en mucho tiempo. Sentí como mis párpados pesaban, y comenzaban a cerrarse poco a poco.

De pronto estaba parada en una habitación negra, no lograba verme ni siquiera las manos, estaba en silencio, todo lo que oía era mi respiración mientras sentía como mi corazón estaba por salirse de mi pecho. Las luces se pendieron de improviso, encandilando me y dejándome ciega por unos segundos. Cuando recobre la visión me encontraba en una casa deshabitada, con unas enormes paredes de cemento que tenían rastros de humedad. Camine hasta llegar a una habitación que no tenía nada más que una silla, una silla de madera claramente dañada por el tiempo; me adentre unos pasos, antes de que la puerta se cerrará de golpe detrás de mi, me gire rápidamente pero sin ver a nadie, voltee mi mirada para ver la silla en el mismo lugar que se encontraba antes, pero con una nota encima. Cogí la nota entre mis temblorosas manos, y la abrí lentamente encontrándome con una letra desordenada pero familiar. Decía, " Sabes que no huirás tan fácil de mi, tu eres mía y sólo mía, nadie podrá protegerte. Te encontrare. Sam" , mi corazón paró en seco, sentí como las manos comenzaban a sudarme, las rodillas me temblaban, los ojos de me abrieron a más no poder, y mis sentidos estaban al máximo.

Learn to Love (Nathan Sykes y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora