Capítulo 21

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Capítulo 21

Dos puntos; solo eso hacia falta para ganar el juego contra Portugal. Dos puntos que se me van a pasar extremadamente lentos, no porque estuviera intenso el partido, al contrario, ganábamos por mas de 20 puntos, si no porque estaba a nada de caerme dormida.
Ibamos 5 a 22, marcador a nuestro favor.
Había llegado tarde de mi salida con Kendall y apenas pasé por la puerta, Ana me asaltó, significando dos horas más sacrificadas. Para colmo, Fatima mandó a llamarnos a todas a las 7:00 am para repasar los planes y practicar. Adiós sueño de TN__.
Inconscientemente mi mente volvió al restaurante al que fui con Kendall. Sonreí ante el recuerdo, nunca había sido de las que se abrían y contaban todo fácilmente, más bien era la persona a la que acudían ese tipo. Me costó años confiar en esa manera con Diana y Ana, por lo que ser tan abierta con Kendall sigue siendo asombroso.
El sonido del silbato me sacó de mis pensamientos.
"Bien TN__ concentraré. Luego podrás pensar en Kendall. Él está en competencia ahora igual y luego ya podrás hablarle".
Fijé mi mirada en el balón y vi su trayectoria. Iba rumbo a Fernanda, así que se lo señalé.
Se lo lanzó a Rebeca y ella a Ashley.
Lo pasaron a las portuguesas y ellas la devolvieron.
La agarró Caty, me la pasó a mi y se la pasé a Rebeca. Quién la pasó igual al otro lado y gracias a los dioses, la fallaron.
¡Bien! 5 a 23. Sólo quedaba uno, pero conforme el tiempo.
Sonó el silbato y sacamos nosotras.
Ashley sacó y no pude estar más feliz al ver que ellas ni siquiera vieron el balón.
Rebotó en su cancha.
Sonó el silbato otra vez y casi voy corriendo a besar al árbitro.
Volví a ver a mi equipo y nos abrazamos.
Fuimos con Fatima quién nos dio la típica felicitación. Nos dijo que no sabía con quién nos daríamos pero que habría practica mañana a las 5:00 pm y que jugábamos el sábado a las 9:00 am.
Después de eso entré a los vestidores.
Eran las 4:30 pm por lo que me moría por un café o un Gatorade.
Todas se metieron a las regaderas, por lo que me senté a esperar a que se desocuparan.
Saqué mi celular y le envié un mensaje a mi mamá.
-Felicidades fea-. me dijo Ana, parada al lado de mi todavía con su traje de baño. Ella igual estaba en competencia en el mismo horario que yo.
- Ehh, ¿Gracias?- seguía con su cabello mojado y no me explicaba como llegó hasta aquí-. ¿Cómo rayos llegaste aquí? Y ¿por qué sigues mojada?.
Echó una carcajada y agarró mi mano, olbligándome a levantarme.
-Tengo que mostrarte algo- tenía esa mirada en su cara que decía que tenía algo planeado. Me preocupé.
- Esta bien... Sólo déjame cambiarme, o al menos ponerme la chamarra.
Negó con la cabeza y me sacó a rastras de ahí.
No tenía idea de adonde íbamos pero quería cambiarme. El uniforme consistía en un top deportivo y un short hecho de licra. Nada más. Todos mis brazo, piernas y abdomen estaban descubiertos. ¡Ni siquiera tenía mis zapatos puestos! Ya me los había quitado cuando Ana entró.
Ana me sacó de los vestidores y entramos por una puerta con unos escalones.
-¿ A dónde me llevas?- cada vez bajábamos más y yo seguía cansada.
- Calla. Me lo agradecerás- dijo.
Tomó unos 15 escalones más darme cuenta de que hablaba.
Me quedé boquiabierta.
Era una especie de túnel, pero con televisiones gigantes, sillones, máquinas de comida y bebida.
-¿QUÉ DEMONIOS ES ESTO?- pregunté gritando porque todo el ruido de los que estaban ahí era abrumador.
-Esto mi amiga, son los túneles que comunican los estadios. Sólo los capitanes tenemos derecho a estar aquí-. Eché un vistazo y reconocí a un montón de gente; todos ellos capitanes. Vi a la capitana del equipo de Portugal con la que me acababa de dar y aparté la vista de inmediato. Ahora entendía porque Ana no me había dejado quitarme el uniforme; todos estaban con ellos.
Bueno, al menos nosotras. Los hombres solo tenían los pantalones de sus respectivos deportes. Éramos al menos 300 y todos luciendo cuerpo. Dios, era abrumador.
-¿Dónde está Diana?- le pregunté. Ella igual era capitana, así que supuse que podría estar por aquí.
-Se fue con Logan después de su juego. No me dio oportunidad de mostrarle esto-.
- Pues que lastima, esto es genial- dije mientras miraba bien el túnel. La luz blanca alumbraba todo. Me giré y pegué mi vista al televisor. Estaban pasando todas las competencias que estaban pasando en ese momento.
-¿Así te enteraste de que gané verdad?- pregunté arqueando una ceja.
-Así es- sonrió. Parecía complacida.
-¡Ana!- gritó alguien a lo lejos.
- Ahorita regreso- dijo y se fue corriendo. Genial, ahora estaba sola.
Me fui a la máquina de bebidas y agarré un Gatorade. ¡Al fin! Mi vida estaba completa.
Me apoyé en la pared e intenté abrirlo. ¡Rayos! Estaba muy duro. Debía de estar realmente débil como para no poder abrir una simple botella.
Alguien se paró enfrente de mi y extendió su mano.
-Aquí, déjame ayudarte- dijo. Levanté mi cara de la botella y primero me topé con un torso bien depilado y un abdomen torneado. Luego me encontré con su cara. Era Ryan Emerson. Era el "líder" de los de gimnasia rítmica de EUA. Era extremadamente metro sexual pero extremadamente guapo. Su cabello castaño claro iba perfecto con su piel blanca y ojos azules. Extendí la botella y la agarró.
La abrió al instante y yo me deleité viendo como los músculos de sus brazos se tensaban.
Era extremadamente sexy y para desgracia de Miles y fortuna de la mayoría de las chicas, no era gay.
-Gracias Ryan- dije estirando mi mano y agradeciéndole con una sonrisa.
Me entregó la botella y se apoyó a mi lado en la pared.
- ¿Y qué pasó? Te he visto tirar sacos enteros, ¿por qué no podías abrir una simple botella?- encarnó una ceja y sonrió de lado.
Solté una risita.
-Me dormí tarde ayer y me levantaron muy temprano hoy. El juego me agotó y estoy presionada por las eliminatorias- le dije mientras sorbía de la botella.
Una ola de energía sacudió mi cuerpo. Esto era lo que necesitaba.
-Así estamos todos- dijo suspirando-. Los entrenadores nos traen como locos igual; supongo que solo nos hace falta una buena noche de sueño.
- Eso espero- secundé-. Mañana tengo práctica y el sábado juego, pero si todo va bien y ganamos el partido tendré 2 días libres- inconscientemente sonreí.
- Suena genial- dijo-. A mi me dicen según los días. A diferencia tuya, mis competencias terminan en dos semanas.
- Pues aprovecha y visita Londres entonces- acabé la botella y fui a tirarla.
-Hablando de eso- empezó-. ¿Por que no lo hacemos? Es decir, ¿Salir a conocer Londres? Tu y yo.
Me sorprendí. Conocía a Ryan desde hace como 2 años y jamás había mostrado interés en mi. Y no me interesaba que alguien me pidiera salir solo porque estoy ganando fama por jugadora o por otra cosa (alías, la chica que ahora todos quieren).
Estaba a punto de decir que no cuando siento que unos brazos me rodearon la cintura y me pegaban a su pecho desnudo.
Olía a cloro y supe de inmediato quién era.
- Hola preciosa- dijo Kendall en mi oído y besándome en la mejilla.
Le sonreí y vi como fulminaba con la mirada a Ryan con un toque de ¿celos? Era difícil saberlo.
- Largo de aquí Emerson- le ordenó-. Y no trates de invitar a mi chica a salir otra vez.
Ryan parecía tenerle miedo porque se alejó de mi de inmediato.
- Claro Kendall, y lo siento. Nos vemos Tn__.
Después de eso se giró y casi salió corriendo.
Traté de zafarme de su agarre pero eso solo consiguió que lo apretara más, así que me giré para quedar cara a cara con él.
- ¿Tu chica eh?- pregunté. Sabía que debía estar molesta. Lo deseaba más que nada, pero no habían hecho eso nunca conmigo y se sintió bien.
Apretó todavía más su agarre hacía mi, haciendo que mi abdomen desnudo chocara contra el suyo. Él solo tenía su traje de baño y yo mi uniforme, así que estábamos piel con piel en casi todas partes.
Lo curioso era que eso no me molestaba. No me molestaba en lo absoluto cuando he sido siempre tímida con mi cuerpo. Supongo que tener a Kendall así me ha dado un poco más de confianza.
- MI chica- dijo con énfasis en "mi" pero sonriendo.
- ¿Qué pasó con lo de "Voy a ser tu amigo, voy a cortejarte"?- no podía evitar devolverle la sonrisa.
- Me voy a saltar toda la parte de los amigos. Voy a ir directo a cortejarte y enamorarte, así que vete acostumbrando a que este así.
Contigo. Porque francamente me encanta- apoyó su frente con la mía. Podía sentir todas las miradas de los demás deportistas pero francamente, no me importaba.
- ¿Y no tendrá nada que ver el hecho de que llegaste justo en el momento en el que Ryan me iba a invitar a salir verdad?- le pregunté levantando una ceja cuando separamos nuestras cabezas.
- Digamos que eso apresuró un poco más mi decisión- dijo-. Vamos nena, tengo que mostrarles a todos estos idiotas que esta súper chica es mía.
- Bien Kendall, pero tienes que aceptar que yo haga lo mismo. A todas las chicas que ves coqueteando contigo que es toda la parte femenina haré lo mismo. Les dejaré claro que eres mío o que lo estas intentando.
-¿Quieres que seamos exclusivos?- preguntó un tanto sorprendido.
- Todo o nada Schmidt- le dije-. Y tu eres el que quiere enamorarme.
- Me encanta esa idea nena- tomó mi cara entre sus manos y me dio un rápido beso-. Y así será. Cuando Kendall Schmidt se propone algo, lo logra.
Le sonreí.
- Soy consciente de eso- me guiñó un ojo y yo sin querer bostecé. Gracias a los dioses desvié mi cara y no lo hice en la suya.
- ¿Estas cansada?- sonaba preocupado. Eso me hizo sonreír.
- Ayer me acosté tarde y hoy me levantaron muy temprano para la práctica, además de que jugué todo el partido.
- Pues vámonos- dijo jalándome hacia la salida-.
- Eh, Kendall...-.
- ¿Qué pasa princesa?
- Estas en traje de baño- le dije riendo. Bajó su cabeza y se rió.
- ¿Podemos ir por mis cosas y luego vamos por las tuyas?
Asentí riendo y salimos corriendo hacia los vestidores de hombres en el estadio con las piscinas, el jalándome y yo corriendo siguiéndole el paso pero riendo, aunque claro, con todas las miradas puestas en nosotros.

Mas que unos juegos Kendall Schmidt y tuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora