Encuentros

269 19 5
                                    


Capitulo 10. Encuentros

El día había pasado con tanta lentitud que las enfermeras se agrupaban para ver al hombre rubio, a aquel sujeto que con su fuerza logro ganar la cuarta guerra ninja. Los suspiros se lograron oír a distancia pues él no se despegaba para nada de la camilla donde descansaba la pequeña niña.

Si bien una mujer rubia apareció para pasar tiempo con él, provocando que muchas mujeres pensaran que se trataba de su pareja. Esta se había tenido que ir, dejando nuevamente al hombre a solas con sus pensamientos.

De pronto el hombre se levantó del asiento que le habían facilitado, la pequeña Hikari comenzaba a mover su pequeña manito, dando inicio de que en cualquier momento despertaría. Él estaba ansioso, igual de ansioso con aquella vez que la pequeña dijo su primera palabra... "Papá"

Y en efecto, cuando ella abrió sus ojos evidenciando aquellos ojos tan cristalinos y puros que de vez en cuando llegaban a confundirse con unas pequeñas perlas, el corazón del Uzumaki sufrió un hueco de la alegría.

—Papá...—Murmuro la pequeña a medida que se iba acostumbrando a la luz, no recordaba mucho más que el dolor inhumano de cabeza que la había invadido, pero no se quejó para nada cuando su padre la abrazo.

—...Mi pequeña, me tenías tan preocupado

—...Lo siento—Ella se disculpó, pues lo que menos le agradaba era preocuparlo, aunque le alegro de sobre manera que él le dedicará aquella sonrisa tan grande que supo que todo estaba bien, con sus pequeños bracitos correspondiendo aquel gesto, ella dio un rápido vistazo en aquella habitación...

...Deseando que aquella mujer de ojos perla, también hubiera estado allí.

Sin embargo aquella mujer de ojos perlas, hace solo unos instantes atrás había dejado de llorar. Sus ojos ahora brillaban con una mezcla de sentimientos donde el rencor hacia su prisionero era el más destacado.

Por culpa de sus dudas había pactado un contrato con el mismo demonio, perdiendo de esa manera años valiosos con su pequeño e inocente bebe.

—Hinata, tienes que prometerme que no harás nada precipitado...Si no le dije a Naruto, fue para evitar que algo peor sucediera

—Tiene el derecho a saberlo

—Lo tiene, tanto como aquella pequeña tiene el derecho de saber quién es su madre pero...piensa un poco Hinata...—Los ojos jade la vieron con clara seriedad— ...Si ahora intentas enfrentar a Toneri con esta noticia, ¿Qué lograrás?... Naruto puede que sea fuerte, pero todos tenemos un momento de debilidad, piensa lo que ese bastardo podría hacerle a tu hija...

—...Tienes razón...—Sin embargo el deseo de estrechar a su pequeña entre sus brazos la superaba, deseaba en ese momento decirle la verdad, y más que nada deseaba tanto disculparse con Naruto.

Lamentablemente tenía que callar aquel Anhelo, el tiempo suficiente hasta poder crear un plan...o una manera que fuera más fácil de tragar para que Naruto no intentara matar a Toneri.

En la sala donde se encontraba la pequeña muchachita, la hora había pasado y sintiendo algo de hambre su padre se había levantado asegurándole que iría por la mejor porción de ramen que pudiera encontrar.

Ella simplemente le sonrió, saboreando el momento cuando su padre llegará con lo prometido. Pero estando una vez a solas en aquel gran salón, una opresión en el pecho se sintió.

La mujer de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora