Capítulo 2

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— Un gato... ¿En serio Taylor? —mi mejor amiga no se ve muy convencida.

— Vamos Sel, mírala si es una ternurita —se lo mostré más de cerca y frunció el ceño mordiéndose la lengua. No le gusta — ¡Sel!

— ¡¿Qué quieres que te diga?! —exclama levantándose del sofá—. No te haces responsable ni de ti misma y vas a cuidar a un gato.

— Karlie... Se llama Karlie.

— ¡Como sea! —exclama dirigiéndose a la cocina. La veo servirse un vaso de jugo y vuelve al living—. A demás, que raro nombre, Taylor. No pinta para nada a ser de un gato. Es como nombre de persona.

— Sí lo sé, pero así se llama, la señora lo puso en la carta.

— ¿Aún quieres convencerme de que te lo ha dado una señora extraña de ojos raros? Amiga, siempre te he dicho que nunca es tarde para visitar al psicólogo.

— ¡No estoy loca! —bueno, sí tal vez un poquito.

Selena no ha tenido una buena reacción con respecto a mi mascota nueva. Y sé que tiene muchas razones para no estarlo, pero no puedo hacer nada. ¡No puedo devolver al gato! Además, es demasiado adorable. Sus ojitos son tan... Awwww, me está mirando.

— ¿Estas bien? —Sel me saca de mi trance que estoy teniendo con mi nueva compañera de cuarto y me coge del brazo—. Sé que no quieres devolverla Taylor... Y tal vez es una tonta escusa la que me das lo de la señora rara esa.

— No es mentira Sel —le vuelvo a decir.

— ¡Bueno ya! —exclama rodeando los ojos. La entiendo, si yo me escuchara, tampoco me creería—. Solo te pido que seas responsable, no es cualquier cosa, es una pequeña vida la que tienes en tus manos... No vayas a dejar que se muera.

— ¡Tampoco soy tan mala!

— La otra vez se te olvidó regar mis plantas, Taylor.

Bueno ya, tiene razón. Pero son plantas por el amor de Dios. No se la pasan maullando​ y yo ni me di cuenta de sus presencias.

Reí en seguida, sé que me odiara por dejar que sus cactus murieran deshidratados.
Sel se sienta junto a mi y deja su vaso de jugo en la mesita de centro. Con sus delicadas y finas manos de princesa coge a la pequeña bola de pelos. En serio mi amiga tiene manos de princesa, siempre le he dicho que debe ser porque se lo pasa haciéndose tratamientos en las uñas y todo eso de cosas raras que yo nunca hago.

— Pobre criatura, espero que no te mueras de hambre por culpa de Taylor —le comienza a hablar con ese tono que los adultos toman para hablar con los bebés. ¡Qué rara!

— No le vayas a empezar a hablar en español que después se acostumbra y no me hará caso.

Tú mami es harto huevona...

— ¡Sel! —exclamo y suelto una carcajada. Le entendí perfectamente lo último.

— Bueno... Se puede quedar.

— No te estaba pidiendo permiso, sólo te estaba presentando a la nueva compañera de piso —Sel sonrió y levantó a Karlie dejándola en su pecho.

— Pero habrán condiciones Tay. No quiero que se vaya a mi cuarto, le debes enseñar a orinar en su arenero. Debes tenerle un horario para comer... Los gatos son como bebés, sólo que a ellos no les cambias pañales. Debes ponerle las vacunas, llevarlo al veterinario... Ponerle la pipeta para las pulgas. Comprarle juguetes...

— Haces sonar todo tan complicado que me está entrando el arrepentimiento —le digo muy en serio. ¿Tanto necesita un gato? ¡Pero si solo es un gato!

On The Way Home ⚜ Kaylor Fanfic #wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora