Pienso que si Jesús hubiese hablado desde mi balcón, no hubiese hablado de montañas, hubiese dicho que con un poquito de fe podría mover los edificios.
Y, ¿sabes? los pude mover. Pero no a esos que tengo delante mío, sino los que nadie puede ver. Esas cosas que construí en mi corazón; edificios de prejuicios, montañas de rencor, paredes de indiferencia, ventanas cerradas por haber sufrido dolor. Hay sólo una cosa que logra mover aquellas cosas y arreglar el corazón, son las fuerzas más poderosas del mundo: el amor y la oración.Lucas 17:3-6, Marcos 11:22-25
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Guerrero en Cristo
SpiritualEl único fin de este espacio es glorificar a Aquel que me rescato, y cambio mi tristeza y decepción en amor, felicidad y gozo. Ahora mi vida tiene un propósito, y es adorar a Aquel que dio su vida por mi, porque cree que valgo la pena y la vida mism...