Spirals - Mi Castillo De Naipes

Desencadenante Vampire-Verse Part4

Todos los sirvientes de la mansión estaban sorprendidos, en especial el fiel mayordomo Suave, era un hecho bien conocido que Lord Fallacy no soportaba compartir su cama, odiaba más que la incompetencia sentir el calor de otra ser al lado suyo. Pero en los últimos días esto no había sido así, Encre siempre dormía con él en su alcoba, pero lo que todo el mundo desconocía era el hecho que Lord Fallacy no había hecho suyo al artista, todos asumían que Encre finalmente había cedido ante los deseos de su Lord, ni siquiera podían imaginarse que en realidad aquel poderoso vampiro no había tocado el cuerpo de Encre ni una sola vez aun teniéndolo a su plena disposición.

Por otra parte Jasper se recuperaba de forma favorable, ya comía solo pero aún se negaba a hablar y a salir de su habitación, ni siquiera salía de la cama, siempre sonriente cuando iban a atenderlo pero aún más alegre cuando Encre pasaba tiempo con él, Encre por su parte trataba de pasar la mayor parte del tiempo que le era posible con su amigo, muchas veces le pidió a Lord Fallacy que lo dejará pasar la noche en la recámara de Jasper, lo cual siempre le fue negado, en cuanto a su brazo, no parecía haber mejora alguna y el dolor se incrementaba cada vez más, aunque Lord Fallacy afirmaba que su recuperación era muy favorable y que pronto podría volver a pintar.

Lord Fallacy se encontraba mucho más tranquilo al ver a Jasper recuperándose y el cese de sus pesadillas habían hecho que recuperará sus fuerzas y apetito, no entendía el por qué dormir junto a aquel artista le daba tanta paz. A pesar de que Encre pasaba casi todo el día con Jasper, Lord Fallacy aprovechaba aquellos pequeños momentos a solas con él para saber un poco más del artista, así pudo descubrir que su color favorito es el amarillo y que amaba la primavera, irónicamente era alérgico el polen, lo cual le pareció tan divertido al poderoso vampiro y como olvidar que la comida favorita de su artista eran los pasteles vainilla con fresa y también saber que lo que más extrañaba era poder disfrutar la calidez de la luz solar. Sí, la luz solar era algo muy raro de ver en ese lugar cubierto prácticamente todo el año con una espesa niebla, algo ventajoso para un vampiro ya que le permitía tener un ciclo de vida y periodos de sueño similar a los mortales, pero triste y deprimente para alguien con un alma amante de la calidez de la luz solar.

Era la primera vez que Lord Fallacy se tomaba la molestia de conocer realmente los gustos de alguien, cada vez quería saber más cosas acerca de él, sus sueños, aspiraciones, miedos y deseos. Quería saberlo todo de él, quería todo de él, quería hacerlo suyo sin importar si eso lastimaba a Jasper. Y así se lo propuso a sí mismo esa noche, esa noche por fin haría suyo a Encre, con o sin su consentimiento. 

Encre era tontamente ajeno a los planes de su ahora compañero de cuarto, ya se había acostumbrado a compartir la cama con Lord Fallacy y confiaba en que este no buscaría aprovecharse de él mientras dormía, así que al regresar a esa habitación después de pasar todo el día en el cuarto de Jasper, sin ninguna precaución comenzó a desvestirse frente a aquel vampiro que lo observaba meticulosamente sentado al borde de su cama, pronto Encre sintió la acosadora mirada de Lord Fallacy sobre su espalda, esto lo puso nervioso más decidió hacer como si nada estuviera pasando, aun no se acostumbraba a esa mirada sobre su cuerpo pero era ya casi habitual, con algo de esfuerzo logro desvestirse y colocarse el camisón para dormir, al dirigirse hacia la cama Lord Fallacy lo intercepta, los ojos de aquel hombre estaban llenos de deseo por aquel artista, anhelaba su cuerpo, quería verlo gemir y suplicar debajo suyo, quería escuchar salir de esa boca su nombre mientras veía aquel rostro envuelto en pasión y lujuria, quería hacerlo adicto a su toque y a su ser.

- S-señor... - Pronunció tímidamente Encre muy asustado al sentir la mano de Lord Fallacy acariciando su cuerpo.

- Tranquilo... No tengas miedo, sé que aún te duele el brazo. Te prometo que seré sumamente cuidadoso.