Capitulo 4

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Capitulo 4:
Eran las 7:00 en punto cuando llegamos al estadio.
Al parecer ya estábamos todos porque Ben empezó a llamar por vestuarios según el deporte en el que estábamos.
Eran al rededor de las 8:15 cuando solo quedábamos Voleibol femenil, atletismo y natación por ser alistados.
Habían televisores en nuestra área así que podía ver que estaba pasando en la inauguración.
Me estaba gustando mucho. Lástima que no podía estar ahí afuera.
Escuché un estallido de risas femeninas falsas y me volteé a ver que las causaba.
No me sorprendí al ver que glo que las ocasionó eran mas o menos 25 chicas (incluidas compañeras mías) que estaban coqueteando descaradamente con Kendall Schmidt.
Guau, era impresionante ver como aun entre deportistas, hay algunas que pueden ser muy zorras.
Lo entiendo, era Kendall Schmidt, hasta a mí me gustaba, pero hay que saber cuando se tiene que ser discretas, en especial cuando es un patán como Schmidt.
El nuevo "ídolo de América". El abanderado de este año. Entrenado por Michael Phelps, Schmidt era el nuevo nadador en el que todos tenían puestos los ojos, incluidas las mujeres, y como no.
Medía 1.83 cm, era sumamente atractivo, con esos hipnotizantes ojos verdes y ese físico envidiable, además de que estaba soltero.
Sólo había un problema. Era un auténtico imbécil.
Pero aún así me sentía atraída por él.
Como si tuviera oportunidad.
El podía tener a cualquier chica con solo chasquear los dedos y yo ni siquiera había tenido novio.
Dejo de ver a Megan (una chica rubia de atletismo) y su mirada chocó con la mía.
Me guiñó un ojo y rodé los ojos.
Si, me gustas Kendall, pero yo no voy a ser una de tus chicas fáciles.
Pasaron 5 minutos en los cuales me quede viendo la televisión en los cuales sentí la mirada de Kendall en mi espalda.
Me salvé cuando Ben llegó y anunció que éramos las siguientes.
Pasamos las 12 de voleibol al vestidor en los que nos maquillaron y plancharon el pelo y luego nos mostraron los trajes des desfile.
Eran unos pantalones ajustados color caqui con una blusa de vestir blanca y un saco azul a la medida.
Me puse el conjunto y me fascinó. Era sencillo y elegante. Sin duda volveríamos a resaltar.
***
Eran las 9:35 cuando al fin era nuestro turno para salir y desfilar.
Me puse junto a Diana y a Ana. Este era nuestro sueño y quería compartirlo con ellas.
-Estados Unidos de América!- escuché que anunciaban en el estadio antes de salir.
Le dieron la bandera a Kendall y los 350 deportistas empezamos a desfilar.
Cruce mis brazos con los de Diana y Ana y salimos.
Al principio estaba en shock.
Era increíble.
El estadio estaba abarrotado de gente que gritaba al vernos desfilar.
Era una locura.
Ahí fue cuando me di cuenta de todo.
Este era mi sueño. Esta era mi vida.
Una lágrima de felicidad de deslizó por mi mejilla y rápidamente la sequé.
Todo por lo que luché había valido la pena. Estaba aquí. Estaba en Londres para las Olimpiadas cumpliendo mi sueño. Y no podría haber estado más feliz.

Mas que unos juegos Kendall Schmidt y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora