Madre e hija

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Capitulo 5. Madre e hija

Ambas hermanas se encontraban en silencio, observando aquellos hermosos ojos jades que seguían igual de sorprendidos que desde un principio. Hinata realmente no sabía que decir, ni tampoco se atrevía a mirarla.

No después de haber creído durante años que Sakura era la amante de Naruto. ¿Qué clase de amiga fue al no confiar en ella?, que clase de novia fue en no confiar en él...
—Hinata...—La voz de la mujer hizo que Hinata mordiera sus labios en una forma de autodefensa, no teniendo el valor para confesar lo que sucedía— Tuviste un bebe
La Haruno solo observo con tristeza a la mujer derrotada que seguía sentada en la banca.

La última vez que la vio se había visto tan feliz y radiante, únicamente por que su vida le sonreía al tener al amor de su vida a su lado.

Pero ahora que la miraba, notaba a otra muchacha. ¿Y si durante esos años tuvo un hijo de Toneri?, realmente ella... ¿había dejado de querer a Naruto de un día para el otro?
—...Lo es lo que piensas Sakura—Hanabi en vista de que su hermana mayor no iba a comentar nada, quiso disipar esos pensamientos de la chica pelirosa. Hubo un bebe, y era justo que el padre de aquella criatura de alguna manera se enterase— Ese bebe no fue de Toneri, verdad hermana.
—...y-yo...estaba embarazada de Naruto-kun...—La mujer al oír aquello solo se llevó las manos a los labios. No era la afirmación de que tuviera un hijo con su amigo la que le perturbo, le perturbo el hecho que ella se refiera al pasado cuando hablaba de aquella criatura
— ¿E-en donde esta esa criatura?—Hinata no le dio la cara, dejando que la mujer pensará lo peor. Después de todo el mismo Toneri la había atormentado diciendo que aquella criatura nació muerta, y solo abandono su cuerpecito impuro en la tierra.


—...Nunca lloro...—Las lágrimas comenzaron a caer de aquellos hermosos ojos de luna, mientras todo su cuerpo temblaba. Todo lo malo que le había sucedido era solo el karma por haber cedido a sus dudas sin fundamento. Había sido infiel a lo que amaba y creía, y ahora...y ahora estaba maldecida a cargar con todo ese peso. Y sintiendo el peso de las miradas de lastima tanto de su hermana como de su amiga se levantó apresurada de la banca para correr lejos del lugar.
— ¡Nee-san!
— ¡Hinata!


Las oyó gritar su nombre e intentar perseguirla bajo aquel cielo que se iba oscureciendo, pero una vez más huyo. Huyo como si su vida dependiera de ello. Se había comportado durante esos años como una mujer despreciable, sacrificando en el acto al fruto de aquel amor.

¿Qué clase de mujer era?

Durante esos años viviendo al lado de quien era su esposo, su mente se había vuelto un laberinto inestable. Emociones venían y viajaban convirtiéndola en un cuadro llorón que no hacía más que lamentarse por su vida, perdiendo por completo la voluntad de volver a levantarse.

Y por eso no se quejó cuando tropezó, embarrando su vestido de seda importada en el acto. ¿Qué importaba todos los lujos que Toneri le daba, si con ello su amor no podía comprar? Ella nunca debió haber aceptado irse con él. Si no lo hubiera hecho, hubiera logrado recibir una explicación de Naruto, hubiera sido su esposa...y juntos hubieran cuidado de aquel bebe con amor.


—He sido una mala mujer, una mala madre...una mala en todo—Y con su tobillo lastimado lloró en aquel lugar silencioso, abrazándose para intentar retener un poco el calor que se le escapaba de las manos.


En ese mismo instante una pequeña de larga cabellera observaba las calles. Estaba algo asustada pero su padre muchas veces le había indicado que si se llegará a perder solo intentara ubicarse con las estrellas y de esa manera encontraría perfectamente como volver a donde se encontraba.
—Papi va a regañarme—Con algunas lagrimitas en sus ojos se abrazó a sí misma. Ella adoraba en demasía a su padre, y rara vez le llevaba la contra en algo.
Por eso no pudo evitar explotar cuando él le comentará que pronto llegaría alguien que pudiera ser una buena madre. Él le había mostrado su dibujo y el deseo inequívoco de que aquella mujer de ojos como la luna fuera su madre.
...Nunca antes lo había visto tan enojado, y ella solo...corrió entre lágrimas al no querer a otra "intrusa" nuevamente en sus vidas.
—Si tan solo...mami estuviera aquí...—Llevo su manito con fuerza al anillo que colgaba en su cuello. Aun no comprendía por que su madre no se presentaba ante ellos, o porque ahora no podía elegir a aquella mujer como una nueva madre...
Sin embargo su corazón solo podía ver a su padre y a ella como su familia. ¿Estaba tan malo querer que su dibujo se hiciera realidad?

La mujer de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora