Vaivenes

40 9 2
                                    


Déjame poner el dedo sobre la llaga
porque el tiempo no pasa en vano
cuando duele menos el dolor,
cuando te vuelves inmune
al habitual sufrimiento
que tu silueta dejó.

Mientras otros insisten
yo no mendigo por amor
aunque parezca un mendigo
por no tener un poco del tuyo.
No sé si aquel resultado
lo provoca el temor,
no sé si mi actitud
es por orgullo.

Yo no uso un clavo
para arrancar otro clavo
como tú que has desollado
mi confianza de un solo tajo.

Deja que me lleve el mar profundo
para ahogar mis memorias rotas
que provocan gran aflicción
y si existe algún remedio
que no sea el perdón,
porque es cierto todavía
que he olvidado a perdonar
por culpa del rencor muy frío
difícil de irse con las olas del mar.

Con esto entiendo que el veneno
mata todos mis sentimientos,
soy tontamente consciente
que me hundo aún más
con mis lamentos.   

Teoría de las emociones ocultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora