Última vez

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Mis arterias han libado
por última vez
del vino agridulce
de tus imaginarios besos.
Ese licor que fabricó
la ausencia de tus caricias
y que hoy me traen
nostálgicos recuerdos.

Con esa maldita suerte
trasnocha mi lecho
cansado de rebuscar
tus exquisitas formas,
y a la mañana siguiente
en la resacada penumbra
reclama mi camisa
la reverencia de tus ondas.

En mi cabeza se deplora
el cupido adolorido
por tus seducciones lejanas
resonando en las escaleras.
Son vivencias crispadas
a las que renuncio
para que no vuelvan a rasgar
el indulto de mis penas.

Solo me queda segar
mis pisadas deprimidas
y seguir mirando adelante
aunque tu calor se haya ido,
por más que no sea aquí
el único culpable
de haber entregado
tanto pero tanto cariño.


Teoría de las emociones ocultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora