Nina: 2 "Campos Eliseo"

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 -Conozco a su madre desde que tengo memoria, alguna vez fuimos muy buenos amigos. Pero hace años que no hablamos –Explico el señor Alec con tono lúgubre, paso su mirada hacia mí –Tú Nina eres la más parecida a Zia que el resto de tus hermanos, no solo por lo físico si no también por la personalidad, algo que hoy en día los humanos no apreciamos.

Trate de no sonrojarme.

-Entonces eras muy buen amigo de nuestra madre. ¿Qué ocurrió con su amistad? Debió haber pasado algo grave. –Dijo Peter.

-Bueno a veces los amigos se separan y por desgracia ese fue nuestro caso, nada grave por supuesto incluso me invito al bautizo de uno de ustedes pero no pude asistir por culpa de mi trabajo. –Se puso una mano en el rostro como si le hubiera dolido haber dicho eso, pero de pronto vi como una pequeña lagrima le salía del ojo izquierdo. –Discúlpenme, es muy duro para mi recordar.

Se dirigió hacia un pequeño armario lleno de telarañas que en había copas de vidrio y botellas de distintos colores y de el saco una de color azul rey, era bastante grande e incluso le salían un extraño vapor. Logre ver lo que decía la nota que tenia pegada:

"Syreni Lacrimae"

"Esta botella puede llevarte al lugar de tus sueños o al de tus mas profundas pesadillas."

El señor Alec logro abrirla y de ella soltó un aroma a pino combinado con tulipanes pero al paso de un minuto ese olor desapareció y otro salio, el nuevo olor era bastante fétido e incluso la atmosfera de la biblioteca se había vuelto fría y triste. Puso una enorme sonrisa en su rostro y tomo 8 copas de vidrio para después ponerlas en una pequeña mesa, inclino la botella y salio un líquido de tono azulado, ya que lleno cada una de ellas puso devuelta la botella en el armario.

-Este vino es muy especial, fue echo en Grecia a finales del siglo 19, es el ultimo que queda. –Explico el señor Alec. –Se decía en la antigua Grecia que los que bebían este vino se trasportaban a otro mundo.

-¿Nos beberemos eso? –Pregunte.

-Es bastante claro Nina, lo estaba guardando para ustedes, y en lo personal jamás lo he probado desde que lo compre, pero tendremos que esperar a sus hermanos faltantes para hacer el brindis. –Contesto el señor Alec un poco entusiasta.

-¿Nos podría decir la razón por la cual estamos aquí señor? –Pregunto Cassia un poco desesperada.

El señor Alec puso sus brazos detrás y empezó a dar un ligero paseo por la biblioteca pero se detuvo frente a una pintura de una doncella bailando junto a un hombre frente a un hermoso lago, la contemplo durante un minuto y después dijo:

-Quiero que ustedes hagan algo por mi, que rescaten a una persona por mi. –No dejo de contemplar la pintura. –Ella es la única que puede salvar de una vez por todas, este horripilante mundo de la catástrofe que se viene.

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