Insensible vate

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No quiero cargar con estragos
aunque la carga de ello sea más grande
acallando compasiones
con el insensible individuo que gane.

Y aprendí
a hacer impermeables mis ojos
para no volver a sentir
lo agrio que son las lágrimas,
a desatar testarudamente
el nudo ahogado en mi garganta
para tragar el bocado frío
de mis fracasadas esperanzas.

Suicidé una a una
las mariposas en mi estómago
como trofeos de guerras perdidas
por nóveles idilios
que yacen en un sarcófago,
son disecados sentimientos
que ahora echo de menos
por más que parezca ilógico.

Hice sordos los reclamos
para sobrellevar los gritos
que cavan latentes en mi pecho,
y así practiqué atar mi violencia
que luego de explotar
su ánimo se traduce en silencio,
porque no quiero que el estrés
ahorque lo poco que hay de fe
en aquellos que me tienen aprecio.


Teoría de las emociones ocultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora