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Escribió con rapidez las respuestas, cuidando contestar todo a la perfección. Ese examen valía demasiado para su calificación así que iba a dedicarle un poco más de tiempo.

Sonrió, satisfecho con su trabajo y se puso de pie, dispuesto a entregarlo. Se retiró del aula con una gran sonrisa y se dirigió al patio, lugar donde se encontraría con Taehyung al finalizar las clases. Él había salido antes, así que de seguro estaría esperándolo.

Se acercó sigilosamente por detrás, con el propósito de asustar a su mejor amigo, sin percatarse de que Taehyung no estaba solo.

—No puedo decírselo, Tae. Sería un desastre.

—¿Qué vas a hacer cuando él se entere?

—¿Quién no puede enterarse de qué?—cuestionó con curiosidad, adentrándose en la conversación. Hyeri se tensó de inmediato al observar al castaño salir de la nada y guardó su teléfono celular con rapidez. Jungkook notó aquello, pero no le tomó importancia —¿Por qué me ven así?— sonrió de lado y acomodó su cabello, enfocando su vista en su amiga y su amigo.

Taehyung movió su mano, restándole importancia al asunto y despeinando el cabello del menor—No es nada. ¿Cómo te fue en el examen?

¿Cómo le había ido en el examen? Por un momento recordó lo malas que solían ser sus notas, su vida académica en Busan era terrible. Nunca entendía las clases y siempre tenía problemas para hacer sus tareas. Era bastante deprimente su poca capacidad de aprendizaje en esos tiempos.

Después llegó a Seúl y conoció a una chiquilla de cabello rizado que le ofreció su amistad y ayuda sin esperar nada a cambio.

Hyeri solía ayudarlo en clase y con sus tareas, siempre le explicaba todo con paciencia y una gran sonrisa amable en el rostro, todo lo contrario a los profesores privados que los padres de Jungkook solían contratar.

En realidad, ella era el por qué de las buenas calificaciones de Jeon.

Gracias a ella, él había logrado volverse inteligente, hasta el punto de convertirse en casi un genio.

Lo que Hyeri nunca supo, era que Jungkook entrenaba y estudiaba tanto sólo para demostrarle lo agradecido que estaba del empeño que ella había puesto en él.

Había sido la primera en creer en él y ayudarlo, aún siendo un chiquillo de brazos debiluchos y cerebro poco inteligente.

Después de ella habían llegado sus hyungs y, sin darse cuenta, se alejó poco a poco de su gran amiga.

¿Por qué había tardado en darse cuenta de aquello?

La extrañaba.

Extrañaba jugar, ver películas,jugar videojuegos hasta tarde, pintarse el rostro con plumones y quedarse dormidos en el pasto mientras leían libros.

Sintió un pellizco en la mejilla que lo hizo soltar un quejido de dolor. Masajeó la zona y entrecerró sus ojos en dirección a la castaña—Hyeri...—la antes mencionada alzó sus manos, encogiéndose de hombros y alegando que lo había hecho sólo porque Jungkook llevaba demasiado tiempo perdido y viendo a la nada con su "típica cara de trastornado"— Se supone que tienes que ser sutil y decir mi nombre o mover mi hombro, algo así.

—¡Lo hice! ¡No reaccionaste! —se excusó moviendo sus manos en el aire.

Jungkook rodó los ojos antes de esbozar una sonrisa y abrazar a la castaña por los hombros, despeinando su cabello justo como solía hacerlo tiempo atrás—Extrañaba a mi despertador personal.

—Tonterías, Jeon—comentó la chica, apartando la vista hacia otro lugar.  Se veía nerviosa y sus mejillas se encontraban ligeramente sonrojadas, cosa que llamó la atención del menor

¿Por qué, exactamente se sonrojaba?

Se encogió de hombros y negó, restándole importancia a sus pensamientos.

Seguramente era solo su imaginación, a Hyeri le daba igual el contacto entre ellos.

Nunca podría querer a Jungkook de otra forma que no fuera amistosa.

El chico rió, negando con la cabeza debido a sus alocados pensamientos.

Hyeri nunca podría fijarse en él.

Nunca.

206; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora