Nostalgia

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Llegaron al Instituto, Kaily se fue a su cuarto sin ni siquiera comer. Se colocó en la repisa de la ventana y observó Nueva York. Era verano, podía ver incluso desde la altura de su cuarto a chicos y chicas de su edad divirtiéndose, tenía algo de envidia. Ellos no tenían que matar a nadie, participar en guerras o estar encerrados por riesgo a que los secuestren. Añoraba su vida mundana, tranquila y segura. Abrió la ventana y miró con más detalle, conocía a esos chicos iban a su clase, una chica del grupo la miró, Kaily se incomodó, no llevaba la runa "glamour".
-¡Kaily!¡¿Eres tú!?- gritó la muchacha, el resto del grupo la miró-¡¿Qué haces en esta iglesia abandonada!?¡ Baja, anda!¡Si no lo haces no me callaré!- cerró la ventana rápidamente, la chica seguía gritando. Reunió valor y decidió bajar, se miró en el espejo de la entrada, iba con un top rojo y unos pantalones de cuero ceñidos, llevaba los botines de tacón y a Heosphoros en el cinturón. Su pelo estaba ondulado,llevaba el colgante de Sam y el anillo Morgenstern, además de sus runas. Salió afuera y tras la valla estaban tres chicos y dos chicas. Salió a paso firme, los cinco la miraban estupefactos. Abrió la valla y se paró frente a ellos.
-¿Ya vas a dejar de pegar esos gritos, Jessica?- le dijo con algo de impaciencia.
-Guau, Kaily. No te veíamos desde diciembre, estás...¿esos son tatuajes?
-Es difícil de explicar.
-La señorita Portman dijo que repetirías si no haces los exámenes de recuperación.- le advirtió uno de los chicos.
-Pues siento deciros que voy a dejar los estudios.
-¡¿Qué!?- dijeron todos.
-Ya tengo futuro y no me hace falta estudiar. Ahora adiós- fue a cerrar pero un chico moreno y de ojos verdes se interpuso.
-Oye, Kaily¿Eres satánica?
-¿Estás loco? No soy satánica, si te refieres a los tatuajes, son simples símbolos. Y ahora¿te puedes ir?
-No- dijo el chico- quiero arreglar las cosas.
-No hay nada que arreglar, Nian. Me engañaste. Si no me querías me lo dices, no hacía falta que te enrollaras con otra delante mía.
-Se me abalanzó no pude hacer nada.
-En cualquier caso, es agua pasada. Si tengo suerte no tendré que volver a verte.
-Por favor, Kaily, una oportunidad.
-No- en tono determinante.
-Por favor.
-Escucha, esto- señaló el colgante- es de mi novio, no tienes ni la más mínima posibilidad de estar conmigo otra vez.
-Anda, solo te pido una tarde y prometo dejarte en paz.
-No puedo, tengo novio y ...
-Si no quieres salir conmigo lo entenderé pero dame la oportunidad, Kely- él era el único que la llamaba así.
-No puedo salir de aquí.
-Pues vamos a mi casa.-la chica fue a contestar pero un grito desde atrás la interrumpió.
-¡Kails!- Sam se acercó corriendo a la chica-No puedes salir de aquí- vió al moreno- y menos hablar con mundanos.
-¿Qué es un mundano?-preguntó confuso Nian.
-Tú-contestó el rubio con tono de enfado.
-Y tú eres idiota, ¿me dejas terminar una conversación con mi ex?
-Primero, aquí el idiota no soy yo. Segundo, ¿es tu ex? - le preguntó a la chica.
-Y lo seguirá siendo.
-Ah, tú¿Tú eres su novio?
-Sí, y ahora vete.
-Esperaba más de ti, Kely.
-No me llames así.-cerró la valla y ambos entraron.
-No deberías hablar con mundanos, ellos no pueden saber de nuestra existencia.
-Tranquilo, se piensa que somos satánicos-sonrió mientras entraban.
-Ah, bueno- parecía no haberla oído-Espera ¡¿Qué!?- Kaily empezó a reírse.
-Da igual- se metieron en el ascensor riendo. Kaily tiró de Sam hacia sí y se empezaron a besar. Llegaron a la planta donde estaba la biblioteca. Fueron allí y se encontraron con muchos aplausos.-Vaya, tanta demora por nuestra humilde presencia- le susurró a Sam en tono sarcástico.
-¡Chicos!-Isabelle y Alec se acercaron a ellos-¡NOTICIÓN!
-¿Qué pasa?-preguntó Sam.
-Jace y Clary se van a casar-contestó Alec entusiasmado.
-¿Y para cuándo la tuya con Magnus?-le dijo con piquería su hermana. Él se sonrojó.
-So somos sol solo amigos-tartamudeó, Isabelle, Sam y Kaily rieron ante la situación. La pequeña se apartó del grupo y bajó corriendo hacia su hermano.
-Enhorabuena, hermanito- le felicitó al chico.
-Gracias, pequeña.
-No soy pequeña- protestó en tono bromeante.-¿Cuándo será la boda?
-Lo antes posible, con lo de la guerra..
-Espero que seáis felices. Y por cierto- le apuntó con el dedo-Ni se te ocurra hacerme tía, no por ahora.
-¿No quieres sobrinitos?-bromeó él.
-NO, odio a los niños.
-De acuerdo.-contestó riendo-¿Y de regalo de bodas qué me vas a regalar?
-Una caja de condones.
Se fue de allí riendo, fue a la sala de entrenamiento. Hizo abdominales, flexiones, sentadillas, boxeo y tiro con arco. Volvió a su cuarto reventada, se duchó y cayó rápidamente dormida.
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Mucho verano...
Hasta la próxima mundis.

Nacida de los ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora