CAPÍTULO I Monótono/Colorido

1.8K 151 21
                                    

Un sólo movimiento y tenía los ojos del mundo puestos sobre su figura. Jamás le molestó el nerviosismo de dar su primera presentación, toda la presión que la competencia volcaba sobre sus pequeños hombros nunca le afectó.

Todo a lo que sucumbían los demás patinadores a él nunca le pareció preocupar. Él era diferente a todos los demás, el había nacido para estar en el hielo, para nunca apartarse de él. No codiciaba nada en la vida, ni aspiraba a gran fama como los demás patinadores.

Un pequeño chico de 16 años que entraba a la pista de hielo completamente sólo, una persona que patinaba con su alma, un chico que amaba patinar, alguien que el sólo hecho de tocar el hielo y patinar sobre él le podía hacer completamente feliz.

Ese tiempo había acabado

Ah, sólo algunas personas mantienen sus sueños en pie, yo no soy una de ellas, sólo soy un inútil que juega a no darse por vencido

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Ah, sólo algunas personas mantienen sus sueños en pie, yo no soy una de ellas, sólo soy un inútil que juega a no darse por vencido.

Una voz se escuchó a lo lejos~

-¿Viktor? ¡Oye, Viktor! ¡Te estoy hablando!

-¿Qué pasa Yurio?

-¡Te he dicho miles de veces que no me llames por ese estúpido nombre!- respondió molesto el adolescente- En fin, ¿ya tienes lista mi coreografía?

-Lo siento, todavía no la he terminado ¿podrías esperar un poco más?

-Viktor, llevo esperando más de tres meses ¿sabías?- El semblante de Yurio se tornó sombrío- Viktor, en verdad ¿no quisieras patinar otra vez?

Yuri Plisetsky a pesar de su corta edad, era uno de los mejores amigos que Viktor tenía en San Petersburgo. Conocía casi todo ~por no decir todo~ de él, y jamás consiguió engañarlo.

-Pero Yurio, yo patino. -Contestó con una sonrisa triste en el rostro.

-No de ese modo anciano. Quiero decir, profesionalmente. Quisiera verte en el hielo una vez más.

Ah, ahí estaba el problema. No podía mentir bajo aquella mirada preocupada de las personas, aquella mirada que odiaba con el alma, pero que igualmente apreciaba.

-¿No crees que soy demasiado viejo para estas cosas, Yurio?

Esa era la manera para cortar todo intento de conversación que tuviera relación con el tema.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Lluvia y SolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora