El Regreso del Canguro

XIII

Nos hicimos tan amigos, que compartimos los mejores días de nuestras en aquel pequeño espacio, en ese aro que fue testigo de una de la hazañas más grandes y hermosas que jamás viví, ese amigo que llegaba con sus zapatillas gastadas... y que nos hacía reír sin parar, que en aquellos atardeceres en que terminábamos todos cansados y sentados mirando como el sol se escondía, hablando de nuestros sueños, de nuestras aventuras.

XIV

Canguro fue elegido el mejor jugador en el campeonato juvenil, ya que los más grandes hicieron todo lo posible para que jugara para ellos aquel año.

Logró coronarse no solo en nuestra canchas, sino que en todos los campeonatos en que participó ese año.

Como anécdota les contaré que mi mamá estuvo muy enferma por esos días, situación por la cual dejé de ir a la Wai.

Pasados unos días, tocaron el timbre y era el Canguro, que venía con todos mis amigos, trayendo mercadería y plata que habían recolectado para ayudarme.

Me cayeron lágrimas de pura felicidad, de saber que tenía unos grandes amigos, canguro pasó a ver a mi mamá, quien quedó impresionada con la sabiduría de aquel niño. Fue una gran velada juntos, reímos y contamos chistes. Al mes ya estábamos nuevamente en la cancha y mi mamá totalmente sana.

XV

El canguro de un día para otro desapareció y no volvió a la cancha. Fue como si se lo tragara la tierra.

Lo buscamos por todo el barrio, recorrimos todas las canchas posibles, incluso fuimos a carabineros.

Pero nada fue positivo, simplemente el Canguro desapareció de la faz de la tierra.

Dejó un gran vacío en todos, los días ya no fueron lo mismo, y eso se notaba. Todas las tardes rogaba por volver a verlo...

Pasaba todas las noches para ver si lo encontraba practicando, o caminando por el barrio... pero nunca más volví a saber de él.

El canguro nos dejó un recuerdo imborrable y un sentimiento de diversión que nunca olvidamos. Sobre todo yo. Que tenía en mi mente y corazón todo ese hermoso momentos vividos.