Día 7 de febrero. (Daniel Pov.)

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Día 7 de febrero. (Daniel Pov.)

Estaba sentado con mi mejor amiga Yurena, era de mi clase y llevaba todo el día queriendo hablar con ella.

-¿Qué tal en tu equipo?- me preguntó.

-No bien del todo, ¿y a ti?

-Muy bien, Manu me tomó de la mano todo el tiempo…- soltó una sonrisa y se sonrojó, pero luego miró al frente.- ¿Oye que le pasa a esa chica?

-¿Qué chica?- pregunté girando mi cabeza al mismo lugar que ella.

-La que está rodeada de gente, la de la sudadera negra…- indicó mientras señalaba con el dedo índice. Afiné mi vista, una muchacha de sudadera negra con capucha puesta tenía sus rodillas encogidas y su cabeza entre ellas, miré a sus pies, esas converse amarillas.

-Paula…- dije por lo bajo, Yurena no me escuchó, me levanté y me dirigí hacia su posición, alejé a la gente de su alrededor y la tomé en brazos, María me miraba preocupada y furiosa a la vez.

-¡Es tú culpa, idiota de mierda!- me gritó María, quedé sorprendido pero me encaminé hacia la guagua que estaba a unos cincuenta metros de donde me encontraba.

Los compañeros de Paula me seguían, y los profesores estaban donde la guagua, suspiré y observé su rostro tranquilo. De seguro que fue por hacerla correr y llorar, no debería haberla llamado nerd ni decir que no me gustaba… Pero, es que no puedo evitar querer molestarla.

Llegamos a donde estaban las guaguas y los profesores intrigados por lo sucedido me interrogaban, dijeron que la llevarían en el coche de uno de los profesores presentes, solo podía acompañarla dos personas, yo me ofrecí a dejarla en el coche pero María y Cecilia deseaban más que yo ir con ella. Arrancaron y desaparecieron a lo largo de la carretera, me giro y observo a todo el mundo mirándome.

-Tío, pareces un príncipe azul- burló Javier dándome un pequeño empujón.

-No creo…

-Pues yo sí, pero también ¿no decías que era una nerd y qué no te gustaba?

-Por decir eso no significa que no pueda ayudarla, además estaba desmayada.

-Sí, sí, a ti lo que pasa es que te mola…- dijo dándome pequeños codazos en mi brazo mientras me acercaba a la entrada de la guagua.

-¿Cómo puedes pensar eso? Ni siquiera es guapa.

-A mi no me engañas hermano.

-No te miento, si lo digo es porque es verdad.

Nos sentamos juntos, yo en la ventana y el por dentro, seguía insistiendo en lo mismo hasta que puse mis cascos con mi música favorita y dejé de escucharle.

Llegamos al colegio, vi el coche del profesor que se ofreció llevar a Paula al colegio, bajé las escaleras despacio aparentemente despreocupado, pero por una parte sentía curiosidad del estado de ella. Una profesora, que parecía ser su tutora se acercó corriendo hacia mí.

-¡Daniel! ¡Gracias por traer a Paula a tiempo!- chilló mientras llegaba ante mí.

-Emm… De nada…

-Tienes que venir a verla- tomó mi brazo y haló de él- vamos.

Me llevó hasta la enfermería de la escuela, nos quedamos frente a una puerta de plástico amarillo, la tutora abrió la puerta y me empujó dentro cerrando luego para quedarme yo solo ahí. Las miradas de María y Cecilia se tornaron hacia mí al oír la puerta cerrarse. María se acerca a mí y me pega un empujón.

-¿Qué haces aquí? ¿A caso no te has dado cuenta que sobras? ¿No has hecho suficiente daño hoy?- dijo mientras entrecerraba sus ojos.

-María, déjale, no es cosa de él, Paula en sí estaba agotada ya oíste a la tutora, fue solo un pequeño bajón de tensión…

Di un paso adentrándome en la sala, vi el cuerpo inmóvil de Paula sobre la camilla, se veía bien dormida… Espera ¿bien? ¿Esa nerd? Jajajaja Daniel deliras…

María bufó y se cruzó de brazos mientras se sentaba en un sillón de cuero marrón, me decidí por apoyarme en la pared. De repente abrieron la puerta y un pelotón de gente entró en la habitación… Pude ver a Javier pero de resto… Seguro que eran amigos o compañeros.

Minuto después Paula despertó, sus ojos estaban abiertos, bastante.

-¡Paula! ¡Qué susto nos diste!- gritó María.

-¿Qué pasó?- dijo mientras se rascaba su nuca.

-Tuviste un bajón de tensión y te desmayaste- explicó la tutora mientras tomaba su temperatura- y veo que estas mejor, llamamos a tus padres por si quieres irte antes a casa.

-No hacía falta, yo…- miró a su alrededor hacia una de las paredes blancas de la sala en donde yo estaba apoyado.

-Un señorito muy amable que se preocupó por ti…- dijo Cecilia mientras me miraba. Me separé de la pared y la miré fulminante (a Cecilia).

-¿T-Tú…- Le oí tartamudear pero yo no terminé de oír ya que me fui de la sala.

Es un poco corto -lo sé- pero bueno si les ha gustado ya sabéis, votad y comentario *^*.

Por cierto mi amiga ya se está planteando crearse cuenta, si quieren animarla comentariooos. ^^

Diario de cómo me enamoré de un idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora