|Tormentas|

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En medio de esa tormenta, sólo deseaba que terminará, y poder hacer como si nada pasará. Olvidar lo sufrido, enterrar el dolor, volver a levantarme y volver a ser yo. Pero era imposible, porque los días eran largos y las noches eternas, porque nada tenía sentido y no había quien entendiera. Porque en medio de las tormentas sientes que estás completamente solo, y no puedes ver qué hay más allá de todo. Miré al cielo y sólo llovían dudas, miré a los costados y no encontré ayuda, miré hacia abajo y me vi sin cura. Lastimada, lastimé. Hasta que mis ojos cerré, con mi corazón confíe. Y aun cuando no vi nada, vi todo, porque entendí lo que siempre me decían, que "no es por vista, es por fe". Tan cerca te sentí, y recordé que ese dolor que viví, lo habías sufrido en tu muerte por mi. Estuviste ahí siempre, aún cuando no tuve la valentía suficiente, para rendirme a tus pies, a tus planes, a lo que tú quisieras hacer. Y hoy sé, que las tormentas pasan, pero algo queda; porque el dolor nos lastima, pero también nos enseña; porque no somos los mismos después de la tormenta, si dejamos que seas tú el que deje las huellas; porque en tu amor nos hieres, pero también nos vendas; porque por ti lloramos, pero tu paz nos consuela; porque eres bueno, aún en medio de las pruebas; porque sólo tú sabes cómo transformar la piedra, para que brille y refleje tu gloria.

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