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—¿Saliste corriendo? —preguntó Taehyung con incredulidad.

— ¡No supe qué otra cosa hacer! Nos besamos, ¿lo entiendes? Yo... no sé ni cómo verle la cara ahora.

— ¿Por qué actúas como si fuera algo malo? Es decir, si, se besaron, pero eso no significa que debas salir huyendo y evitar todo tipo de contacto por una semana.

—Hyung—refunfuñó el castaño, acostándose en la cama del mayor y soltando patadas como un niño pequeño haciendo berrinche— Besé a mi mejor amiga. Ni siquiera puedo pedirle perdón porque no me arrepiento para nada, ¡La besé y me gustó, maldición! Estoy frito, debe estar furiosa, va a odiarme, seguramente ya me odia.

Taehyung golpeó su frente con frustración ante la actitud del chico, definitivamente era la persona más despistada de este universo.

Hyeri estaba loca por él y Jungkook no era capaz de darse cuenta.

Bien, era momento de un Taehyung al rescate.

—Alto ahí, vaquero— Tae se sentó en la cama, justo a un lado de donde yacía Jeon y palmeó su muslo—¿Sientes algo por Hyeri? Y sabes que no hablo de un cariño de amigos.

Jungkook se levantó de inmediato y se perdió viendo a la nada.

¿Qué sentía exactamente por Hyeri?

—Yo... en realidad, antes solía gustarme demasiado, ¿sabes? Pero me di cuenta de que ella nunca se fijaría en mí. Es demasiado bonita, no, es demasiado hermosa y tiene la risa más agradable que alguna vez he tenido el placer de escuchar. Sin contar su personalidad, siempre me hace sonreír sin siquiera intentarlo y es demasiado tierna. Siento que debo cuidarla de todo y la simple idea de que ella salga con alguien me hace sentir sumamente celoso. La conozco desde hace tanto y me siento tan... cómodo con ella—sonrió con nostalgia, como si le entristeciera recordar lo que estaba a punto de decir y prosiguió—¿Recuerdas cuando me conociste? Era la pequeña estrella del equipo de tiro con arco, ¿cierto? Pues antes de eso yo era un niño flacucho y bueno para nada, era malo en la escuela y en los deportes, no entendía las clases y mi coordinación nunca fue la mejor, pero Hyeri siempre estuvo a mi lado enseñándome todo lo que ella sabía. Le daba igual que los demás niños se rieran de mi acento o de mis calificaciones y me defendía, siempre me apoyaba y creyó en mi como nadie lo había hecho. Inclusive mi madre se había dado por vencida conmigo. Después los conocí a ustedes y nos distanciamos, ella me evadía y se alejaba, y yo no insistí. Me rendí a la primer semana sin siquiera buscar motivos, y eso estuvo mal. Nunca supe por qué nos separamos tanto...

—Ve al grano, Jeon.

—En fin, yo... 

—¿Si?

—Yo... siento algo por Hyeri, y, honestamente, creo que lo he sentido desde siempre.

Taehyung sonrió con fuerza y abrazó al menor, moviendo su cuerpo de un lado a otro—¡Al fin! ¡Dios, tardaste demasiado!

—Pero hay un problema, Hyung...

—¿Qué problema, mi querido Jungkookie?

Jeon suspiró, volviéndose a tirar en la cama y negando con la cabeza— No quiero lastimar a la chica anónima, no lo merece, sin contar que Hyeri nunca de los nuncas se fijaría en mí.

El mayor lanzó una mirada de incredulidad al chico y rodó los ojos.

Si supieras, Jeon Jungkook.

Si supieras.

206; jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora