•Final•

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Narradora:
¿Por qué había sido tan tonto?
Había dejado solo al amor de su vida, y por su culpa, estaba en emergencias.
Sus manos no paraban de temblar al igual que su labio inferior. Su mente se inundaba de pensamientos sobre su amado, mientras se retorcía de remordimiento.

-¡Señor, no puede verlo!

-¡Necesito verlo!

Luego de dos horas el rubio había cedido, agotado, jadeando por intentar entrar por la puerta donde estaba el ojinegro.

-Adiós Golden, debo ir a casa

-Adiós Freddy...

Seis horas. Nada.

-Recuerda dormir Golden, no te quedes toda la noche, si necesitas algo puedes ir a nuestra casa-Dijo la rubia señalando a su novio

-Adiós Chica...adiós Foxy.

Ocho horas. Ni el más remoto cambio.

-Adiós, debo ir a practicar al parque, avisame si hay noticias.

-Ok, adiós Bonnie

Doce horas, y el ojigris seguía ahí esperando noticias del pelinegro. Sin recibir respuestas por su parte.
¿Acaso había muerto? "No, no, los doctores me lo dirían" Se limitó a pensar, todavía con esperanza.
Y así con un inmenso dolor de espalda, ya pasadas muchas horas desde su llegada, se quedo dormido.
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Despertó en una habitación blanca, con alargados bancos en los costados, estaba sentado en la misma silla donde estaba segundos antes, y enfrente de el había una enorme silla que desencadenaba más bancos.

-Señor Golden Jr.

En la silla estaba sentado un hombre de edad mayor con una pequeña barba blanca y una túnica negra. Junto a el muchas personas tomaban notas, sin enterarse de la precensia del chico. Pero había una chica que llamo su atención.
Su pelo verde cual hoja de ruda, le tapaba los ojos, tenía también una túnica negra y estaba sentada en una silla más pequeña junto al anciano.
Estaba en un tribunal.

-Ha sido traido a este tribunal por la señorita Cami.

-¿¡Q-qué?! No recuerdo haber
c-cometido ningun delito...
-Respondió con uns voz sumamente temblorosa

-Otro más que no sabe que hizo..., esos chicos de cabello extraño ayer eran iguales de idiotas-Comentó una chica en voz baja, de cabello café que estaba sentada cerca del ojigris.

-Silencio Mia-Respondió el mayor haciendo que ella adoptará una posición más formal-Estás siendo juzgado por este tribunal por enamorarte de uno de tu misma especie, cosa que esta sumamente prohibida.

-Pero...e-estamos enamorados...yo lo amo..., no puede separarnos-Dijo subiendo un poco el tono de voz

-Está inflijiendo la ley número 24.890 del código de los Hope y los Ghost. "Se PROHIBE por ley que dos Ghost se enamoren". Y no podemos quebrantar esa ley.

-Per-

-Sin peros jovencito-Respondió la misma mujer.

-El acusado a aceptado su culpabilidad. El tribunal ha decidido que estos dos individuos no vuelvan a tener contacto en ninguno de los dos mundos. Caso cerrado.

Y con un fuerte golpe de martillo, ya estaba parado en la montaña que separaba a los Ghost y a los Hope, mirando a la nada, con un inmenso sentimiento de culpa en el pecho.

[...]

Despertó todavía sentado en la silla.
Se levantó y fue directamente a la sala fría y sin color, en la cual estaba el pelinegro reposando en la cama, totalmente paralizado.
Lo miró esperando que despertará, que le dijiera algo. Cosa que no pasó.
Se acerco más a el y comenzó a hablar.

-F-fred, gracias a tí, ahora mi mundo no es tán gris-Sonrió apenado- Te p-prometo que estaré aquí hasta que despiertes-le dijo soltando pequeñas lágrimas.

Y así. Colocó un hermoso clavel en las manos de su amado.

-Te amo.

Fin

•"Gris"•#PremiosFNAFHSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora