Capítulo 7

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21:00 p.m
El sonido de la puerta se escuchó por toda la sala haciendo girar a sus habitantes hacia ella. Los abrazos no se hicieron esperar por parte de las hermanas Woods, quienes corrieron a abrazar y mimar a la mayor de ellas, Silvia, a quien no veían desde hace mucho tiempo.
- ¡Silvia! ¡No sabes cuánto te hemos extrañado! ¿Estás bien? ¿Cómo has comido? ¡Te veo más delgada y pálida! - hogar dulce hogar. Ana era la que ejercía el papel de "hermanita preocupada". Rubia y de ojos verdes, tenía un año menos que Silvia. Al contrario que ella, era más delicada y femenina, no le gustaba ni el fútbol ni cualquier otro tipo de deporte. Su sueño siempre fue la fotografía y, por eso prefiere hacer fotos antes que hacer ejercicio.

- Anda déjala...estoy deseando escuchar todas sus aventuras. - esa es Eira. La "incomprendida" de Eira. Castaña y con los ojos acaramelados, es la más tranquila de toda la familia. Siempre leyendo y en su mundo, es impredecible como ella sola.

NARRA SILVIA

Me llama la atención lo bien decorado que está el comedor. Para dar una mala noticia mi padre se ha esmerado en que todo sea o tenga aparentemente un toque elegante y acogedor. En el centro del comedor se encuentra mi padre presidiendo la mesa junto a mis tres hermanas a un lado y Santi y otras dos sillas, que supongo serán las nuestras, en el otro lado.
Mi hermana Sol me saluda con la mano, sabe que sé algo o por lo menos lo intuye, papá me da un beso y me invita a sentarme, mientras que mi primo me abraza como si fuera un osito de peluche.

- ¡Cuanto tiempo, Sils! - mi "buen primo" me llama así desde que tengo uso de razón. - ¡Estás igual de bajita que cuando te fuiste! ¡Auch! Digo...que estás muy guapa.- sonrío. Sabía que la patada bajo la mesa serviría.

- Yo también me alegro de verte, primito. Gracias por lo de guapa.- nuestra relación es así desde que éramos pequeños y nuestras madres se juntaban en el parque. Él me dice cosas para picarme y yo disimuladamente le pego una patada para después contestarle como si nada. Esta es mi familia.

- Bueno, dejando de lado los saludos y halagos...vamos a lo importante. Hermana, ¿has encontrado algún chico guapo allí o prefieres los americanos, eh? - Anna igual de directa que Sue.

- No creo que te interesen, a los que conozco les gusta más hacer deporte y llenarse de sudor corriendo. - le respondo sabiendo que desechará la idea en el mismo momento.

- Vale, no he dicho nada. - dice mientras Alonso me sirve la comida. Una vez servidos todos nos preparamos cenar.

- Por cierto Silvia, si no has venido en todo este tiempo...¿qué te ha empujado a venir a América? - dice Eira antes de que pueda probar bocado. De pronto se respira un aire tenso en el comedor y podría decir que tanto Alonso como mi padre, Sol y yo nos hemos congelado ante esa simple pregunta.

- Yo...quería...- miro a mi hermano desesperada. Lo van a descubrir todo.

Sonrisas cristalinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora