¿Padre?

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Kaily llegó a la entrada del Gard, la miró aterrorizada, ese sería el fin de lo que era una feliz vida. Miró el reloj que había arriba, en una torre, faltaban quince minutos para que dieran las doce. Lucero relinchó desde atrás, la chica lo acarició tiernamente.
-Sal de aquí.Corre-le dió un par de palmaditas en el lomo y el caballo se fue a toda prisa. Volvió la vista a la puerta y entró.

Mientras en la mansión Morgenstern

-¿No os dijo a dónde iba?-preguntó Magnus histérico.
-No-contestaron Jace, Isabelle y Sam a la vez.
-Tenemos que encontrarla, está claro que Valentine la ha mentido-dijo Clary.
-La podríamos rastrear-añadió Alec.
-No tenemos nada de ella-lo contradijo su hermano pequeño.
-En realidad... sí-Sam se sacó el colgante en forma de estrella del bolsilla-Vamos.
Max se acercó y ambos juntaron las manos con el collar entre ambas. Una especie de onda doradiza se formó alrededor de sus manos. Las separaron casi dos minutos después.
-La tenemos-dijo Max.
-¿Dónde está?-preguntó inmediatamente Jace.
-En la Sala de los Acuerdos
-Debemos ir YA-Isabelle se dibujó la runa de velocidad y salió corriendo de la mansión.
-Voy con ella-intervino Simon trazándose la misma runa y saliendo también.
-¿Y yo qué hago?-dijo Magnus al ver que todos se trazaban la misma runa.
-Eres brujo,algo se te ocurrirá-le dijo Clary.
-Si si quieres, te te puedo llevar aúpa.-Alec se puso rojo.
-¿Aúpa?-preguntó Magnus asombrado y confundido.
-En la espalda-aclaró el Lightwood.
-Ya, me sé el significado.
-No es por nada, pero... mi hermana está arriesgando su vida yéndose con su padre lunático. No es que me importe mucho, no, es solo mi hermana pequeña, por lo que si dejáis de coquetear avanzaríamos bastante-Jace estaba más que sarcástico.
-Sí, vamos-Magnus se subió a la espalda de Alec y todos salieron corriendo por fin.

La Sala de los Acuerdos estaba totalmente a oscuras, Kaily sacó su piedra-runa de luz mágica e iluminó la sala. Se le vino una runa a la mente, rápidamente cogió su estela y la dibujó en el centro del suelo. Una luz salió fuertemente hasta el techo y la sala se iluminó por completo. Se guardó la piedra de nuevo, en ese momento dieron las doce en punto. El pánico se apoderó de ella, un portal verde apareció allí. De él salieron Valentine, la reina Seelie y varios chicos, entre ellos Scott.
-Veo que aceptaste mi propuesta. Siento lo de Scott, no estaba planeado.
-Me da igual si estaba planeado o no.-lo miró furiosamente-He venido, estoy aquí. Ríndete.-Valentine echó una sonrisa sarcástica-¿de qué te ríes?
-Yo no dije que acabaría con la guerra.
-Dijiste que la pararías-le dijo muy enfadada apuntándole con el dedo.
-Que la pararía, no que la acabaría. La guerra acabará esta noche con nuestra victoria.
-Hijo de puta-Kaily comenzó a correr hacia la puerta, trató de abrirla pero no pudo.
-No insultes a tu abuela-le dijo Valentine desde atrás. Kaily sacó a Heosphoros y fue directa hacia su padre-¿Quieres pelear?
-Quiero acabar con esto de una vez por todas.
-No será posible-intervino la reina Seelie.La pequeña la miró algo triste, Valentine aprovechó el despiste de su hija para quitarla a Heosphoros de la mano.
-¡¿De veras creías que me podrías matar!?-la clavó la punta de Heosphoros en la garganta, un chorrillo de sangre empezó a brotar. Kaily respiraba entrecortadamente-¡Soy tu padre, me lo debes todo!-la pequeña empezó a hablar algo débil, salía mucha sangre.
-¿De de verdad crees, crees que te lo debo todo? ¿Estabas tú ahí cuando dí mis primeros pasos?¿Estabas tú ahí cuando descubrí mi pasión por la música?¿Estabas tú ahí cuando tenía pesadillas y sueños extraños que ahora cobran sentido?¿Cuándo me sentía sola sin saber a dónde pertenecía?¿Cuándo solo quería morirme?-El rostro de Valentine expresaba algo de arrepentimiento-No,no estabas. No te debo nada. Porque si fueras un verdadero padre me habrías querido y cuidado. Mírate, clavándole una espada a tu hija. Tú no eres mi padre, y nunca lo serás-no pudo más y se desmayó, antes de caer, Valentine soltó a Heosphoros y la cogió en brazos.
-Vámonos, esta noche será larga.-todos atravesaron de nuevo el portal.

Llegaron al Gard rápidamente, Sam abrió la puerta gracias a una runa. No había nadie, solo una runa en el centro del suelo de la que salía luz y un charco de sangre.
-La runa no es del libro, es de Kaily-comentó Clary observándola.
-¿Y la sangre?-preguntó preocupado Max. Magnus se acercó y se arrodilló junto al charco, lo tocó y se concentró. Tras un minuto se levantó limpiándose la sangre de la mano.
-¿Y?¿De quién es la sangre,Magnus?-preguntó ansioso Jace.
-Es de Kaily-contestó entristecido el brujo.

Nacida de los ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora