Fugaz

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La región del norte... Es uno de los lugares mas horribles de estas tierras. Si esto es terrorífico, no me quiero imaginar cómo será aquello. Desde luego nunca e ido allí y no quería ir, pero prometí volver a verle.

Parecía que dábamos pasos en falso, cada acción parecía llevarnos a un callejón sin salida. 

Nos metimos en un apartamento abandonado en la ciudad, un tercer piso. Estaba intacto, todo estaba colocado en su sitio, pero había mucho polvo. Entré en una habitación y la iluminé con el brazalete. Era la habitación de un bebé. Me saqué el casco y lo dejé cuidadosamente sobre una mesa.

Tenía su cuna, algunos peluches y una bonita decoración con colores pastel. Me senté en la alfombra y agarré un conejo de peluche de color crema. 

Tanta destrucción por culpa de un virus, tantas vidas fueron arrebatadas... Y la bestialidad del ser humano, que crea soldados para asesinar y no científicos para salvarnos. Todo esto nos supera, solo somos una plaga que se destruye así misma.

-¿Interrumpo algo?- Dijo Blue mientras observaba la habitación, como si buscara algo.

Me levanté con desánimo -No, no pasa nada.

-No preguntaba si te pasa algo... pero por tu respuesta puedo saber que algo te pasa.

Sonreí desganada -Si empiezo a decir todo lo que me pasa -Hice una pausa -No acabaría nunca.

Blue se acercó a la ventana y subió la persiana. Era de noche. Se limitó a mirar por la ventana y finalmente dijo -A veces es bueno soltarlo todo. Nunca te has quejado de nada, nunca dices lo que piensas- Hizo una pausa. Su tono de voz era muy serio -Jamás te he visto llorar por alguna buena razón- 

Por alguna razón esas palabras me enfadaron.

-¿¡Una buena razón!? ¡Que te parece haber perdido a mi único familiar con vida!

Él ni se inmutó, siguió mirando a la nada. Me acerqué a él -¿¡Te parece esa una buena razón!?-

La rabia inundó mi corazón, y dije algo de lo que hoy en día aún me arrepiento -¡No quiero ser como tú y dejar que mi hermano muera!- En ese momento mis lágrimas se deslizaban por mi mejilla y quedé totalmente pálida, quería viajar atrás en el tiempo e impedirme decir esas palabras.

-Lo...lo siento- Le agarré el brazo -No quería...

Se dio la vuelta y me miró serio, Blue tenía los ojos llenos de lágrimas, aún no sabía cómo iba a reaccionar. Me limpió las lágrimas y dijo -Eso era lo que quería- Sonrió y me abrazó.

No pude decir nada, ni siquiera le devolví el abrazo, tan solo me quedé quieta arrepintiéndome de todo. 

-Lo siento...- Volví a decir.

Me miró a los ojos, y esa mirada me llego tan profundo al corazón que incluso llegué a pensar que haberle dicho eso valió la pena -No te disculpes. Yo hice esto, quería que me dijeses todo aquello que guardabas. 

Había un aura de tristeza alrededor de Blue, quería preocuparme por él y demostrarle que me importa. Era una egoísta, nunca tuve en cuenta lo que él pensaba.

Hubo un momento de silencio que Blue rompió -Estás muy agobiada- Dijo mientras me miraba -Y a veces no se que hacer por ti- Miró al cielo desde la ventana -Por eso lo único que intento es que estés feliz, porque se que jamás seremos felices en este mundo, pero una vida feliz no se compara a este tipo de momentos junto a ti.

Nunca le había visto de esta forma, un año atrás no me habría imaginado ni de cerca los sentimientos que ahora tenía por él. Pensar que todo está cambiando tan rápido me da miedo. Me aterroriza lo que nos espera, un futuro tan cercano como impredecible.

Me volví a meter en mis pensamientos y miraba al suelo, muy cerca de él. Desde el beso nunca habíamos hablado de lo que estaba pasando entre nosotros.

Se acercó más aún a mí, me sujetó la barbilla con su mano -Solo deja de pensar- y me besó, pero era diferente a la última vez, era más cálido, más cercano y muy dulce. Como si hubiera estado esperando este momento desde hace años. Y no solo eso, ese momento del que me habló, un momento de felicidad, eso era lo que sentía. Él consiguió lo que quería, que yo estuviese feliz. 

Y como si pudiese leer mis pensamientos, al terminar de besarnos, dijo -Un momento fugaz-

-¿eh?-

-Un momento feliz que dura muy poco en el tiempo, pero que lo recuerdas para toda la vida-

Y al decir esto se marchó.

Acto seguido, y aún con el corazón lleno de palabras y acciones de amor, Hierbas entró en la habitación con voz fuerte sujetando un reproductor de música que encendió - ¡Dale caña!- Comenzó a sonar su música rusa que tanto escuchaba y volvió al salón bailoteando y cantando donde estaba Guardiana. Acto seguido me asomé por la puerta y vi a Guardiana y Hierbas cantando como si no hubiera un mañana y eso me hizo reír.

Fui con ellos hasta el salón para verles, no me sabía ninguna de esas canciones, y bailar me daba un poco de vergüenza así que me senté en un sofá. 

Noté algo duro al sentarme, una especie de caja. Me levanté y saqué el cojín que cubría el sofá. Efectivamente, era una caja metálica con unas inscripciones que decía "Aquí yace mi alma" .Agité la caja para ver si había algo dentro, sonaba un objeto pequeño y pesado y el ruido de una cadena ligera. Intenté abrirla por curiosidad pero no pude. Me la llevé a la habitación para estar más tranquila y poder encontrar una manera de abrir aquella misteriosa cajita.

Blue apareció en la puerta unos minutos después -¿Qué haces?- Preguntó curioso mirando la caja que sujetaba.

Entró en la habitación y antes de que pudiera decir nada gritó entusiasmado -¡Yo tenía una de pequeño!- Me arrancó la caja de las manos aún muy fascinado -Es normal que no puedas abrirla. Tiene su truco-

En un momento (y no vi lo que hacía) abrió la caja.

Se quedó mirando un buen rato el contenido, no dijo nada y su expresión era ahora seria -¿dónde encontraste esta caja?-

-Eh, en el sofá, ¿por que? ¿qué hay dentro? Déjame ver.

Me miró muy serio -Esto es muy raro...

-¿Qué ocurre? Déjame verlo- Insistí curiosa.

-Esto es mío-

-¿Qué quieres decir? Maldita sea- Me abalancé sobre él (estábamos los dos sentados) Apartó y cerró la caja antes de que yo viese nada y caí sobre él, perdiendo el equilibrio.

-¿eh? ¿Qué haces? Apártate- Dijo sonrojado.

-¡No haber apartado la caja!- Dije mientras me levantaba.


Escapa de la realidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora