23. RECUERDOS

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Marc llegó en un tiempo récord a la casa de su nuevo compañero de trabajo, al entrar se paralizó por un segundo, todo estaba peor de lo que había imaginado; todo el piso de madera estaba mojado, el agua estancandose en todos los rincones. Robin estaba sentado en el suelo en medio de su sala sobre el charco de casi una pulgada de alto. La inundación dañaba los pocos muebles y no había nadie trabajando en la tubería en la cocina de la que salía un enorme chorro de agua.

—¿Por qué no has llamado al Plomero? —preguntó Marc bastante conmocionado.

—¡Ya lo hice! —se defendió Marc estando al borde de las lágrimas. —Dijo que vendría en quince minutos.

—¿Hace cuánto?

—Más o menos hora y media.

Cuando Marc estuvo a punto de decir algo el plomero apareció, vestía un overol azul, botas de hule, una gorra, anteojos, tenía un espeso bigote negro y un acento extraño que ninguno supo ubicar. El trabajador se puso manos a la obra de inmediato mientras Robin y Marc empezaban a recoger todas las pertenencias mojadas del primero.

—Perdona que te llamara, seguro estabas ocupado.

—No te preocupes, para eso somos los amigos ¿no?

Robin sonrió tímidamente y hubo algo en esa media sonrisa que atrapó la mirada de Marc. Cuando el plomero por fin hubo terminado su trabajo se acercó a ellos.

—Ya está. Solo tenga cuidado con las tuberías externas, en esta casa están mal ubicadas y podría sufrir un accidente peor.

Robin sacó su billetera mojada para pagarle pero el plomero negó.

—No se preocupe, estos gastos corren por cuenta del arrendador, yo me arregló con él, tengan buen día. —dijo y al despedirse les sonrió sin poder esconder el hoyuelo que se formó en su mejilla derecha.

Cuando Marc hubo avanzado un paso, se deslizó en un extraño líquido verdoso, que antes no había visto en el piso mojado, cayendo de espaldas sin lastimarse mucho afortunadamente, Robin lo vio caer mientras despedía al trabajador y corrió a su rescate.

Por rescate entiéndase el hecho de haber caído sobre él con su codo aterrizando directamente en las pelotas del contador.

<<Crear una situación romántica de telenovela: listo>>

⚡⚡⚡

Minseok temblaba de miedo cuando giró el pomo de su puerta, pero una ráfaga de alivio se llevó ese temor cuando encontró la casa vacía, se suponía que Marc debería seguir dormido ahí pero no estaba y Minseok ni siquiera se preguntó en dónde podría estar.

Cuando el sol se puso, los nervios, la ansiedad y el miedo que había vuelto, ya tenían a Minseok tan agotado mentalmente que aún siendo muy temprano y ante la ausencia de Marc optó por ir a dormir.

Despertó en medio de la oscuridad y notó que la luz LED de su móvil no dejaba de emitir una tenue y molesta luminiscencia, había un mensaje de texto que recién había entrado a su bandeja.

“Minnie, no puedo dormir”

Era de Jongdae y eran las diez treinta de la noche.

Minseok se removió en su cama y se encontró con Marc dormido a poca distancia, curiosamente en ese momento se percató de que nunca había dormido abrazado a su esposo, siempre intentaban mantener cierto espacio entre ellos y a ninguno de los dos le había molestado jamás.

Con Jongdae siempre habían dormido con brazos y piernas enredadas como si se tratara de las ramas de un árbol, incluso en las noches que hacía calor.

3. SE BUSCA ABOGADO (para divorciar a mi ex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora