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—¡¿Que hiciste qué?!

—¡Es que ambos son tan tontos! Pensándolo bien, ustedes hacen tan buena pareja. ¿Qué harían ambos sin mi? No se para qué quieren cerebro cuando ni siquiera saben utilizarlo, grandísimo par de --

Hyeri rodó los ojos y propinó otro golpe al brazo de Taehyung, interrumpiendo lo que estaba a punto de decir.

Estaba actuando como si estuviera molesta, pero en el fondo, la simple idea de que Jungkook supiera que su actual novia era una impostora la tenía sumamente feliz.

Pero como siempre, se veía incapaz de decirle la verdad al castaño.

Quizás estaba esperando a que él lo descubriera por si sólo, sólo quizás...

Honestamente, dudaba que algún día él lo descubriera.

—Me voy, Kim Boca-Suelta Taehyung—él chico puso una falsa cara de indignación ante las palabras de la castaña y movió sus manos con rapidez.

—¿¡Eso me gano yo por ser buena persona!? Woah, de verdad no lo creo, Hyeri-ssi. DEBERÍAS ESTAR AGRADECIÉNDOME , NO INSULTÁNDOME.

La chica rió y caminó lejos de ahí, dirigiéndose a su clase de deportes.

Taehyung era realmente noble y simpático, y agradecía tenerlo como amigo. Siempre buscaba ayudar a los demás y hacer lo correcto, lo hacía con una sonrisa porque el simple hecho de ayudar era recompensa suficiente para él. Sin contar lo divertido y animado que era siempre, todo el tiempo daba lo mejor de él e impulsaba a los demás a hacer lo mismo. Era realmente especial y agradecía poder tener a alguien así en su vida.

—¡Taehyung-ah!— gritó al llegar al final del pasillo. El mencionado volteó a verla cruzado de brazos y con un tierno puchero—¡GRACIAS!

Se dio la vuelta al ver la sonrisa en el rostro del chico y se dirigió a su clase, se le había hecho tarde por estar platicando con su amigo y estaba segura de que recibiría una represalia apenas llegara a los vestidores.

...

Después de colocarse su uniforme de deportes, Hyeri se encontraba guardando su ropa normal en su pequeño locker. Como había llegado tarde, los vestidores estaban vacíos así que se permitió comenzar a tararear una melodía mientras realizaba su tarea.

Caminó lentamente a la puerta, y cuando su cuerpo estuvo afuera, sintió una mano aferrarse a su muñeca con fuerza, jalándola de regreso a los vestidores. Su anatomía golpeó con brusquedad los lockers, provocando un sonoro estruendo y un dolor en su espalda.

Abrió su boca, lista para reclamar, pero se detuvo al ver a la persona frente a ella.

Tuvo que levantar el rostro debido a la grande diferencia de altura y se arrepintió en el momento en que lo hizo. El semblante enojado en su rostro le dejaba en claro que estaba en problemas, grandes problemas. Su cara se encontraba roja de la furia y su cabello despeinado, sin contar la oscura y fría mirada que le propinaba.

No sabía con exactitud qué estaba pasando, pero algo era seguro.

No iba a salirse de esa tan fácilmente.

206; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora