Adaptarse es difícil (Pt 2)

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Ni idea de cuando me dormí, las voces afuera de mi habitación me despertaron. Koron estaba ladrando, miré el reloj de pared y daba las 6 am.

-*Mi bebé, te extrañé*-

Una grave voz sobresalió de entre las demás, el perrito había dejado de ladrar. Al parecer lo habían venido a buscar.

La curiosidad me carcomía pero de seguro Yuu estaría por ahí y podría arruinarle su mañana.
Me decido por volverme a dormir.
Solo pude sentir que me sacuden suavemente, abrí los ojos con lentitud y poco a poco pude ver la silueta de la señorita Mika.

-Buen día, vaya que eres muy dormilón, ven a comer algo. Ya casi dan la una de la tarde.-

Me dedicó una dulce sonrisa y yo me levanté de golpe.

-Oh por Dios ¿Tanto dormí? disculpe, ahora he quedado como un flojo.-

-No, nada de eso hijo, entiendo que estés cansado debido a todo lo que está pasando. Naoki me contó que Yuu fue muy grosero contigo ayer.-

De nuevo las palabras de Yuu regresaron como una bofetada a mi memoria. Bajé la cabeza y ella me dió unas suaves palmadas en la espalda.

-Yo... entiendo que se haya sacado de onda al verme aquí. De entrometido y colgado para terminarla de amolar.-

-No, mi cielo... Es un poco juicioso. Solo no escuches sus necedades.
Te diré algo... Yuu te dirá cosas malas con el objetivo de que te vayas... Creeme, lo ha hecho con las niñeras que le traíamos cuando era niño.-

Sonreí al escuchar lo de las niñeras. Me imaginaba a Yuu haciendo de las suyas contad de quedarse solo en casa.

Ella acarició mi mejilla con dulzura. Su acción me recordó bastante a mi madre... Cada que me ponía triste o molesto, ella, acariciaba mi rostro para relajarme.

-Ven, te daré algo para que almuerces. Yuu y Naoki están por llegar.-

Me levanté lentamente y fui a lavarme la cara. Apenas me acerqué a la cocina, pude sentir un olor muy agradable a comida.

-¡Woah! Eso huele super rico señorita.-

Me senté en la barra y observaba atentamente lo que hacía.
Pude escuchar la puerta abrirse y la voz del señor Shiroyama.

-Ya estamos en casa.-

-Bienvenidos.-
La señorita y yo hablamos al mismo tiempo, ella salió de la cocina con dos platos de comida y los asentó en la mesa.

-A lavarse las manos, tu tambien Shima, vayan, rápido y se sientan a comer.-

Asentí y sin más fui al baño a lavar mis manos, Yuu venía detrás mío, podía escuchar sus pasos.
Al llegar a la puerta, sentí sus manos contra mi espalda y me empujó causando que me estampe contra la misma.

-¡Ah! Hey ¡No te pases de lanza conmigo! Te crees muy de acá ¿no? Luego ni aguantas vara.-

-¿Que? Lo siento pero no pude entender tu idioma... De barrio, ahora quitate de mi camino.-

-Aguanta.-
Lo tomé del brazo y lo hice mirarme pero reaccionó mal.

-No me toques.-
Se soltó de mi agarre de manera brusca y me miró mal.

-Apenas ayer llegué y ya me agarraste de tu enemigo ¿Por qué te caigo tan mal?.-

Todo se quedó en silencio, el seguía mirándome fijamente, sin más se metió al baño cerrándome la puerta en la cara dándome nuevamente en la nariz.

-Ay... Se pasa... Idiota, mejor ni intento llevarme con el.-

Fui a la cocina a lavarme las manos y con las mismas me senté en la mesa con los señores.

-Shima, te tengo una buena noticia.-

-Digame, jefe.-

-La próxima semana entras a la escuela.-

Me quedé pasmado. Me sentía feliz pero a la vez muy nervioso, no sabía como la gente me vería o me trataría.
¿Me tratarán igual que Yuu lo hace?

Bien, he aquí el capítulo, muy pronto les tendré el siguiente, estoy feliz debido a la respuesta positiva que he obtenido.
¡Hasta luego! Gracias por leer.

Bato Pato PatitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora