5. Aprendiendo a barrer

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El día del castigo llegó el viernes en su periodo libre, que coincidía con el trío de oro, se dirigió hacia el despacho de Filch, sólo ya que ninguno de sus amigos lo acompañaba, Pansy se había ofrecido a ayudarlo pero el puso varias excusas para sacarsela de encima. Estaba vestido con la túnica negra y por debajo la camisa blanca, estaba en duda si cambiarsela o no. Para cuando llegó al despacho abrió la puerta e hizo su entrada triunfal, arrastrando las palabras al hablar.

—Mastevale que esto sea rápido.

El trío de oro y el selador Filch lo miraron con recelo. Malfoy ignoro la mirada de Hermione pero miró desafiante a sus amigos.

—Lo estábamos esperando Malfoy, no íbamos a comenzar sin usted.

—Hubieran empezado.

El selador ignoro la respuesta que le había dado, saco unas escobas y trapos de un armario y se los dio a cada uno.

—Los pasillos—dijo señalandolo con la cabeza—Comenzando desde aquí.

—¿Es una broma no?

—Claro que no niño. Empiecen ya, aquí estarán hasta que sea hora de cenar.

Ron iba a quejarse pero recibió un codazo de su amiga. Sin embargo, Malfoy no tenía a nadie que lo codeará así que salió del despacho de Filch quejándose.

—No puedo creerlo— Puso cara de asco al comenzar a limpiar el suelo del pasillo, Filch ya había cerrado la puerta de su despacho y se había ido a algún otro lado con la espantosa gata pisandole los talones, les había dicho que no lo molestaran hasta que casi hayan terminado— Me hacen limpiar estos malditos pasillos, es injusto, esto es explotación. Mi padre se enterara de esto.

—¿Y que es lo que haría tu querido padre al respecto?—se burló Ron que ya estaba cansado se escucharlo quejarse.

—Haría que cambien de selador, o de director si es necesario.

—No puede hacer eso —Dijo Harry imitando a los tres barriendo el otro lado del pasillo.

—¿Tu que sabes, Potter?

—Mucho más de lo que piensas Malfoy.

—Tu cállate comadreja, que tu padre es el que no sabe nada, ya que su especialidad es los muggles ¿no es así?—miro de reojo a la castaña.

—Imbécil —murmuró Ron.

Draco no lo escucho por lo que no tuvo que responder ya que pensaba que él era el de la última palabra. Luego de un rato de estar barriendo el mismo lugar se sacó la túnica que se estaba llenando de tierra, se quedó solamente con la camisa blanca que ya hasta tenía un poco de polvo.

Recordó el trato que había hecho con Theodore, y ahora se arrepentía de haber aceptado. Era algo casi imposible, no por el hecho de enamorarla, si no de hablar con ella. Los Malfoy siempre habían "odiado" a los muggles, y más sobre todo a los hijos de padres muggles "los sangre sucia" como justamente lo era Hermione. El siempre lo había pensado así porque así se lo enseñaron. Y quedaba raro o mucho más, que un Malfoy tratará de enamorar a una sangre sucia, sería como traición, pero no sabía que podía ganar si lo lograba. Sin darse cuenta se había dirigido hacia la castaña, que estaba a sólo unos pasos de él. En cuanto ella levantó la vista y lo vio acercarse se dio cuenta de lo que hacia, pero no se detuvo, siguió hasta quedar cerca de ella casi a la par.

—Un castigo horrible ¿verdad?

Fue lo primero que se le cruzó a la mente. Hermione lo miro tan sería que a Draco le dio miedo. Es sólo una chica, pensó.

Hermione estaba confundida y furiosa ¿Por qué me dice eso?. Claro, tenía sus razones para dudar de lo que el rubio había dicho. El siempre fue malo con ella sólo por ser hija de muggles y sabía que él odiaba estar en el mismo lugar que ella, o eso pensaba. Así que pensó que lo que había dicho era por ella, que ella era la razón por la cual el castigo era horrible. Así que ahora pensaba rápidamente que responder, pensó en decirle algo a la defensiva pero decidió con quedarse callada, una opción más inteligente, ignorandolo es mejor, se cansara de molestarme y se irá.

"Mi" sangre sucia [Dramione] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora