SOY UN ORGULLOSO Y BRAVO MOHAWK

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——— D. MAYFLOWER ———
MACQWA
UN HÉROE DE LA INDEPENDENCIA




"Quien no quiere pensar es un fanático; quien no puede pensar, es un idiota; quien no osa pensar es un cobarde".

(Sir Francis Bacon 1561-1626)










































MACQWA -1-


C.I- SOY UN ORGULLOSO Y BRAVO MOHAWK

Es una mañana fría y llena de niebla, de esas que dan ganas de encerrarse en el teepee y anudarlo –aunque eso es lo normal en la frontera, especialmente en los lugares más intrincados del bosque–. En aquel momento la inmensa mayoría de los hombre, mujeres y niños de las cinco naciones indias duerme, excepto en mi caso: me llamo Macqwa, acabo de cumplir 16 años y pertenezco a la tribu Mohawk. En los Grandes Lagos somos bravos guerreros y también cazadores significando nuestro nombre "come hombres" ya que, en la antigüedad, mis antepasados tenían por costumbre comerse a los enemigos muertos en batalla.
En mi caso prefiero salir a buscar presas al rayar el alba antes que dormir a pierna suelta y moverme rápido y silencioso por el bosque rivalizando con el viento. En esas estoy, cuando de repente me fijo en algo que hay en el suelo: huellas de alce y no son pocas precisamente. Empiezo a seguirlas y un poco más adelante encuentro un claro rebosante de verde hierba donde pasta una gran manada de cornilargos. Como un rayo me subo a un árbol para observar mejor y sacando del zurrón que llevo en la cintura un pequeño cuerno de marfil decorado con dibujos y grabados de mi tribu, soplo en él.

Thonok se despertó bruscamente sobresaltado. Había tenido una horrible pesadilla y en ella veía su aldea en llamas siendo atacada por grandes y feroces demonios aulladores. En ese momento un sonido agudo y lejano le devuelve a la realidad. Se mueve sigiloso hacia la entrada de su teepee para descifrar mejor su origen cuando... ¡Ahí está otra vez ese sonido! Ahora lo distingue más claramente: parece el chillido de un águila... pero no lo es y Thonok lo sabe.
MACQWA -2-

Rápidamente sale al exterior y llama a reunión a los hombres de la tribu. En menos de cinco minutos una fila de mohawks marcha a buen ritmo por entre los intrincados senderos del bosque cercano hasta llegar al borde del claro donde divisan a la manada de alces y al bravo Macqwa subido en un frondoso abeto que les hace señales con la mano.
En un visto y no visto y en el más absoluto silencio rodean el claro. A una señal de Thonok se lanzan a por sus confiadas presas aullando como lobos y blandiendo tomahawks y afilados cuchillos. La carnicería dura escasos minutos y tras el alboroto consiguiente, cortan ramas para colgar de ellas a los cinco venados que llenarán sus despensas durante un tiempo, ya que el invierno se acerca y hay que salar mucha carne para aguantar los largos meses de frío y ausencia de comida.
De vuelta a casa con los hombros doloridos por el peso, se empiezan a oír lejanos gritos y un fuerte olor a quemado. Quienes no van cargados aligeran el paso y al ver las primeras llamas por entre los árboles, aceleran aún más el paso con el corazón encogido presintiendo lo peor... De entre el fuego, grupos de Casacas Rojas con sus sombreros de tres puntas y sus malditas armas que matan a distancia, se retiran después de haber arrasado el poblado.
Mis últimos recuerdos de aquel horrible día son ver arder los cuerpos de mis padres y amigos en una gran pira que se hizo al anochecer, y después de llorar como un cobarde escondido en unos matojos, dormirme agotado por las emociones.

A la mañana siguiente, escarbando entre los restos de nuestro teepee encontré algo que me hizo sentir vivo de nuevo: una cría de águila con una pata rota que gemía de hambre y dolor. Le entablillé la patita como mejor pude y después de alimentarla con unos granos de mijo que encontré, le hice un hueco en mi zurrón cuidando de ella desde aquél momento.
El invierno se ha echado sobre nosotros y ya no nos quedan casi víveres. Todo está helado y hasta nuestro tótem con cabeza de lobo parece
MACQWA -3-

mirarnos como pidiendo abrigo. Y ahora sé que no tardando mucho volverán los "demonios rojos" para acabar con los últimos supervivientes de su anterior "visita".
Así pues tengo que irme, pero... ¿a donde? Tal vez Boston ó quizás Providence pudieran ser buenos lugares para comenzar, aunque
entonces debería renegar de mi raza y convertirme en uno de ellos: en un blanco. Ahora me siento solo. Bueno, en realidad tengo a Munawa Lay que ha crecido un poco y ya no cabe en el zurrón, así que suele ir posada en mi hombro derecho. Es mi única compañía.
Anoche me hablaron los espíritus en sueños. El todopoderoso Manabus en persona me dijo que mis padres y amigos no hubieran muerto de haber estado yo con ellos, que soy una vergüenza para mi tribu y que debo vengarles si quiero recuperar el honor perdido. Y hasta Glooskap y su maligno hermano Malsum estuvieron de acuerdo. Está decidido: soy Macqwa, un gran guerrero Mohawk y he sobrevivido con la única misión de vengar a mi familia.














MACQWA -4-

Macqwa, un héroe de la independenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora