CAP.9 ♥

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Los jadeos por una oportunidad de respirar de Rin eran como música para los oídos de Haruka, quien estaba encantado una vez más con el cuerpo de ese hombre tan atractivo a su parecer, tan perfecto, como si hubieran sabido sus gustos y hecho una perfecta muestra. Con su voz saliendo tan fémina, sus ojos llenos de lágrimas y su pecho subiendo y bajando debido a las grandes bocanadas de aire; era simplemente como ver arte puro en sus ojos, era lo más hermoso para Haruka, y por eso debía ser sólo suyo, de nadie más, como buen hombre posesivo que se denominaba. 

O más bien, trabajaba con la ideología "Si lo veo y me gusta, me lo quedo", pero Rin no le gustaba, le encantaba, lo volvía loco. 

Rin se encontraba encima de Haruka, con sus muñecas atadas y la corbata color vino del mayor tapando sus ojos. El pelirrojo se sentía mareado en placer, como si sintiera todos los placeres de la vida en uno, no podía con tanto, con tanto deseo dejando salir sólo para su Haruka, y es que era algo curioso, porque había estado con muchos más hombres debido a su trabajo, y nunca el hacer el amor le hizo sentir tan bien, pero ya sabía qué significaba y es que el amor lo vuelve todo dulce y más delicioso. Más adictivo. 

Se mantenía con su cabeza hacía atrás, mientras saltaba una y otra vez en la pelvis ajena, sintiendo su virilidad salir y entrar en él cada vez que saltaba, y sin contenerse, cada uno de sus gemidos y jadeos se escapaban de sus rosados labios, se sentía tan bien, como si nunca hubiera probado nada así antes, y es que cuando conoces el amor sabes que nunca tienes suficiente, y para ellos dos, la sexualidad era la mejor manera de mostrar amor. 

— Mi Rin, sólo mio... ¡Vamos, más! — Su orden trataba de ser cumplida por el más bajo, pero era casi imposible, era tan grande, cada vez que saltaba la presión en su cavidad era demasiada, sentía que iba a desgarrarse, aún así trataba de hacer lo posible por hacer lo que su amado quería que hiciera. 

— E-espe... ¡Ah! — No es que Haruka fuera un desgraciado, sólo quería sentir por mil lo que estaba sintiendo ahora, además de hacerle saber a ese hombre que de ahora en adelante sólo podía ser él el dueño de sus fantasías, de sus fetiches, de sus gemidos, de su dolor. Acariciaba su cuerpo, más que todo su miembro mientras este subía y bajaba, sus pezones estaban rojos y hinchados de tantos mordisqueos y succiones del pelinegro. Ahora estaban en clímax, ya Haruka estaba por correrse, y no lo haría en otro lado sino dentro del que ahora era su amado, cuando se vio en la necesidad de hacerlo, tomó fuerte las caderas del pelirrojo para que no siguiese moviéndose e hizo que todo su peso se fuera a su pelvis, haciendo que lo sintiera tan dentro de él, para luego dejar salir aquella esencia blanca y caliente dentro de él. Sintiendo también como la esencia ajena salía y se esparcía en el abdomen de aquel moreno.

Rin estaba mareado, cabeceaba ante el cansancio. Haruka le quitó las vendas y la corbata de sus ojos, y los ojos rojizos sólo se abrieron para ver los azules de su novio y acostarse encima de él. Haruka sonrió suavemente, subiendo un poco las caderas ajenas para dejar salir su miembro flácido.  


— ¿Cansado, amor?

— Ah...

No quería ni si quiera hablar, movió apenas sus brazos para medio abrazarlo y caer en los brazos de Morfeo. Ambos terminaron por dormirse y no fue sino hasta las 10:45. AM que despertaron, no es mucho, pues a las tres de la mañana terminaron de tener su sesión. 

Se bañó, se cambió de ropa y alistó, viendo aún a su amado acostado, durmiendo como un ángel, se acercó a él y besó su sien, seguido de sus labios mientras acariciaba el costado de su torso

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Se bañó, se cambió de ropa y alistó, viendo aún a su amado acostado, durmiendo como un ángel, se acercó a él y besó su sien, seguido de sus labios mientras acariciaba el costado de su torso.

El pelirrojo se despertó momentos después debido a los mimos de su amado, cuando sus ojos se abrieron pudieron ver a ese hombre ya limpio y vestido con un traje azul marino real.

— ¿Nos iremos hoy, verdad?

— Si, nos vamos ahora, ve a vestirte. — Dijo como petición solamente, no le gustaba la ropa en ese perfecto cuerpo, claro que tampoco le gustaba que las otras personas vieran su perfecto cuerpo, así que estaba jodido. 

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