Aclara mis dudas (parte 2)

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Trás subirnos al auto, me mantuve callado un rato, mirando todo lo que estaba a mi alrededor.  Me sentía algo inquieto ya que no sabía nada de este señor y dadas las circunstancias puede que me haya prestado para ser secuestrado o involucrado en trata de personas.

-Chico, tranquilo, no te haré daño.-

-¿Eh?.-

-No has dejado de observarme desde nos subimos al auto.-

-Perdone, jefe... Es que ... Ando algo sacado de onda todavía...-

No dejaba de pensar en que me quería decir, si me he vuelto bastante desconfiado después de todo.
Al cabo de unos minutos llegamos a la casa del señor, la cual era muy bella y grande.

-¡Woah! ¡Jefe su casa está súper chida!.-

Pude escuchar su risa detrás de mí, lo ví abrir lentamente dejando ver una sala muy iluminada y espaciosa.

-Gracias, pasa, hijo.-

Me adentré en la casa, parecía un turista visitando  una ciudad totalmente nueva y diferente.

Estaba vagando hasta vi un pequeño perro correr hacia mi.

-Hola amigo.-
comencé a acariciarlo pero de la nada comenzó a ladrar haciendo que me sobresaltara.

-Ahh... el es Koron, el fastidioso perro de uno de los amigos de mi hijo. Es algo voluble.-

-Que susto me pegó ¿Que hace aquí si no es de Yuu?.-

-El chico se quedó durante el fin de semana con Yuu y otro chico más, pero no va a ningún lado sin este. Me estresa.-

Miró al perrito con desdén, volvió a mirarme y se dispuso a hablar de nuevo.

-Ven, necesito contarte algunas cosas.-
Lo seguí y nos sentamos en la sala, él se sentó enfrente mío y cruzó los dedos de sus manos.

-Va pues, soy todo oídos.-
Lo miré atentamente esperando a que hable.

-Tu madre y yo habíamos sido muy  amigos desde muy chicos, fuimos a la escuela juntos hasta la universidad, era muy inteligente, buen líder para nuestro grupo, una mujer muy decidida y fuerte... cabe mencionar que estaba enamorado de ella...-
Se rascó la nuca al decir esto último a lo que yo solo sonreí.

-Ella me enseñó a seguir mis ideales y cumplir mis metas, yo solía ser muy temeroso e inclusive pesimista... Nunca le dije que la quería pues, se enamoró de un patán y dejó la universidad... la dejé de ver un tiempo.
Cuando me topé con ella de nuevo, tú eras un bebé de dos años, yo ya me había casado, Yuu es un poco más grande que tu.-

-¿Es neta jefe? Eso parece telenovela de la tarde..  no se ofenda.-

El solo atinó a reír.
Hubo un minuto de silencio total hasta que el decidió romperlo.

-¿Te gusta la casa?.-

-¿Que si me gusta? Lo que daría yo por tener una casita como esta, con su tele y todo.-

-Que bueno... De ahora en adelante vivirás aquí.-

-¿¡QUE?!.-

No daba crédito a lo que escuché, abrí los ojos como platos y tenía la boca abierta.

-No invente jefe, no puedo aceptar tal detallazo... Usted no tiene por qué ocuparse de mí.-

-Shima, lo hago con gusto y a voluntad propia... Tú madre me ayudó mucho y no pude agradecerle.-

-Jefe...-

-No te preocupes, irás a la escuela y no te faltará nada.-

-¡Gracias!.-

Las lágrimas amenazaban con salir y sin más lo abracé.

-Tranquilo, tu solo esfuérzate en tus estudios y estaré contento. Yuu está por llegar.-

Me separé de el y asentí animado, volví a sentarme en el sofá y esta vez con el perrito a mi lado.

El señor estaba hablando por teléfono cuando escuché la puerta abrirse, mi corazón de alguna manera se aceleró a la escuchar su voz.

-Ya estoy en casa.-
Nuestras miradas se cruzaron, yo le sonreí pero el reaccionó de una manera que me sorprendió un poco.

Perdon la tardanza, he aquí el capítulo, espero lo disfruten mucho y que la sigan, voten y por favor comenten qué les parece ¡Hasta luego! Gracias por leer.

Bato Pato PatitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora