Capítulo 13

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-¿Qué se supone que diga? –preguntó Paul tomando un trago del café que Alex acababa de servirle.

-Espero que me felicites...Sara no está muy feliz y nuestros padres no saben qué pensar, así que espero que al menos tú me felicites.

-Felicitaciones hermano, en serio espero que seas muy feliz.

-Gracias.

-¿Y qué harás ahora?

-Aferrarme a ellos Paul, y amarlos a Sara y a mi hijo. Amarlos mucho.

Sara había hecho caso al consejode Max y había pedido el día en el trabajo . El malestar del día anterior ya sele había pasado, pero aun tenía muchas cosas que pensar y sobre todo debía hacerse a la idea de que esperaba un hijo.

Escuchó música y trató de relajarse , pero sólo estuvo tranquila cuando sintió que golpeaban a la puerta. Sabía que era Max y ella necesitaba aclarar muchas cosas con él.Cuando le abrió , se dio cuenta que venía cargado de bolsas. Sara no tuvo que preguntar que contenían,obviamente era comida, mucha comida.

-¿Es que se va a acabar el mundo y nadie me avisó? – preguntó ella con una sonrisa.Había estado muy ansiosa, pero extrañamente al verlo allí los nervios se evaporaron.

-Pensé que no te vendría mal un poco de comida. – dijo levantando las bolsas casi como disculpándose.

- Estoy embarazada, no desnutrida. –le aclaró la mujer

-Lo sé. –dijo él y su mirada se desvió hacia la panza de Sara

-Pasa Max, necesitamos hablar. – dijo ella y le ayudó a acomodar las bolsas de mercadería en la cocina para luego sentarse los dos.

-Yo.. –dijeron los dos a la vez y sonrieron nerviosos.

-Te escucho – dijo él cediéndole la palabra.

–Hay algo que quiero aclarar, no tienes que hacerte cargo Max, lo que sucedió fue un accidente y yo no te culpo ni nada parecido. Soy una mujer adulta y puedo arreglármelas muy bien...

-Es mi hijo Sara – intervino él con seriedad-

-Lo sé , pero...

-Voy a cuidarlos y no por obligación o sentido del deber, sino porque quiero hacerlo.

–No tenemos esa clase de relación Max, ¿qué pasará si te enamoras algún día? Si...

– No sucederá.- afirmó categóricamente-

Sé que no me amas y que esto no es lo que hubieras elegido, pero por favor Sara, déjame acompañarte y permíteme ser padre de mi hijo.

Había tanta emoción en la voz de él, que ella no pudo negar aquello que pedía. Después de todo , no podía negarle a su bebé. Además sabía que él era un buen hombre y que sería un buen padre también. Lo sabía. Asintió con la cabeza y lo vio sonreír aliviado.

Locura de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora