Ganancias y Pérdidas

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Estaba sentada en el café donde habíamos acordado con Sofi, en cualquier momento llegaría. Estaba ansiosa, nerviosa y al mismo tiempo feliz. Era extraño, pero quería hablar con ella, quería conocerla mejor.

Después nuestro abrazo con Jay, me senté a su lado para desayunar, estuvimos en silencio pero nos decíamos todo con simples miradas silenciosas llenas de significados ocultos que solo nosotros podíamos decifrar.

No había pasado nada más, no me había topado con el resto de los chicos porque, como los vagos que eran, seguían durmiendo a la hora que salí de la casa. Hace tiempo que no los veía, y los extrañaba; proablemente los vería de nuevo la semana siguiente, porque estaban bastante atareados.

Estaba inmersa en mis pensamientos, cuando alguien se sentó en frente mío. Sofi. Tenía una sonrisa en su rostro, se podía ver a kilómetros de distancia. Traté de devolverle el gesto, y por más que lo intenté, no resultó. Así que preferí hablar.

-Hola- La saludé tratando de sonar alegre, lo que al parecer, funcionó, porque la sonrisa en su rostro creció un poco más.

-Hola- Respondió entusiasmada. Levanto la mano para llamar la atención de el mesero. Ella irradiaba felicidad, parecía iluminar cualquier lugar en el que estuviera. Sinceramente, era como una estrella encapsulada.

-¿Cómo estas?- Pregunté. Realmente quería conocerla, sentía que de ella podía aprender muchas cosas; aprender a ser feliz, ,porque al parecer yo no tenía idea de como serlo.

-Bien, no hay muchas novedades realmente, ¿Y tú?- Dijo con la misma energía. Y aunque la sonrisa inicial había desaparecido, las comisuras de sus labios se elevaban ligeramente. Era algo así como una sonrisa imperceptible.

-Bien, gracias. Y ¿Cómo ha ido todo con el equipo?- Pregunté, aunque me doliera. Sabía que no podría volver a competir, y hablar de ello me ponía bastante sentimental, pero no sabía como más comenzar una conversación.

Así comenzó una larga conversación sobre temas banales, pero me hacia sentir mejor, me sentía despejada. Aprendí bastante de ella. Sabía que su familia ya no vivía aquí, porque su madre había tenido que irse a algún extraño lugar en Asia por su trabajo; tenía una hermana pequeña, a la que extrañaba y que iba a visitar en navidad porque estaba en la cúspide de su carrera como gimnasta y quería llegar a los juegos olímpicos, así que no tenía mucho tiempo libre. Me dijo que había tenido un novio, con el que se había peleado y que cuando fue a tratar de reconciliarse lo encontró con otra, al final, lo mandó a la mierda. Pero ahí fue cuando la conversación cambió de rumbo.

-Cuentame de ti ______, quiero conocerte- Dijo despreocupada, tomando un sorbo de su café. Yo casi escupó el té que tenía en la boca, no esperaba que me preguntase a mí. Aunque ella ya me había contado prácticamente toda su vida, era lógico; era lógico para todos menos para mí.

-Erm... Tengo un hermano, es mi gemelo y se llama Ian. Somos de ________(tp), pero yo me mudé aquí hace tiempo y él se quedo allá- Dije. La respuesta era simple, no quería decirle mucho. seguía sintiendome insegura de contarle, pero se lo merecía, porque ella me había contado ¿No?

-¿Se quedó con tu familia?- Preguntó inocente, ella no tenía idea de que yo no tenía más familia que Ian; claro que no sabía, yo no le había dicho nada. Así como tampoco sabía que este era un tema delicado, que aún dolía, hubiese pasado el tiempo seguía siendo una yaga abierta.

-Yo...Bueno... Yo e Ian, somos... huérfanos- Respondí nerviosa, no sabía como se lo tomaría. Había gente que se espantaba por el hecho de que no tuviera padres, pensaban que era algo así como una "salvaje", tampoco es que le hubiese dicho a mucha gente, solo lo había mencionado en entrevistas de trabajo.

Learn to Love (Nathan Sykes y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora