Celos (Dani)

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¿Por qué tenía que ser yo quién tenía que estar con Alison? Todavía no lo entiendo, hay tíos más buenos que yo y mejores por ser más populares, yo sólo soy un chico de este infernal instituto que quiere tranquilidad.

Alison me retiene antes de que pueda entrar en clase de matemáticas. Odiaba esta clase porque tenía una profesora muy mala, la cual me tenía manía.

Alison me agarra por el brazo y me estrella contra la pared, me pone una de las manos en mi miembro, por encima del pantalón y la otra en la pared. Fogosa me besar y se acerca a mi masajeando con la mano situada más abajo. La aparto de mi con un empujón un tanto fuerte, con tan mala suerte de que cae al suelo y se da con la cabeza en la esquina de una papelera. Le empieza a sangrar la cabeza. Puedo ver que se ha hecho una pequeña brecha en la parte de la nuca y aunque me gustaría que sufriera no puedo permitirlo.

La cojo en brazos y la llevó a dirección. Allí me encuentro con la enfermera y el director. Ambos me miran con asombro y abren tanto los ojos que podrían llegar a estallarles. Me acerco a ellos y me preguntan qué ha pasado. Yo les cuento lo que paso. Me miran,  creo que porque soy demasiado sincero, y luego a ella, porque no se esperaban que hiciera eso, la enfermera reacciona. Se levanta del asiento situado en frente de la mesa del director y se va corriendo por la puerta. El director coge el teléfono y llama a una ambulancia. Yo salgo con Alison en mis brazos aun porque quiero tomar el aire, y veo a lo lejos a una chica corriendo.

-Qué guapa es Rebecca.- digo en voz baja mientras sigue acercándose ella, ahora con cara de asombro y más lentamente. Se para en seco.

Me quedo mirándola, hasta que me doy cuenta de que su asombro se debe a que tengo a Alison en mis brazos. Espero que no piense lo que no debe, pero…

-¿Qué ha pasado- pregunta ella mientras que asimila las circunstancias.

-Me retuvo y cuando me beso la…- pero no me dejo terminar, por que como imaginaba se acercaba una tormenta de celos y culpas.

- ¿Perdona qué?

-Becca no es lo que piensas- en ese momento me doy cuenta de que esta muy mona con cara de enfado.- ella me cogió del brazo y  me beso y yo…- y tampoco me deja terminar, se le notaba que está muy cabreada y también que no aguantará mucho más.

-Y tu se lo permitiste, sino la hubieras detenido y no te habría besado- espeta así como si nada, y me temo lo peor.-¿Estas con ella?

Ahí está, la pregunta que colma el vaso, y antes de explicarle que no, que solo la quiero a ella, me dedico a decir una frase que se que no rechazara.

-No, Rebecca deja que te lo explique por favor.

“Mierda, ¿soy gilipollas?” pienso mientras que veo que ella se aleja, y vagamente a lo lejos veo como se mete en el baño. No quiero que ocurra lo que estoy pensando, pero no puedo hacer nada para arreglarlo.

Cuando llega la ambulancia dejo a Alison en la camilla, y los médicos me lo agradecen, pero cuando me preguntan qué ha pasado y les contesto no me miran con la misma cara de antes, me miran como si fuera un monstruo. Me miran con cara de odio y poco después veo como la ambulancia se aleja por la carretera con una sirena puesta, aunque hasta yo se que lo que le he hecho no es tan grave.

Más tarde estoy en el pasillo yendo con mala gana a mi clase de biología (la clase de después de matemáticas), a pesar de que no me dejo entrar y me mando a la biblioteca, allí me encuentro con mi hermana, dibujando en un cuaderno. ¿Cómo podía caerme tan mal por el mero hecho de tratar así a Becca?

Melissa no es exactamente me hermana, ella vino a mi vida cuando mi madre y su padre se casaron, apenas tenía 8 años. Ella era del matrimonio anterior al de mi madre. Desde entonces cuando le digo a la gente que Melissa es mi hermana nunca me creen. Así que intento no ir diciéndolo por ahí.

Guerra de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora