1O. ¿QUIERES QUE TE BESE?

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—¡Pase! —dijo Minseok sin levantar su mirada suponiendo que era alguna de las secretarias.

Hola, Min —dijo la voz más bella del universo, Minseok levantó su mirada y se encontró a Jongdae sosteniendo dos vasos con el logotipo de la cafetería del edificio de enfrente. Minseok tuvo emociones encontradas al verlo, pero la alegría sobrepasaba a las demás, no pudo esconder su sonrisa y dijo un suave “hola”.

—Ponme al día porque la señora Wei llega en una hora, la veremos en la sala de reuniones del doceavo piso —informó Jongdae ofreciéndole a Minseok el vaso que contenía su café favorito.

—Gracias —dijo tomando el vaso, sus dedos rozaron ligeramente los de Jongdae sin intención, fue extraño, pero el millonario hizo ningún comentario al respecto.

—¿Tu… tu viaje estuvo bien? — preguntó Minseok sin poder ocultar su curiosidad, se dio golpes mentales por hacerse ver interesado en su ex.

—Todo resultó bien al final —dijo Jongdae sin darle mucha atención a Minseok, quien se limitó a asentir un poco contrariado por el hecho de que Jongdae hablara de forma cortante. Si no le quería contar estaba bien. Ni que a Minseok le importará un inútil pepino la vida de su ex. Solo había preguntado por cordialidad, por eso. Por nada más. No le daba curiosidad el porqué había salido tan de imprevisto, ni a dónde había ido y mucho menos con quien. Y no, tampoco lo había echado de menos.

Jongdae habló con la dama Wei sobre el proyecto mientras Minseok los observaba, solo haciendo pequeños aportes cuando era necesario, el muy genio de su ex había captado bien la idea de los cambios realizados en el proyecto y la mujer se había ido con una gran sonrisa. Lamentablemente la reunión se había extendido mucho y para cuando la mujer se levantó para marcharse ya era la hora de almuerzo y todos habían abandonado sus puestos de trabajo. La elegante mujer denegó los ofrecimientos de Jongdae por acompañarla al ascensor mientras Minseok recogía los papeles y planos y en cuanto ella puso un pie fuera de la oficina, Minseok sintió un escalofrío atravesarle la columna vertebral que lo dejó sin aliento momentáneamente.

—¿No vienes? —Jongdae tenía su mano en el pomo de la puerta —¿Te sientes bien? —preguntó al notar el rostro confundido de Minseok que se mantenía inmóvil mirando a la nada.

El de ojos gatunos asintió y caminó hasta salir de la enorme sala de reuniones, sentía la presencia de Jongdae a sus espaldas mientras esperaban por el ascensor.

¿Que tan ridículo se vería si intentara correr hasta las escaleras para salir de ahí?

Se metieron al ascensor y Jongdae no podía despegar su mirada de Minseok, parecía bastante incómodo, no dejaba de jugar con los botones de su chaqueta y balancear su peso de un pie a otro repetidamente. Suspiró, tragó, apretó sus labios, metió sus manos a las bolsas…

—¿Minseok? —el aludido se paralizó al escuchar la voz de Jongdae romper el silencio, no lo miró, se limitó a morder su labio inferior. —Minseok, Mírame.

¿Por qué el ascensor tardaba tanto en bajar? Minseok empezaba a sentirse sofocado. Tragó de nuevo evitando a toda costa mirar a Jongdae.

—¿Seguro que estás bien?

Las puertas del ascensor se abrieron y Minseok casi corrió a su libertad, aunque...

Mierda —Minseok se detuvo de golpe. —Deje mi billetera y mis llaves en la sala de juntas. —anunció cuando se percató de ello, revisó en todos sus bolsillos para estar seguro pero fue en vano, tendría que volver a subir.

—Si quieres voy por ellas. —se ofreció amablemente Jongdae.

—No te preocupes yo voy. —Minseok se metió al ascensor de nuevo en cuanto las puertas se abrieron.

3. SE BUSCA ABOGADO (para divorciar a mi ex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora