Recordando

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CAPÍTULO 6:

Desperté, alrededor de las nueve de la mañana, dormí bastante poco la verdad pero el sol ya había salido así que tuve que levantarme. Tomé unos shorts color naranjo, una polera blanca grande con un corazón rojo en el medio y unas converse rojas, me duché, vestí y maquille. Baje a desayunara una hora después, hice un té y me comí una manzana.

Mientras comía mi manzana, llego Max a la cocina con cara de sueño, se estaba agarrando la cabeza entre sus manos, así que supuse que tenía migraña por su estado la noche anterior. Le di un café y una pastilla para el dolor de cabeza, él tomó todo agradecido mientras llegaba Siva y Nare a la cocina.-Buenos días- dije,-Buenos días- respondieron ambos a coro. Prepararon su desayuno y se fueron a sentar a la mesa de diario donde se encontraba Max, yo preparé otro café porque sabía que Jay iba a llegar con dolor de cabeza, así que también deje una pastilla en el plato; a los cinco minutos Jay apareció por la puerta exactamente como lo había hecho Max, le di el café y la pastilla- Gracias pequeña- dijo él,- De nada- respondí. Me fui a sentar a la mesa de diario con el resto, Jay me siguió. Bajaron Tom y Kelsey al los diez minutos, e hicieron lo mismo que nosotros.

Yo me levanté de la mesa, y dije que iba a dar un paseo, subí a mi cuarto tomé un poleron y baje a la salida. Salí de la casa y comencé a caminar sin rumbo, solo pensando en todo lo que había recordado la noche anterior, todos esos horribles recuerdos con Sam, donde yo siempre era víctima de sus golpes y agresiones. Luego traté de recordar lo que me gustaba hacer antes de conocerlo, y en mi infancia.

Recordé el orfanato, recordé que ahí había clases de ballet, pero no me gustaba, yo hacía gimnasia , que era solo para hombres pero mi hermano convenció al entrenador de que me dejara entrenar con ellos. Fui aprendiendo desde niveles muy básicos, hasta llegar a competir en las competencias más importantes de mi país. Recuerdo que todos decían que iba ser muy buena cuando grande, que iba a ser un orgullo para el país, pero luego no pude seguir entrenando porque me lesioné y porque el gimnasio cerró. Con Ian vinimos de vacaciones a Londres, pero yo preferí quedarme acá, no volví a hacer gimnasia nunca más, pero estaba segura de que me seguía gustando, tanto como me gustaba en ese momento. Cuando era pequeña también me gustaba ir al parque y comer algodón de dulce, columpiarme y jugar en los juegos que ahí se encontraban.

Al acordarme de lo bien que lo pasaba, decidí ir a una plaza de por ahí cerca, cuando llegué vi que había un columpio y que no había nadie más en la plaza. Me senté y comencé a balancearme tal cual niña de cuatro años. Descubrí por qué me gustaba tanto, porque me hacía sentir que volaba, que era libre, que podía hacer lo que yo quisiera. Estuve ahí alrededor de una hora, para luego volver a casa. Cuando llegué vi a Jay y a Max en la sala jugando play station, era un juego de carreras; se veían muy graciosos, porque cada cierto rato gritaban que iban ganando. Fui a mi cuarto a dejar mi pollerón, para luego ir a la cocina a preparar algo, pregunté a Jay y a Max que querían comer, -No sé- fue la respuesta que obtuve a la pregunta. Decidí hacer comida típica de México, tomé harina y otro par de cosas para hacer la masa, hice carne y muchas ensaldas.Puse en el horno las masas y espere a que se cocinarán bien. Cuando termine de cocinar, lavé las ollas y cubiertos que había usado y puse la mesa, puse en una bandeja las masas y las ensaladas en distintos platos alrededor de la mesa. Llamé a los que estaban en la sala, y luego subí y vi que Nathan estaba en su habitación así que le dije que bajara, le dije a Tom y Kelsey que estaba listo y a Narre y a Siva igual.

Nos sentamos en la mesa, yo explique que eran, y todos comieron felices, diciendo que estaban muy ricas, Jay me agradeció el haberme acordado de que era vegetariano. Cuando acabamos llevamos las cosas a la cocina y lavamos. Todos se fueron a sus respectivas piezas y yo me quedé en la cocina comiéndome otra manzana, porque estaban muy buenas y nadie se las comía más que Jay y yo; así que si las dejábamos mucho tiempo más se iban a echar a perder. Luego subí a mi pieza y tomé mi computador, busqué algún gimnasio donde pudiera entrenar algo, encontré uno a veinte minutos de la casa, así que llamé para preguntar Expliqué que llevaba como cinco años sin entrenar nada, ellos me dijeron que estaba bien y que podía ir en un rato más para ver de qué me acordaba. Ordene un bolso con un peto deportivo y unas calzas cortas, puse una toalla, un cambio de ropa y el desodorante. Eran alrededor de las tres de la tarde, fui a ver quién me podía llevar, pero todos habían salido a no sé donde, por último estaba Nathan, quién era el único que se había quedado-"Tremenda novedad"-pensé. Fui a su cuarto, toqué la puerta y él me indicó que pasara, le dije que si me podía llevar al gimnasio y él asintió.

Learn to Love (Nathan Sykes y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora