Día 14 de febrero. <<Yo tu Romeo, y tú mi Julieta>>

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Día 14 de febrero. <<Yo tu Romeo, y tú mi Julieta>>

Casi ni había dormido pero era de lo ilusionada que estaba por este día… ¡Hoy es San Valentín! Y he estado muy nerviosa, ya que no sé si ha leído la nota que les dejaron mis amigas, me levanté lentamente y bajé a hacer mi rutina de desayunar, arreglarme y vestirme. Pero antes de irme decidí rebuscar algo en el armario para ponerme esta tarde.

Fue una decisión difícil pero escogí mis vaqueros, mi suéter rosa pálido y mis Vans azul oscuro. Era algo infantil y poco formal pero si me arreglaba más mis padres sospecharían y me harían el interrogatorio. Gracias a Sara que me quedo con ella a dormir creo que podré hacerlo.

Colegio.

Como siempre me reuní con mis amigas y ellas no paraban de dar brinquitos ya que vieron a Daniel leyendo la nota y sonriendo a su vez, creo que ellas estaban más nerviosas que yo.

-¡Creo que le gustas! ¡Qué le gustas de verdad! – Chillaba Ayla mientras me abrazaba y Sara intentaba calmarla.

-Relájate, la estás poniendo más nerviosa de lo que está. – Rió Sara separando a Ayla al fin de mi cuerpo.

-Verdad… Lo siento… ¡Pero es que estoy súper feliz por ti! – Sonreí y giré la mirada, me uní a la suya por dos segundos, un ojo morado y dos tiritas en el labio y en la mejilla intentó sonreír pero se fue con un amigo en el intento.

-Oye… ¿qué pasó con Hugo? – Preguntó Sara.

-Amh… Larga historia. – Respondió Ayla poniendo su brazo sobre su hombro y suspirando.

-Siempre es larga historia… ¡Cuenta! – Bramó desesperada por saber, reí ante su reacción pero entre Ayla y yo le contamos la historia y Sara cada vez se sorprendía más de lo que pasaba. – Paula… - Me abrazó y fingió un sollozo. - ¡Eso fue muy bonito! – Recordé lo de ayer y me sonrojé, si he de admitir que estoy feliz de ser su chica especial, pero quiero confirmar nuestra relación esta tarde.

Las clases fueron ligeras al ser viernes pero marcaron dos exámenes en lo que llevamos de tres horas… ¡Los profesores nos odian! Entre que el chico de al lado mío está siempre haciendo el tonto lava y el de enfrente también no hay hora en el que el profesor no monte un numerito a estos dos… Supuestamente me sentaron con él por “mi comportamiento” pero en verdad yo creo que me tenían manía y me sentaron con él por venganza, porque no sé ni cómo le aguanto.

Pero menos mal que existen los deseados recreos donde él se va con sus amigos y me deja en paz, por fin me libro de ese idiota que se pasa todas las malditas horas preguntándome cosas sin sentido o simplemente cosas para joder.

-Pau, ¿cuándo te paso a recoger? – Preguntó Sara.

-Emh… Si quieres vienes a mi casa después de irnos cojo las cosas y voy a tu casa. – Ella asintió y seguimos a lo nuestro.

Después de clase.

Íbamos subiendo la calle para ir a mi casa y Sara estaba a mi lado, hablando de una película nueva que salió hace poco y que deberíamos ir a ver las tres. Creo que era buena idea pero ahora no podía parar de pensar en que pasaría esta tarde, cómo reaccionaría el si le digo que quiero algo serio.

Cogí mis cosas y las guardé en una mochila que tenía desde hace tiempo, me vestí rápidamente y me maquillé sencilla, no quería parecer una (pitido) en la primera cita. Sara me vio y sonrió.

-Creo que lo vas a pasar muy bien. – Asentí y salimos por la puerta, mi madre me dijo un “hasta mañana” y yo le di un abrazo. Al fin libre.

Diario de cómo me enamoré de un idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora