11. El Motel

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Pasamos horas y horas encerrados tratando de encontrar alguna criatura que cumpla con las condiciones ya dichas: que deje rastro, que se "camufle" en cierta manera con el resto de los mortales, y que, cuando mate, descuelle a su víctima. Sin embargo, no encontramos nada. Ni una sola pista de lo que podría ser. Y habíamos estado solo cuatro horas...

La frustración y desesperación que sentíamos por no saber qué hacer nos agobiaba a tal punto que la mayoría pensó si realmente el hecho de haber venido hacia Oklahoma casi en un tirón había servido de algo.

Hacía mucho tiempo que el G.E.L.A. no hacía este tipo de cosas, así que nos guiábamos por instinto y esperábamos que lo mejor pase.

Ante mí, en el piso del departamento, se encontraba una pila interminable de libros y a mi derecha tenía un cuaderno lleno de escrituras y de "posibles sospechosos." Mientras que yo trataba de volver a concentrarme en el trabajo, Ashley se había dado por vencida y había abandonado hacía ya treinta minutos. En estos momentos se encontraba acostada en un sillón a mi derecha, y reposaba una mano sobre su sien en plan dramático mientras, de vez en cuando, suspiraba. Luke estaba con Sam en la mesa. El primero estaba más concentrado en jugar con el boli que realmente concentrarse en lo que era importante: con el bolígrafo en mano, golpeaba la tapa del mismo hacia el estuche. Cuando se cansaba, observaba cómo su bolígrafo se volvía de goma si lo tomabas por un extremo y lo sacudías levemente. Esto parecía divertirlo por un momento, y soltaba una risita de vez en cuando. Elevé la mirada hacia el techo. Chicos. Sam, por otro lado, realmente estaba concentrado en la pantalla de su laptop, y escribía furiosamente. Me pregunto qué demonios estará haciendo... Darius anotaba transcripciones enteras de libros que iba encontrando, y hacía conjeturas en voz baja, como hablando para sí mismo. Jenna estaba al lado de Luke en la parte derecha de la mesa posicionada en forma vertical y señalaba a Sam, que estaba en la parte izquierda, y ambos se reían y hablaban en voz baja. De tanto en tanto, Darius, que estaba en la punta extrema de la mesa, soltaba un gruñido.

- ¿Podrían por favor hacer silencio? Hay gente que realmente quiere trabajar aquí – espetó Darius.

- Lo siento, jefe – dijo Jenna con una voz forzada, y luego rompió a reír. Luke rió también. Darius les lanzó una mirada enojada, y volvió a sus deberes.

- ¿Qué les sucede a ustedes dos? – dije, sonriendo.

- Es que Sam está tan concentrado en sus labores que ni siquiera se ha percatado en que tiene toda la boca llena de chocolate – dijo Jenna, riendo. Lo observé. Era cierto. Sam les lanzó una mirada sin ver hasta que se fijó en su móvil, sonrió, y antes de limpiarse, Luke le sacó una foto.

- Lo siento, pero si no hubiera estado tan concentrado, no hubiera encontrado esto.

Darius levantó la mirada, interesado. Incluso Ashley se levantó y se posicionó justo al lado de su novio, Luke, y colocó una mano en su hombro derecho, casi abrazándolo. Luke rodeó su cintura con su brazo izquierdo, y a mí no me quedó otra que levantarme con mis adoloridas piernas. Cojeé un poco hacia Sam, me senté en su falda, y leí la pantalla mientras decía.

- He encontrado a Chris Saunders. Se encuentra en un motel no tan lejos de aquí. Creo que servirá de ayuda. Incluso puede que ya esté trabajando en el caso.

- Excelente, Sam – dijo Darius. - ¿Me puedes dar la dirección exacta de su paradero?

- Se encuentra en el Super 8, a 13 km del centro aproximadamente.

- Muy bien. En marcha, pues.

- Espera – dijo Ashley. – Sabes que debemos ir ahí, pero después ¿qué?

- Exactamente – dijo Luke. – No podemos ir hacia la habitación de un total extraño sin haber avisado nada.

- Barbie y Ken tienen razón. Necesitamos un número telefónico, además del número de habitación – acotó Jenna.

- Jenna, tu puedes ir hacia el lugar y leerle la mente al recepcionista – agregué.

- No lo sé, Harley. Es arriesgado. Puedo hacerle las preguntas exactas, pero Chris es cazador: se dará cuenta de que algo no cuadra.

- Por eso – Sam tomó la palabra – hackeé la computadora del local, y se encuentra hospedado en la habitación 113, y su número de teléfono es 555 0367.

- Brillante – dije. Sam me sonrió y me besó la mejilla. – Ahora solo faltaría llamarlo y listo.

Cuando llegamos al motel, pensábamos que sería un motel más o menos barato teniendo en cuenta que, mucha recompensa, el trabajo de cazador no dejaba. Sin embargo, estábamos muy equivocados.

Habíamos alquilado un Hyundai Accent del 2010 (un poco viejo, pero era lo que había), así que al llegar lo aparcamos en un lugar más o menos visible, y bajamos.

El lugar era espléndido. Lustrosos muebles adornaban el lugar, mientras que las paredes y los pisos eran de un material parecido a las piedras de color blanco. Una recepcionista nos observó, nos sonrió y nos dijo.

- Bienvenidos al Super 8, ¿en qué puedo servirles?

- Hola, estamos buscando a Chris Saunders – dijo Sam.

- Sí, se hospeda aquí en el 113. ¿Quieren que lo llame?

- No, está bien. Ya hemos hablado. ¿Podría indicarnos en donde se hospeda por favor?

- Síganme

Subimos por las escaleras hacia el 113, ubicado en el segundo y último piso, y la chica, que se llamaba Sarah, golpeó con los nudillos. Un par de segundos más tarde, Chris nos abrió la puerta.

Nos observó a todos con expresión ceñuda. Era morocho de ojos grises. Su cabello estaba no tan largo, y tenía barba de unos días. Se cruzó de brazos en el umbral, y espero a que la muchacha hablara.

- Siento molestarlo, señor. Pero estos jóvenes estaban buscándolo. Ahora, con su permiso, debo volver a mis labores – dicho esto se marchó, dejándonos a nosotros junto a Saunders.

III. Moonlight Shadow: Survive the DarknessDonde viven las historias. Descúbrelo ahora