Capítulo 23

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Capítulo 23

Era la tercera vez que la pelota se resbalaba y no lograba agarrarla en el segundo preciso. Song Tae Ri respiró hondamente para no perder la calma y empiezó su rutina otra vez. Con el control remoto se ayudó para poner su tema musical de fondo y seguió la coreografía establecida. La cinta era su fuerte, rara vez cometía errores con ella, pero llegaba el momento el salto para tomar la pelota y esta se escapaba de sus manos. La muchacha paró la música de nuevo y empezó otra vez.

–¿Cuántas veces vas a parar en ese punto?– le preguntó  la entrenadora después de verla practicar una y otra vez.

–Hasta que logre tomar la pelota en el momento exacto– respondió confiada la deportista, pero la mujer negó con la cabeza y los brazos cruzados.

–Pésimo, pésimo, pésimo– repitió mientras se acercaba a ella.

–¿Pésimo?– esa palabra jamás va a ser bienvenida en sus oídos.

–¿Acaso esa es la forma de practicar? Debes terminar la rutina completa así cometas errores. ¿Es que vas a parar y empezar de nuevo en una competencia? Tienes que aprender a improvisar si algo sale mal y agradar a los jueces, para que ni se den cuenta que has cometido un error.

–Pero, si practico...

–Pero si practicas hasta cierto punto, no te acostumbrarás a la parte que viene después y entrarás en pánico si no puedes comenzar de nuevo como en los entrenamientos. Vas a fallar.

No podían haber palabras más duras y atemorizantes para Cari como la posibilidad de "fallar". Por más buena intención que hubiera en las palabras de su entrenadora, sentía que de todas formas era demasiado duro y pesimista hablarle de esa manera.

–Empieza de nuevo y si fallas no pares. Aprende a crear un espectáculo digno de ver y no una rutina aprendida de memoria sin alma: aprende a improvisar.

Cari puso la música de nuevo y se lució con la cinta, cuando llegó la parte de la pelota estaba tan nerviosa y segura de que va a fallar, que lo hizo. De todas formas continuó y se dio cuenta que no se sabía muy bien la parte que venía, porque no ha practicado lo suficiente, justamente porque paraba cada vez que se equivocaba. Entendió lo que la entrenadora le quería enseñar. 

Siguió cometiendo algunos errores, pero intentó disimularlos y conseguir dar una buena presentación. Cuando terminó, su único público la observaba, no parecía enojada, pero había algo en su mirada que le daba una mala espina.

–Hay dos posibilidades: estás muy nerviosa o no tienes pasión.

–¿Qué?– aquella opinión era algo que definitivamente no se esperaba –¿A qué...?

–¿A qué me refiero? Que eso estuvo menos que mediocre. No sonríes, se nota que estás contando los pasos y no te sabes bien el final de la rutina. Es increíble como manejas la cinta, pero eso no te va a dar una medalla. No expresas sentimientos, por lo tanto no llegas a la gente que te ve.

–Puedo... puedo empezar de nuevo– propuso la muchacha, totalmente consternada.

–No es necesario, puedes tomar un descanso. Vamos a ver si te cambiamos de música o de coreografía para ver si algo que motiva mejor, ¿te parece?

Song Tae Ri estaba sentada en una de las bancas a fuera del gimnasio con una jugosa manzana verde en sus manos. Era lo único que podía darse el lujo de comer en este momento, pero ni eso le apetecía. Unas gordas lágrimas resbalaron por su rostro mientras miraba la fruta sin mucha emoción. Estaba dolida por las palabras y la actitud de su entrenadora.

Había trabajado tan duro para llegar hasta donde estaba y que le dijeran que no sentía pasión o no se veía motivada por su deporte le dolía, le dolía increíblemente. Era verdad, la coreografía no era suya, sólo la de la cinta, lo demás se le había impuesto. ¿Cómo alguien podía dejarse llevar por una música y una rutina que no representa nada? Era difícil.

Geojismal •Mentiras• (Kaisoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora