III. Moonlight Shadow: Survive the Darkness

23. Nora

- Harley, ¿estás bien?

Papá me observaba, preocupado. No, otra vez no. ¿Primero Luna, luego Matt? No podía creerlo. No podía permitirlo. En el primer instante en que escuché el nombre de mi hermano, mi cerebro dejó de funcionar. Es como si alguien me hubiese inyectado un adormecedor que me impedía pensar con claridad. Me obligué a mí misma a respirar varias veces antes de preguntar:

- ¿En dónde?

- ¿Qué? –me dijo Kyle, confundido.

- ¡En dónde está, joder! –le espeté, tomándolo por su camisa de franela.

- ¡Harley! ¡Calma! –me dijo mamá, pero no la escuché. Lo único que quería era una respuesta.

- Está bien, Amy Lynn –dijo Kyle. –Tiene derecho a saberlo –tomó aire y dijo. –Encontraron a tus hermanos gemelos junto al novio de Carrie, Luna y Dios sabe quién más en un callejón oscuro a unos kilómetros de la ciudad–asentí y lo solté.

- Llévanos allí y no te detengas hasta encontrarlos.

Acto seguido, todos nos dirigimos a varios coches de policía que pedimos prestado a Buck, quien se ofreció para llamar a agentes pero nos negamos y, una vez que estábamos sentados, Kyle arrancó.

Ya en el coche, los minutos pasaban como horas. Yo, nerviosa, tamborileaba los dedos contra el apoyabrazos de la puerta trasera. Jenna me observaba, inquieta.

- Todo va a estar bien. Lo sabes, ¿verdad? –me dijo. No contesté. Jenna bufó.

Ashley, Luke y Sam me lanzaban miradas de preocupación, los cuales preferí hacer caso omiso. Papá, desde el asiento trasero, intentaba comunicarse conmigo.

- Oye, pequeña. No te preocupes. Matt estará bien –al ver que no contestaba, prosiguió. –Escucha, Har. Hay gente de nuestro lado. No estamos solos, ¿está bien?

Los ojos se me anegaron de lágrimas, lágrimas que me obligué a secar con mi tembloroso brazo izquierdo. Sam me abrazó mientras me acariciaba el cabello. Yo, obediente, me dejé abrazar por él y lo abracé a la par mientras sollozaba en silencio.

Cuando llegamos al lugar, la primera en saltar hacia la acera fui yo.

- Wow, espera –me dijo Chris, tendiendo un brazo delante de mí.

- Déjame ir –dije, casi susurrando.

- No –dijo, firme. –Espera.

Acto seguido, levantó la linterna y alumbró el callejón, que se hallaba en penumbras. Chris alumbró el sucio piso, luego los sucios botes de basura y por último, un caño en el que, amarrado, se encontraba...

- ¡Matt! –grité, y corrí a su encuentro. Matt me observaba, amarrado desde lo alto, con grandes ojos rojos por el llanto. Empecé a llorar. –Oh, estás aquí –dije desde abajo, compungida.

- ¡Harley, cuidado! –me gritó mamá.

Cuando me di vuelta, vi que una muchacha con ojos oscuros, pelo negro y piel bien clara levantó sus manos. Acto seguido, observé siendo tirada hacia una de las paredes del angosto callejón por una fuerza que no conocía. Mi cuerpo rebotó contra la pared, y se deslizó hacia abajo, hacia el suelo. Sentí un dolor profundo en todo el cuerpo, mientras hacía una mueca de dolor.

- ¡No! –gritó aterrado Matt. -¡No los lastimes! ¡Son mi familia! –sollozó.

- Oh, el pequeño Matt está aterrado. Qué... tierno –dijo, con una sonrisa macabra.