A día de hoy la autoperfección es el sueño de todos, buscando competir por ser el más guapo, el más fuerte, el que más experiencias vive... el que más, la que más, los que más... más, más y más. Esa es la meta hoy: destacar en algo, y si no, no vales nada... ¿para qué poder tener una mentalidad única si eso no importa? Lo importante es un like en el mundo; un "me gusta"; aceptación, respeto y admiración... cueste lo que cueste, renunciando a lo que nunca se debe renunciar: a la propia personalidad. Esto se puede ver en cosas tan comunes como las relaciones de tus amigos, teniendo él/ella una lista de: "primero estaría con tal, pero si no estoy con tal, siempre que no se me ponga delante una tal..." siendo este un mundo superficial, ya sea destacando el físico, una habilidad en concreto o tu fama en las redes sociales. Eso es lo que parece que cuenta. ¿Y la individualidad? Eso ha quedado en el olvido. Cuestiones importantes parecen no tener importancia hoy en día, para eso ya están los cuatro "influencers" de moda que dan una opinión a la cual damos su "me gusta" correspondiente y ya está. Nos creemos moralistas, y solo somos papagallos, loros de la primera opinión que escuchamos. Y si a eso se le añade que es opinión escuchada es la más valorada, mejor. Ya no gastamos tiempo en debatir, analizar con la cabeza o crear algo realmente importante, nuestro tiempo únicamente se invierte en lo superficial, entregándonos a una moda y a lo que la sociedad quiere que seamos. El club de la lucha ofrece un gran discurso en este punto: "...somos los hijos perdidos de la historia, desarraigados y sin objetivos. No hemos vivido una gran guerra ni una depresión; nuestra gran guerra es la guerra espiritual. Nuestra gran depresión es nuestra vida. Vivimos con la televisión qye nos hizo creer que algún día seríamos dioses del cine o estrellas el Rock. Pero no lo seremos. Y poco a poco nos damos cuenta. Lo que hace que estemos muy cabreados." De todo esto el mensaje está claro., No vamos a ser los mejores, casi con total seguridad. Y esto non nos debería enfurecer o entristecer, sino hacernos pensar que debemos no ser el mejor, sino ser diferentes. Ser nosotros mismos. He visto casos de compañeros que, queriendo ser enfermeros, buscan entrar en medicina por... por estatus, porque en la cabeza tienen "si eres médico eres mejor que un enfermero" sin darse cuenta de que están totalmente equivocados. No son ellos mismos, solo son lo que sus notas les permite ser. Si sacas un 9'5 escoger una carrera de un 6 es una idiotez: esa es la filosofía actual, porque no buscamos ser nosotros, sino ser los mejores. Y eso debe de cambiar. Del mismo modo que el nacionalismo es la pérdida de la identidad, la autoperfección, el consumismo extremo; el comprar el nuevo iphone aunque no lo necesites, solo por estatus... debe desaparecer. Y una vez seamos nosotros mismos, entonces estaremos un poco más cerca de sanar el mundo. La autoperfección debe morir.