Día 13 de febrero. <<Soy un idiota con suerte>> (Paula & Daniel pov.)

1.1K 71 7
                                    

Día 13 de febrero. <<Soy un idiota con suerte>> (Paula & Daniel pov.)

Hoy era un día algo… Extraño, jueves, uno de mis días favoritos a parte del viernes y el sábado, ese día que está en medio, es… No sé ¿tranquilo? Es como respirar profundamente y sentirse, relajado.

Llegué al patio y estaba todo el mundo sentado hablando, sonriendo y cotilleando. Bajé los dos pequeños escalones y sentí dos manos en mi cintura. Me giré sobre mis talones pero este me apretó más impidiendo que le mirase.

-Señorita, queda detenida por ser tan perfecta. – Dijo con voz grave. Reí ante su comentario.

-Lo siento… Pero la perfección es imposible alcanzarla. – Suspiré. – Se habrá equivocado de persona.

-No, no, según mis cálculos hay gran cantidad de perfección en usted. – Resistió. Me eché a reír y me giré ya que había aflojado un poco.

-Pues yo detecto que en ti también. – Dije con una ceja levantada, el me sonrió y me dio un corto beso en los labios.

-Mañana es día especial. – Espetó de repente.

-Ah, ya. Yo ya tengo tu regalo. – Sonreí y él pareció sonrojarse.

-Y-Yo también. – Me respondió, me dio un beso y se fue con unos amigos. Estaba raro, peor que ayer, ¿a caso es bipolar?

Mis amigas llegaron y no tardé en unirme a ellas, subimos a clase y no pude evitar echar un vistazo hasta cuarto grado, Daniel estaba hablando con la misma chica del otro día, y algo empezaba a hacerme enfadar fuertemente.

-¿Paula? – Preguntó mi amiga.

-Ah, perdón. – Me disculpé mientras volvía la vista a Ayla.

-¿Ya encontraste lugar para la cita? – Dijo Sara asomando su cabeza por el hombro de Ayla.

-S-Sí, es cerca de aquí, luego os doy la dirección.

Subimos a clase y todo transcurrió con normalidad… Aun que yo andaba escribiendo cosas en mi agenda distraída. Los profesores me llamaron la atención, o me preguntaban cosas que ni siquiera sabían de que iban. ¡No puedo pensar en otra cosa que no sea él!

Me levanté de la silla con cara de frustración, guardé un papelito con la dirección en el bolsillo y me fui con mis amigas de nuevo al patio.

-Paula, ¿y la dirección? – Me preguntó Sara mientras sorbía de su brick de zumo.

-Ah, aquí tenéis. – Les tendí el papel sacándolo del bolsillo, ellas asintieron y Sara terminó de desayunas al igual que Ayla.

-Ahora volvemos, y recuerda. – Ayla hizo el gesto de silencio y se fue con Sara. Me han dejado, sola.

Tiré el paquete vacío de galletas que sostenía en la mano y me encaminé a mirar a la otra mitad del patio, si digo la verdad este colegio no es malo… ¡Pero odio que separen a media secundaria por llevar ropa de calle! ¡¿Por qué tienen que separarnos por llevar o no uniforme?! Es como una barrera invisible que impide la originalidad de los alumnos inferiores.

-¿En qué piensas? – Preguntó alguien detrás de mí, giré la cabeza y vi su pelo revuelto y su camisa pegada del sudor.

-Ah, e-en nada. – Sonreí y se sentó a mi lado.

-No lo parecía… Pero bueno, ¿qué tal?

-Bien… - Asentí y el me miraba con cierta expresión que no entendía. - ¿Pasa algo? – Pregunté ladeando un poco mi cabeza.

-No. – Dijo mientras se reía y negaba con la cabeza al mismo tiempo.

-Ah…

-Es solo que… Soy idiota. – Le miré totalmente sorprendida con tal pensamiento.

-Yo creo que no lo eres Hugo… Eres el mejor jugador de voleibol y eres popular ¿por qué pensar que eres idiota? Tampoco es que saques malas notas… - Puse un dedo sobre mi barbilla y empecé a pensar cosas buenas sobre él.

-Creo que voy a ser idiota después de lo que voy a hacer. – Le volví a mirar.

-¿Qu… - No pude responder, me había interrumpido.

^Daniel^

Había sido un día realmente agotador, clases más profesores aburridos más compañero de mesa silencioso… Igual aburrimiento total. Pero al fin salí al precioso patio a descansar de esa maldita aula de cuatro paredes llena de mesas y sillas iguales. Mi amigo Manu me estaba contando que estaba planeando regalarle algo especial a Maca, que quería llevarla a dar una vuelta a la playa y regalarle un ramo de flores.

-Creo que con unas rosas o unas margaritas blancas triunfas, tío. – Le dije mientras llegábamos a nuestra zona. Aun no entendía bien el por qué el patio se dividía en dos, por un lado los de primer ciclo de secundaria y el resto en el otro.

Mi amigo miró por encima de mi hombro o más bien por un lado de mi brazo y abrió los ojos, haló de él e hizo que me girara a ver. Abrí los ojos al igual que mi amigo y una ira se apoderó de mí de repente.

-Tío, esa no es ¿la nerd? – Señaló mientras seguía petrificado por la escena.

Si, esa escena me estaba poniendo de los nervios, estaba por ir allí y darle una paliza a ese idiota. Él, ¡¿cómo se atreve a tocarla?! ¡Peor, ¿cómo se atreve a besar esos labios?! ¡Son míos! Vi que Paula le empujaba con las manos y el la halaba para sí, no aguanté más y tiré mi desayuno al suelo y dejé a mi amigo más sorprendido aún. Llegué al banco y agarré de la camisa a ese idiota.

-¡¿Cómo te atreves a besarla, idiota?! – Le chillé en la cara y a continuación pegándole un puñetazo dejándolo en el suelo sangrándole la nariz. Me abalancé sobre él y empecé a golpearle, pero el también me devolvía los golpes.

-¡Parad! – Chillaba Paula a nuestro lado, pero era tarde, todo el mundo se había puesto a nuestro alrededor formando un círculo. Paula lloraba, ¿por qué? Este estúpido le estaba forzando a besarla. – Por favor para… - Cayó al suelo de rodillas y se cubrió la cara con las manos. – Por favor… - Susurró, la gente cada vez se apelotonaba más y yo había parado, mirándola solo a ella, a su pequeña figura.

Estaba tan hipnotizado que el muy gilipollas me pegó en toda la cara dejándome en el suelo y a él de pie casi tambaleándose.

-¡Ella no es nadie para ti! ¡No seas egoísta! – Gritó el chico antes de irse entre la multitud. Me recoloqué y me senté, la gente se había dispersado y Paula seguía escondida entre sus manos. Me acerqué y le acaricié el pelo. Me miró con los ojos brillantes y rojos… La había hecho llorar.

-Idiota, no tendrías que haber peleado. – Refunfuñó dándome un golpe flojo en el abdomen y abrazándome.

-Claro que sí, ese aprovechado te besó. – Suspiré al saber que ya no lloraba más, que todo había pasado y que aún quedaban diez minutos de receso. Me separé un poco de ella y junté su frente con la mía. – A mi chica especial solo la puedo besar yo. – Susurré antes de poder besar esos labios que adoraba, suaves y delicados. Soy un idiota, pero un idiota con suerte.

 

Querido diario:

Si te dijera que mi vida es toda una película ¿me creerías? Hoy Él ha peleado con un chico que me besó por MI, ¿estoy soñando? O tal vez… ¿estoy viviendo lo que una vez soñé?

 

 

N/A: WOW, tras varios comentarios de que continuara con esta historia he decidido continuarla, y como no, por ustedes. Hermosas criaturitas que me dáis ánimos. GRACIAS. :3

Diario de cómo me enamoré de un idiota.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora