Al día siguiente, como todo domingo, me dediqué a la limpieza en la casa por la mañana y en la tarde daría comida a los animales de la granja, la noche anterior a penas pude dormir, en mi mente solo pasaban esos ojos viéndome fijamente una y otra vez, había algo en esa mirada que me hacía pensar si ya los había visto en otro lugar ¿porque querría volver a verme?,tal vez para arrestarme y llevarme a las autoridades por leer, no lo se.
Llegó el siguiente sábado no fui a la cueva, ni el siguiente, no fue hasta el tercer sábado, después de lo sucedido, llegué después de la hora de siempre, cuando llegué a la cueva no había nadie, estaba vacía como siempre, posiblemente se cansó de esperar, ese día terminé de leer antes por miedo que llegara en algún momento, pero no llegó.
El lunes por la mañana iba de camino al mercado, a dejar la verdura, como siempre lo hacía, pasé por la cueva, unos metros más adelante escuché una voz conocida, era él.-Hola señorita – Quedé paralizada, pero luego reaccioné, estaba cansada de tener miedo, así que dije -sabes que, si vas a arrestarme ya hazlo por favor, no aguanto mas- - ¿porque dice eso señorita? no la arrestaré, ni nada por el estilo, solo quiero hablar con usted - dijo tranquilamente
-aah ¿de verdad no va a arrestarme? usted me vio-
- sí, sé lo que vi – me interrumpió - ¿entonces, qué quiere hablar conmigo?-
- quiero que me enseñes a hacer lo que vi –
- ¿que le enseñe? –
-sí, por favor se lo ruego – tal vez no sabe leer, pensé, desde que el rey prohibió la lectura hay muchas personas que nunca aprendieron a leer, y no podía decirle que no a esos ojos grises suplicando, me hacía confiar en él.
- Bueno está bien, yo le enseño, lo espero el sábado a las dos de la tarde en la cueva, yo tengo que irme –
- Gracias, de verdad muchas gracias, hasta el sábado señorita - dijo muy emocionado – bueno adiós, y por favor no me digas señorita – me alejé y seguí mi camino hacia el mercado, apenas era lunes, y la semana pasó muy lenta, hasta que por fin llegó el día y la hora indicada, estaba muy nerviosa no sé por qué, tal vez porque nunca había dado clases de lectura a nadie, cuando llegué a la cueva allí estaba él, sentado sobre una roca con cara de nervios
– Hola señori... perdón hola, no sé tu nombre aún-
– me llamo Maguie –
- ohh Maguie, okay Mag estará bien –
- no, MAGUIE –
- sí sí, como digas Mag –
- ¿y tú? ¿cual es tu nombre?-
- Marcus, pero todos me dicen Marc –
- mm okay Marcus –
- mm Marc, no me gusta Marcus -
– bueno Marcus –
- mm eres graciosa – dijo, fijando su mirada firmemente, sentía que si seguía viéndome con esos grandes ojos grises podría desmayar.
– mejor empecemos ya Marcus – dije cortando el incómodo silencio - bueno, bueno tranquila Mag- sonrío un segundo y dejó ver sus dientes, tan resplandecientes como un diamante
– primero te voy a enseñar lo básico... - transcurrió la tarde, hasta que estábamos a punto de terminar la primera clase - ¿tienes muchos libros?– preguntó - mm no, solo tengo estos dos y no sé si existen más, desearía tener más, por lo que tengo entendido el rey se deshizo de todos los que existían, odio tanto a ese señor -
- mm sí, ni que lo digas, pero si lo hubieras conocido antes, era un hombre muy bueno – dijo bando la mirada - ¿qué, tú sí lo conociste? - Pregunté extrañada.
- mmm no. no, es lo que dicen en el pueblo -
- mmm bueno, listo Marcus terminamos la clase, tengo que irme - dije poniéndome de pie y sacudiéndome la tierra del vestido
- espera, ¿ya tan rápido? –
- mm sí –
- está bien, nos vemos el siguiente sábado ¿verdad? –
- sí, a la misma hora-.Así fueron los sábados siguientes, cada semana que pasaba se me hacía una eternidad, creo que Marcus me atraía mucho.
El sábado siguiente llegué a la cueva a la hora acordada, él estaba sentado en la misma roca, tan puntual como siempre – ¿empezamos la clase? – dije, feliz de verlo - mm estaba pensando que deberíamos hacer algo diferente hoy –
- ¿diferente?¿ A qué te refieres con diferente? –
- pues no te había dicho pero me encanta pasear por el bosque y descubrir lugares que nadie conoce, así fue como te descubrí te cuento, quiero llevarte a mi lugar favorito de todo el bosque ¿si? - dijo tomando mi mano – oh esta bien – dije con un poco de miedo aún - bueno, vamos traje comida – hizo un movimiento con su brazo y dejo ver una canasta con comida, olía a fruta fresca– - está bien, vamos -.Llegamos al lugar pero solo miraba unos arboles creando una pared con sus ramas, pero podía oír el sonido del agua. – ¿Y este es el lugar? – dije buscando algo más - exactamente no, es este – separando las ramas de los arboles pude ver un lugar hermoso, con una cascada magnifica que caía en un pequeño río, también habían flores de muchos colores y el lugar olía exactamente a eso, flores.
Estaba tan deslumbrada con el lugar que no me di cuenta cuando desapareció, gire a mi alrededor y no estaba, hasta que grito – Mag, ven – estaba adentro del río
– no gracias prefiero la tierra firme –
- ya, ven o ¿qué, te da miedo? – me quite los zapatos y me sumergí en el agua, en ese momento mi cuerpo quedo rodeado de un agua tibia y cristalina voltee y ahí estaba Marcus mirándome atentamente, y eso me ponía nerviosa - ¿qué? -
- eres hermosa Mag – dijo con una leve sonrisa, sentí que calor recorría mis mejillas, me sonroje y solo pude reír
– Gracias Marcus – en ese momento el espacio que nos separaba fue disminuyendo hasta dejar una pequeña linea delgada entre nosotros, solo podía ver sus grandes ojos grises mirándome fijamente y de pronto cuando iba a besarme por fin, un ruido de caballos nos sacó de nuestro trance, me separé rápidamente.
– no te preocupes nadie conoce este lugar – dijo con una sonrisa-
-bueno, tengo hambre ¿comemos? - dije para cortar la tensión
- si claro –
salimos del río y nos sentamos en el pasto, Marcus sacó de la canasta frutas y unas copas con jugo de uva – y cuéntame de ti Mag – habló por fin - ¿qué quieres saber? –
- mm tu color favorito, tu comida favorita, tu pasatiempo favorito, y no sé, el tipo de chico que te gusta – eso ultimo me puso nerviosa
– mi color favorito es el azúl, comida favorita no tengo porque amo todas las comidas, mi pasatiempo favorito leer – me quedé callada por un momento hasta que preguntó
– ¿y tu tipo de chico? –
- Eem que tenga lindas manos – sip eso respondí, genial, no pude haber dicho algo mejor que eso y dije luego – ¿y qué me dices de ti? –
- mi color favorito café oscuro como tus ojos, comida favorita no tengo porque amo todas las comidas, mi pasatiempo favorito ya te lo dije, descubrir lugares que nadie conoce y mi tipo de chica, como tú – lo ultimo lo respondió con una sonrisa en su rostro, yo solo pude ignorarlo, se levanto del lugar de donde estaba comiendo y dijo
– oye tengo una duda –
- sí dime –
- ¿tengo manos lindas? – me quedé muda mientras él se miraba las manos con duda, al fin pude responder - sí, sí tienes manos lindas ¿ya nos vamos? –
- jaja si tú quieres, sí – me levante rápido y caminé hacía donde se suponía era la salida, después de un tiempo no volvimos a tocar el tema, cuando llegamos a la cueva me dijo
– bueno es hora de irnos, ¿en donde vives? –
- en una granja, algún día te llevaré – todavía no podía llevarlo con mi abuelo
- está bien –
- ¿y tú donde vives? - - En el pueblo – dijo con un tono algo nervioso, pero no le tome importancia – ¿nos vemos el sábado? –
- sí, hasta el sábado Mag –Caminé hasta la granja sin sacarme de la cabeza lo que ocurrió en el río, prácticamente habíamos tenido una cita, de las que mi abuelo me contaba que habían antes, cuando eramos libres.
ESTÁS LEYENDO
Le Palais.
Teen FictionMaguie es una de las pocas personas que puede leer en el reino, en el que ella vive con su abuelo, a las afueras del bosque, no quiere dejar de leer el libro que tiene, ya que es el único recuerdo que le queda de sus padres a quienes el rey mató. M...