Cinco años. A Jongdae le tomó cinco años volver y realmente pensó que Minseok lo esperaría, nunca imaginó que lo encontraría desposando a alguien más.
Pero Jongdae no ha sido el único dentro de los miembros del SQUAD en ser tratado de la patada por...
Jongdae se quedó parado desde el exclusivo balcón que tenía la mejor vista hacia la playa y hacia el lobby, miró con dolor como Minseok partía con sus maletas viéndose feliz al lado de su esposo, el millonario suspiró.
—¿Ningún progreso? —Kris se acercó a Jongdae y puso una mano en su hombro.
—Creo que no.
—No te desanimes Dae —Yixing se acercó y le rodeó la cintura con un brazo de forma cariñosa, —solo hay que seguir intentando, un día dejará de negarse a hablar y todo mejorará.
—Sí, todo estará bien. Dale tiempo —dijo Luhan abrazando de frente a Jongdae.
Al sentir tantas muestras de afecto después de cinco años de inexistente cariño a su alrededor, Jongdae se desmoronó como una pila bloques, uno a uno sus miedos caían junto a sus lágrimas y sus sonoros sollozos, Yixing y Kris se unieron al abrazo enterrando al desconsolado hombre entre brazos chinos.
—Kris, ¿Qué pasó con Tao? —preguntó Jongdae luego de un rato cuando ya se hubo calmado.
—Nos separamos hace un tiempo, yo tenía que filmar en China y él en América más o menos por un año, así que sugirió que nos diéramos un tiempo, los dejamos en buenos términos, está bien.
—Lo explicaste demasiado —acusó Luhan.
—¿Aún lo quieres? —preguntó Yixing con suavidad.
Kris sonrió y negó, pero había falsedad en esa sonrisa, todos lo notaron.
—Estoy bien… además él decidió cambiarse de equipo —todos hicieron cara de no entender a lo que se refería —ahora sale con chicas —explicó el gigante Wu.
—Lo siento —susurró Jongdae y Kris asintió distraídamente. —Bueno, creo que deberíamos volver ya.
—¡No! —Luhan e Yixing casi gritaron al mismo tiempo.
—Quedémonos un día más ¿si? —pidió Luhan con ojitos de ciervo atropellado.
—Solo esta noche. Mañana nos vamos. —declaró Jongdae.
En ese momento apareció un hombre monstruosamente musculoso cargando con varios paquetes de cerveza fría.
—Hay que animar las cosas por aquí —dijo con su voz ronca y con su característica sonrisa de lado con la que conquistaba a las chicas en las películas.
Luego de un par de cervezas, Jongdae descubrió lo mucho que había necesitado distraerse con amigos aunque Kris parecía un poco distraído aún y ni hablar de Luhan e Yixing que parecían prisioneros recién puestos en libertad. Lastimosamente pronto tendría que regresar al par de chinos descontrolados a sus celdas, mientras el americano y el chino canadiense volvían a su apretada agenda en Hollywood.
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En el avión de vuelta a casa los chinos se acurrucaron uno junto a otro y durmieron un rato, por alguna extraña razón a Jongdae le dio una pequeña punzada de envidia o celos y recostó su cabeza tentativamente sobre el hombro de Luhan —quien iba en medio— y no tardó mucho en quedarse dormido.
