~Capítulo 13~

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Los primeros rayos de luz se cuelan por los barrotes de la ventana, despertándome de un ligero sueño entre las sábanas de mi cama. "Mi cama", hacía tanto que no pronunciaba esas palabras en una misma frase que una pequeña sonrisa ilumina mi rostro mientras me incorporo. "Que pena que no te vayas a quedar mucho tiempo aquí, ¿verdad?" pienso para mi misma, convirtiendo la sonrisa en la mueca de preocupación que normalmente reina en mi rostro. Mis pies tocan el suelo, encontrándose con la ropa sucia, empapada de sangre y pedazos de caminante que ensucié ayer por la noche ayudando a Rick a enterrar a Lori. Me desperezco, estirando mi espalda hacia atrás cuando mi cuerpo se queja a causa del tremendo esfuerzo que le obligué a realizar anoche. Los estiramientos me ayudan a despejar mi mente, aún prácticamente sumergida en la fase REM del sueño.

Me levanto de un salto de la cama, colocando en su sitio las revueltas sábanas que descansan parcialmente sobre el suelo y me apresuro a recoger la ropa sucia e introducirla en el lavabo para no olvidar que tengo que lavarla en cuanto pueda. Saco ropa limpia de mi mochila que estiro sobre la cama, siguen húmedas desde la última vez que las lavé y se me eriza la piel de los brazos ante su tacto frío. "Mierda, ¿y Carl?"  recuerdo de pronto. Había olvidado que el joven Grimes se había quedado profundamente dormido en la litera de arriba, esperando a que trajera a su padre de vuelta a su celda. Me asomo lentamente a la litera, temiendo despertarlo, cuando encuentro la cama totalmente vacía y de sábanas revueltas. "Habrá vuelto a su celda en medio de la noche" intento convencerme, "Iré a buscarle cuando vuelva". Respiro preocupada, terminando de vestirme, colocando mi cinturón de armas sobre mi cadera reuniendo objetos necesarios para el viaje que coloco en mi mochila. Necesitamos provisiones, las latas que encontramos en el almacén de la prisión no son suficientes como para estar completamente seguros de que no escaseará la comida de aquí a unas semanas y prefiero ocuparme personalmente de problema y ser de utilidad.

Salgo de la pequeña celda mirando hacia los lados, esperando ver alguna cara conocida ya despierta. Puedo escuchar la voz de Beth, hablando entre susurros con Carol en la sala del comedor. Me dirijo hacia la puerta de la prisión con paso seguro cuando una cálida mano se posa sobre mi hombro. 

- Eh ________, ¿Dónde vas?-Pregunta la voz de Glenn. Me detengo de pronto, y me doy la vuelvo, descubriendo al coreano acompañado de Maggie, ambos me miran preocupados.

-S-si, a-am iba a llamaros a todos para que nos reuniéramos aquí, solo quería asegurarme de que no hubiera ningún caminante cerca.-Respondo con una sonrisa.-¿Te importaría llamar a los demás?- Pregunto, visiblemente aliviada.-Me harías un gran favor.

Él asiente sonriente y se dirige acompañado de su novia al interior de la prisión. "Mierda, esperaba poder irme sin que nadie se diera cuenta" pienso para mis adentros. La preocupación de todos me incomoda, y, conociéndoles, ni en sueños podré ir sola. Camino de lado a lado en el patio, pensando como puedo argumentar que no necesito compañía en una misión suicida de la que probablemente no salga con vida. "No es tan peligroso, es solo una ciudad repleta de caminantes en la que no se con certeza si quedarán suministros, pero bueno... seguro que es pan comido y no necesito que nadie me acompañe"

Pasados diez minutos, todos se reúnen en el patio( a excepción de Rick, que descansa en su celda de la tarea de ayer) con Glenn hablando entusiasta al frente. Carl asoma su cabeza entre la multitud y respiro aliviada al ver que no se había escapado durante la noche. Él me dedica una sonrisa fingida que dura unos segundos y me parte el alma en dos. Un niño tan pequeño no debería haber vivido la muerte de su madre tan de cerca.

-Buenos días.- Digo con una cansada sonrisa. Nunca me he sentido cómoda hablando en público, noto que me sudan las manos mientras me dirijo a ellos, moviéndome nerviosa de lado a lado.- Solo quería reunirnos para que discutiéramos que vamos a hacer con las provisiones.- Todos se miran entre ellos, asintiendo, pero sin dejar de prestar atención a mi improvisado discurso.- La bebé necesita leche para crecer sana y las latas de comida que encontramos en el almacén no son suficientes para comer por más de una semana... Por eso quiero ofrecerme para ir al pueblo que tenemos aquí al lado, no tardaré mucho, cogeré lo necesario y volveré de aquí a unos días.

-¿Y no podemos esperar a que Rick se mejore?- Pregunta Beth, incrédula.- Es demasiado peligroso para que vayas tu sola, ________.- "Y... ahí está, lo sabía"

-No creo que sea sensato esperar a que recupere, Beth, pueden pasar semanas hasta que Rick se encuentre bien de nuevo.- El silencio se apodera de nosotros tras unos momentos. Lanzo un sonoro suspiro y me dirijo nuevamente a Beth.- Escucha, necesito que entre todos cuidéis a Rick, ¿vale? Necesita vuestra ayuda. Yo iré a por suministros y no sé cuanto voy a tardar en volver- Me dirijo a todos de nuevo.- Necesito estar segura de que sabéis que hacer en todo momento, o...-

-Y ¿por que tiene que ir a por provisiones la única persona que sabe como tratar a Rick?- Contesta Daryl, cortante.- ¿Es que quieres escaparte?- Se levanta del suelo y se acerca desafiante a mi.- Es eso ¿cierto? Ya tienes la herida curada y tienes suministros, y ahora que nuestro líder no está en condiciones de ir a buscarte si te vas y tu eres la única que sabe que le pasa...nos quieres dejar sin nada.- Su voz se endurece con cada palabra que dice y las venas del cuello se le hinchan de rabia.

-¡No es eso!- Grito.- ¿Quién coño eres tú para acusarme?-Contesto enfadada.

-No confío en ti ________. ¿Quieres ir a por suministros? ¡Perfecto! pero voy a ir contigo.-Contesta. Un semblante serio se apodera de su rostro y le da un toque siniestro a sus ojos verdes, que se clavan en mi cara, enfadados. "¿Pero que le pasa a este hombre? ¿Ayer compartimos un cigarro y ahora se cree que tiene algún derecho sobre mi?".- Si te acompaño, puedes estar segura de que no te voy a dejar escapar.-Dice acercándose a mi lentamente.

-¡No necesito una canguro, te recuerdo que he sobrevivido perfectamente por mi cuenta hasta ahora!-Digo cruzando los brazos, acercándome lentamente desafiante. 

-No era una pregunta, ________- Contesta en un gruñido.- Saldremos en dos horas.- Tras decir esto, se da la vuelta y se dirige hacia el interior de la prisión, sin mirar ni un instante hacia atrás.

-¡Muy bien!- Le grito, intentando tener la última palabra.

Los integrantes del grupo se miran entre ellos, preguntándose en que momento se había desatado esta pelea. Susurran entre ellos mientras se levantan lentamente. Pongo los ojos en blanco e intento disipar mi rabia. Beth, Maggie y Carol se acercan a mi tras unos minutos, pidiéndome información sobre de que manera deben tratar a Rick si decide salir de su celda. Les explico con todo detalle los fundamentos básicos para tratar con una persona al borde de una depresión, y ellas asienten lentamente tras cada punto que les explico.

-Bien, entendido.-Responde Beth entusiasmada.- Trabajos no muy duros que lo mantengan ocupado y quedarse siempre a su lado cuando parezca quedarse en shock.

-Genial Beth, podéis hacerlo. Confío en vosotras chicas.- Digo con una pequeña sonrisa.- No tardaremos mucho en volver, lo prometo.- "O eso espero"

Ellas sonríen de nuevo y me retiro a mi celda. Lavo la ropa a mano, preparándola, junto algunas latas de comida y botellas de agua, para meterla en mi mochila. El único punto positivo de la compañía de Daryl es que, si encontramos algo que merezca la pena, podremos llenar ambas mochilas en vez de una. "Eso y que tengo a alguien que podría salvarme en caso de necesidad"

Afilo mis cuchillos perdida en mis pensamientos y las horas pasan rápidamente. Tras pasar una media hora dejando notas para las chicas que les ayuden con su ardua tarea de tratar con Rick, me preparo para la salida, insultando por lo bajo al idiota de Daryl, que me espera apoyado en su moto en la entrada de la prisión. Entiendo que no queden muchas personas en este mundo de mierda, pero ¿tenía que ser precisamente él  quién me acompañara a una misión suicida de quién sabe cuantos días? Me acerco al arquero, que limpia su cuchillo con el trapo rojo que descansa siempre en su bolsillo izquierdo posterior. Levanta la vista lentamente y, tras un breve movimiento de cabeza señalando la moto, se monta ella sin articular palabra.

-¿Estás lista?-Dice en un gruñido. Yo asiento y me coloco a su espalda, intentando mantener la distancia entre ambos por unos minutos.- Yo que tú me agarraría.-Dice, y, sin darme tiempoa a reaccionar, rápidamente acelera, obligando a mi cuerpo a moverse hacia atrás a causa de la inercia. "Cabrón" pienso para mis adentros mientras me agarro a su cintura con fuerza, sintiendo el viento en mi pelo a medida que avanzamos hacia la desierta carretera. 

A knife & a crossbow [Daryl Dixon y Tú]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora