Solo arrincona al rey

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-¿Una? Me dejaste sola-le recriminó la chica.
-Lo sé, lo siento. No tenía opción,¿crees que no te hubiera seguido si la hubiera tenido?- la miró esperanzado.
-Yo ya no me creo nada-espetó la chica seriamente.-Lo que me hizo la reina se ha desvanecido. Bendito demonio-dijo mirando hacia arriba. Todos se sorprendieron- eres mi parabatai, los meses que pasé contigo sí los recuerdo y no los borraría jamás pero me abandonaste.-dijo con ojos cristalinos-si de verdad te importo, aunque sea solo lo más mínimo, quédate conmigo.- el chico la miró con el rostro pálido.
-Sabes que no puedo...
-¿Por qué? Aquí estás a salvo.-le suplicó Kaily-Por favor.
-Nunca dices por favor-estaba asombrado.
-Entonces fíjate lo mucho que te necesito-insistió la chica. El chico se quedó pensativo un rato.
-¿Y si me encuentran y me matan?
-No te matarán.-contestó con seguridad.
-¿Cómo lo sabes?
-Eres mi parabatai, saben que si lo hacen me dolerá más a mi que a ti. Te aseguro que solo por eso no te matarán-el chico parecía dudar.
-Está bien, me quedaré- dijo tras un rato. A Kaily se le dibujó una enorme sonrisa en la cara y corrió a abrazarlo.
-Vale, entonces tendré que avisar a los padres.-dijo Jace saliendo, lo siguieron Clary, Alec e Izzy. Jace volvió-enseñadle alguno su cuarto.- Kaily fue a ofrecerse pero Max se la adelantó.
-Se lo enseñaré yo- agarró el brazo del chico y ambos se fueron, antes de salir Max le lanzó un rápido guiño a Sam sin que la chica lo viera. Kaily giró y se encontró con la gris mirada de Sam observándola.
-Sam.. yo...- no sabía que decir.
-¿Es verdad lo que has dicho antes?¿Vuelves a ser la misma?¿Nada de recuerdos falsos?
-Nada-contestó con una tímida sonrisa.
-¿Entonces...?- la chica asintió felizmente porque sabía como terminaba la pregunta. El chico corrió hacia ella y la atrajo contra sí besándola. Kaily enredó sus manos en sus cabellos rubios y lo besó también.
-No creo que sepas lo mucho que he echado de menos esto-dijo él riendo.
-Puedo imaginármelo-contestó volviéndolo a besar. De repente se separó bruscamente.
-¿Qué te pasa?- preguntó alarmado el chico.
-Nada, solo el cuello- se llevó la mano a esa parte.
-Déjame ver- el chico la quitó la gran gasa, tenía tres arañazos algo profundos, del de abajo estaba brotando algo de sangre- solo te sangra un poco el último.Voy a por algodón- lo cogió y se volvió a acercar, le limpió la sangre.Le puso una gasa nueva-¿Mejor?
-Sí.Oye- miró al suelo-sien siento haberte hecho esperar tanto tiempo.- la levantó la barbilla y la dio un dulce beso.
-No fue tu culpa, recuérdalo.
-Casi te disparo- dijo riendo.
-Pero no lo hiciste-la contradijo.-Creo que me voy a ir a la cama.¿Vas a dormir?
-Ya he dormido el tiempo suficiente-dijo ella, le dió un corto beso y se fue.
Kaily fue a la sala de entrenamiento, seguía débil pero no quería quedarse sin hacer nada. Empezó a dar puñetazos y patadas a un saco de boxeo de manera coordinada, una voz algo enfadada la llamó.
-¡Kaily!-Isabelle estaba en la puerta con un pijama rosa pomposo,zapatillas a juego y un moño en lo alto.
-¿Qué?-contestó la pequeña con total tranquilidad.
-No te has recuperado, deberías descansar. Además, podrías despertar al resto de los de esta planta.
-Solo estás tú..-la mayor la interrumpió.
-No, Alec también y Jace y Clary.
-Es verdad-dijo acordándose-Pero, la habitación de Clary queda en la otra..- Isabelle la dio una mirada de complicidad y entonces lo entendió-Ah, vale-dijo riendo.
-Pues eso, a la cama.-y se fue. Kaily dejó los guantes y se fue a dormir.

Se despertó a las ocho, se duchó y bajó a desayunar. No había nadie, vaya sorpresa, estarían cazando.Fue a la enfermería y se cambió el vendaje. Salió andando por el pasillo y se paró en frente de un espejo se miró detalladamente. Su pelo era ahora aún más largo, su piel más pálida, estaba más delgada y en forma, y el cuerpo lleno de runas. Había cambiado mucho, demasiado, ya no era como el resto de mundanos.
-Ey-Max apareció por el pasillo.
-Ah, hola Max.
-¿Qué estabas haciendo?
-Nada importante.¿Sabes dónde está Scott? No lo he visto todavía.
-Se fue a cazar con el resto.
-¿En serio?
-Sí, dijo que quería así conocer más a los demás.
-Bueno, eso está bien-contestó sonriendo-entonces te ha tocado quedarte aquí.
-No tenía muchas ganas de cazar, me has hecho un favor en realidad-bromeó.
-Iba a la biblioteca, ven conmigo, anda-le pidió.
-Vale- llegaron a la biblioteca, se sentaron cada uno en un sillón de terciopelo rojo-¿Sabes jugar al ajedrez?
-¿Una partidita?Soy la reina de este juego- contestó segura.Había una pequeña mesa entre los sillones, encima de ella había un tablero de ajedrez con las piezas. Comenzaron la partida y tras un rato Max empezó a hablar.
-Oye.
-Dime- movió una pieza.
-¿Cómo crees que podremos matar a Valentine?
-Yo no lo mataré.
-Entonces¿quién si no? eres la única que lo conoce tanto como para saber sus puntos débiles-movió una pieza.
-Es mi padre, Max. Además podemos vencerle sin tener que matarlo, con encerrarlo en la Ciudad de Hueso bastaría.
-Pero es más seguro matarlo.
-Oye- estaba algo molesta- esta guerra es como el ajedrez. Puedes ganarla arrinconando al rey, debemos ponerle entre la espada y la pared.
-¿Y cómo piensas hacer eso?
-Para arrinconar al rey hay que atacarlo¿verdad?pues eso-movió una figura.
-No es tan sencillo, la clave no está dispuesta a eso- le contradijo él.
-Es la única manera, cuando esté desprevenido. Es el momento.-movió una pieza el chico.
-No estará desprevenido, no lo puede estar- la miró mientras ella miraba el tablero.
-Quizás tengas razón pero todo rey tiene una kriptonita.
-¿Y cuál es la suya?
-Alguien que sepa sus tácticas de guerra y le conozca lo suficiente como para que Valentine confiase en él.-pensó en una respuesta hasta que dió con la clave.
-Tú-soltó.La chica lo sonrió y al fin movió una pieza arrinconando al rey.
-Y así es como una reina como yo arrincona a un rey como mi padre.-se levantó y dijo finalmente-Jaque mate.- y se fue.
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Hey! Al fin, BEEESOOOO.
Tras tropecientos mil años...
Hasta la próxima mundis➰

Nacida de los ÁngelesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora