Echándote de menos

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Ahora que empieza el tirano invierno
en las huestes de mi nueva soledad
voy echándote de menos.

Ahora que es tan valioso
conservar verdaderos amigos
contemplo con lejana nostalgia
tus gratos momentos.

Nunca había entendido
el curioso brillo de tu mirada
pero por contrariedades del destino
resulta que ahora lo comprendo.

No pude hacer nada
para que esa mirada en otra parte brillara
y así forzosamente decidí
con unos sorbos de amargo café
diluir poco a poco aquellos momentos.

Gracias por las confianzudas bromas
y por el amigable afecto,
por las palabras de ánimos que faltaban
y por los precisos consejos,
por las valientes correcciones
y por el sincero apoyo a mis proyectos.

No es fácil renunciar a ello
y mucho menos a ti,
sabes muy bien todo lo que pierdo.

Ahora que ya no me vas a hablar más
voy a exiliarme de tus futuros recuerdos
aunque eso inútilmente evite
que siga echándote de menos.

Teoría de las emociones ocultasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora