Elisa: 4 "La otra"

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Comencé a abrir mis ojos lentamente, estaba tirada en medio de la nada, el cielo era iluminado por las estrellas que había en el. Sentía como las brisas del aire jugueteaban con mi cabello, era una sensación hermosa y además calida. Trate de mover mis brazos pero no pude....Por alguna extraña razón mis manos estaban encadenadas al suelo, miro hacia mis pies y me percato que también están encadenados. Alcanzo a notar que algo se mueve entre las sombras, mantuve la calma para no morir. La silueta se empezó a acercar a mí; el miedo me consumía, era como sentir una mano fría por todo tu cuerpo. Cuando finalmente se acerco hacia mi note que era una chica encapuchada lo que ocasiono que no le mirase el rostro, saco una daga y la alzo a los aires.

El corazón me latía con tanta fuerza, pero no debía mostrar debilidad al enemigo, no quería darle la satisfacción de que me asustase.

Pero entonces desvío la daga hacia las cadenas y las comenzó a cortar una por una hasta que quede liberada.

-Deberías agradecerme. –Dijo la chica misteriosa. –Sino te hubiera encontrado yo, hubieras muerto a manos de esas bestias. Créeme he visto como torturan a las almas de las personas que llegan aquí.

Su voz se me era familiar.

-¿Quién eres? ¿Por qué me salvaste? –Pregunte, tratando de observarle la cara. Su rostro se me hacia familiar.

Ella solo sonrío, su sonrisa era tan macabra que me hacia la piel de gallina.

-Me llamo Anne. –Exclamo la chica misteriosa que ahora se llamaba; Anne. –Y te salve porque no puedo seguir viendo como las almas que llegan aquí son torturadas. Aparte de eso, es que....Yo soy....Tu otra.....Mitad.

Comenzó a quitarse la capucha y la mire detenidamente; era exactamente igual que yo, el mismo cabello, la cara, el cuerpo. Lo único en lo que no éramos iguales era en el tono de piel (El de ella era grisáceo, el mío era pálido) y en el color de los ojos (Los de ella eran de un color oscuro que te hacia quedarte viéndola por bastante tiempo, mientras que los míos eran azules.) y era un poco mas esbelta que yo e incluso no tenia mis sutiles ojeras.

-¿Qu...Que eres? –Pregunte con tono asustada.

Ella solo comenzó a reír y dijo:

-Soy tu, pero sin defectos. –comenzó a agarrarse el cabello. –Nos llaman doppelgangers, y dice el mito que si miras a tu otra mitad, simboliza un augurio de muerte. O sea que La Muerte acecha a ti y a tu familia. Pero no te preocupes no te matare, sino al contrario, te ayudare a escapar de aquí y a acabar con este maldito caos de una puta vez.

Solo trague saliva, estaba parada frente a una doble de mi o talvez era una broma de mis hermanos, así que me limite a decir:

-Si eres mi doble, ¿podría hacerte una pregunta muy personal? –Pregunte, mirándola fijamente a los ojos, lo que provoco que notara mi poco miedo que le tenía y solo empezó a embozar una sonrisa malvada.

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